Escritos de algunos condenados a muerte después de la caída de la Comuna de París

 

1

 

 

 

He nacido en la era de las traiciones

 

en los tiempos del dolor y de las revoluciones

 

mi padre era un esclavo, cayó muerto sobre su arado

 

y yo era un poeta errante

 

en mi ni niñez yo perseguía la mariposa de la luna

 

en las terrazas de las ciudades de cobre

 

en su ausencia, yo hacía resonar las campanas

 

en mis poemas, yo cavaba un túnel

 

hacia el cielo de mi aldea azul

 

yo emigraba con los pájaros y los idiomas de los libros de los revolucionarios

 

he nacido exorcizado, mis pes transportaban el viento

 

mi corazón entregado a las manos del destino

 

como un matillo rojo

 

he percibido la videncia de lo invisible

 

en las estrellas que puntean

 

y en la experiencia de las noches: un pájaro carnicero surgiendo con el alba se abatía   [sobre el rebaño

 

descuartizando las leyendas de estas ciudades desfiguradas en la tempestad del trueno y las [garras de acero

 

plantando el pico en su carne dentada

 

desplegando sus alas sobre las ruinas del viejo mundo.

 

yo he visto: los reyes del mundo, sus criados

 

y la cara de los tiranos

 

aterrorizados

 

cercando los rebeldes

 

y el pájaro del trueno sin alas

 

lanzar un grito y abatirse, destripado por un puñal envenenado

 

 

 

2

 

 

 

Mi padre era un esclavo, cayó muerto sobre su arado

 

pero bajo la cuchilla del verdugo yo muerto como mártir

 

 

 

3

 

 

 

Que alcen las banderas de la Comuna de París

 

y que de nuevo se levanten los pobres de la tierra

 

 

 

4

 

 

 

sangre sobre las iglesias góticas rojas

 

sangre sobre las campanas

 

sangre sobre los poemas de las lluvias y de los cuadros

 

sangre sobre los cuadernos escolares

 

sangre sobre París

 

derramándose como tromba sobre las casas

 

y cae la nieve

 

 

 

5

 

 

 

en mis poemas rompo el cerezo

 

de esas ciudades degolladas y andrajosas

 

6

 

 

 

Vendrá de nuevo Cristo fiel

 

pero esta vez, vendrá al país de la noche, de la nieve, de atrás de esta ciudad acribillada

 

he aquí que lo veo en el éter manteniéndose a la puerta del futuro lejano

 

sosteniendo en una mano una espada, en la otra una rama de olivo

 

depositando su crucifijo sobre las ruinas del viejo mundo

 

 

 

7

 

 

 

Que arda París

 

nuestro amor es una herida y esa sangre en su cielo es una profecía de incendio

 

 

 

8

 

 

 

en mi pasión el guardián me ha deslizado un libro de cubierta negra

 

no tenía titulo

 

hablaba de San Agustín

 

y de los milagros del pájaro del trueno y de las revelaciones de un oscuro profeta de China

 

lo he disimulado bajo mi camisa agradeciéndole al guardián sumido en su mutismo y su [capote usado

 

mis lágrimas se han secado antes de nacer en mis ojos

 

he escrito en el margen del libro

 

una carta a una mujer desconocida

 

yo la había amado en los tiempos de juventud

 

le he dicho: Oh lago poblado

 

de frases de amor, de estrellas y de peces

 

le he dicho: adiós

 

he dibujado en los cuadernos de la muerte un talismán

 

he besado sus ojos verdes

 

le he dicho… y el tiempo se ha cortado

 

el ángel ha descendido sobre París

 

y los muertos se han levantado de sus tumbas

 

aclamando al Mesías del mundo nuevo

 

esperando al visitante desconocido que viene de los poemas de amor de las alas de [primavera

 

coronado de fuego y de nieve

 

He dicho, pero la mano de san Agustín

 

ha bendecido al niño

 

en el vientre de la que yo he amado en los tiempos de juventud

 

le he escrito en los cuadernos de la muerte una larga carta

 

que habla del dolor, de la presencia

 

y de los milagros de la luz

 

 

 

9

 

 

 

Que se alcen las banderas de la Comuna de París

 

y que de nuevo se levanten los pobres de la tierra

 

 

 

10

 

 

 

la separación de la muerte

 

ella venía con el alba para extraer del cofre de ese cuerpo

 

las joyas

 

la esperanza viajera

 

y la llama de la vida

 

ella venía con el verdugo

 

trayendo la herencia de siglos que han ardido sus tiranos los rayos del nacimiento

 

con el dominador de la naturaleza, el hombre

 

pare pues, madre!

 

mi ataúd sobre la mariposa del relámpago se dirige hacia los campos y los bosques

 

siémbrame pues, como cenizas de la mañana

 

en las ciudades del hambre y en los tiempos del dolor y de las revoluciones

 

con los millones a los que tortura su larga espera

 

para que se levante en esta ciudad mártir

 

una nueva Comuna.

 

 

 

Versión de Francisco de Oraá

 

 

 

El presente poema fue extraído del libro Asalto al cielo, publicado por Arte y literatura, Instituto Cubano del Libro, La Habana 1975

 

 

 Abd Al Wahhab Al Bayati nació en Bagdad en 1926. Tras graduarse en Magisterio en la Universidad de Bagdad en 1950, ejerció como profesor y editó una revista cultural: La nueva cultura. Desde su juventud participó en actividades consideradas antigubernamentales por lo que tuvo que abandonar Iraq en 1954. Vivió en Líbano, Siria y Egipto. Tras la revolución de 1958, regresó a Iraq y ocupó un cargo en el Ministerio de Educación y posteriormente fue Agregado Cultural de la Embajada iraquí en Moscú (entre 1959-1961) y en Madrid (entre 1980-1990).

 

            En 1995, el gobierno iraquí le privó de su ciudadanía por viajar a Arabia Saudí para participar en un festival poético, y pasó los últimos años de su vida exiliado en Damasco. Murió el 3 de agosto de 1999.

Considerado como una de las principales figuras de la poesía árabe contemporánea y fundador del movimiento del "Verso libre" junto con los poetas Nazik Al Malaika y Badr Shakir Al Sayyab, escribió más de treinta poemarios.

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