Uno de los eventos que cada vez toma mayor relevancia en el ámbito literario de Bogotá es el llamado Septiembre Literario a cargo de la Gerencia de Literatura del Instituto Distrital de las Artes de Bogotá, IDARTES. Todo un mes dedicado a realizar lecturas, conferencias, presentaciones, venta y trueque de libros. Y entre la variedad de eventos que engalanan este mes septembrino, el que mayor interés cultural suscita es Lectura bajo los Árboles, evento que se realiza todos los años en el Parque Nacional y que sirve de colofón a todo el mes literario. Allí estuvimos en compañía de un grupo de estudiantes de Pregrado de la Universidad Central, con la finalidad de asistir a la XI Jornadas Universitarias en homenaje al poeta Raúl Gómez Jattin y bajo la batuta del también poeta Rafael del Castillo, director del Festival Internacional de Poesía de Bogotá.
Cuando hay poesía, hay vida
Una vez arribamos al Parque Nacional, el cual se encuentra en la falda de los cerros orientales que recorren la ciudad de norte a sur bordeando el Camino Real, abordamos a Fabián González, miembro organizador de las Jornadas Universitarias para preguntarle sobre la poesía como posible alternativa viable para un cambio sociocultural en el país. “Creo que la poesía le quita territorio a todo aquello que niega la cultura, el arte, el pensamiento crítico, el pensamiento creativo. La poesía es una ruta para alcanzar estos fines y muchos otros que son la vida misma”, nos comenta González. También nos dice que durante las Jornadas se invitaron a poetas amigo, afectos no solo a la poesía de Raúl Gómez Jattin, sino también como amigos que lo conocieron de cerca, como el poeta Joaquín Mattos, quien lo conoció en vida y convivió con él. Al maestro Fernando Linero Montes, quien también fue un poeta muy cercano a la persona de Jattin, a aquello que fue realmente Raúl Gómez Jattin.
Dentro del marco de las Jornadas - continúa González- se establecieron mesas de diálogo en diferentes universidades de Bogotá y se escribieron para la Revista Ulrika 65, ensayos por parte de poetas como Joaquín Mattos, Fernando Linero Montes, Mauricio Contreras, Eugenia Sánchez Nieto, Enza Verduchi (poeta italiana radicada en Ciudad de México) y el mexicano Margarito Cuellar, además de la entrevista que le hiciera a Jattin, el poeta cubano Víctor Rodríguez Núñez. Igualmente la revista de poesía Ulrika publicó una bella selección de poesía bilingüe de Raúl Gómez Jattin vertida a algunas de las principales lenguas romances. La poesía de Jattin al francés estuvo a cargo del poeta Stéphane Chaumet, residente en Bogotá; la poesía de Jattin al rumano estuvo a cargo de la poeta Corina Oproae, residente en Barcelona-España, y las versiones al italiano y al portugués estuvieron a cargo de la poeta Zingonia Zingone (Roma) y de Joao Vanderlei de Moraes Filho (Bahía) respectivamente.
Sobre el propósito de las Jornadas, Fabián González nos digo que tienen como fin “promover y fortalecer las artes y las letras en la ciudad de Bogotá y convocar nuevas voces de la poesía colombiana. Tenemos un compromiso con las nuevas generaciones para que se acerquen a la poesía, a la vida. Recuerden que cuando hay poesía, hay vida,” concluye González. A la pregunta final sobre si todo aquel que escribe poemas se le debe considerar poeta, nos dice Fabián González: “No, yo creo que el que escriba poemas no hace a la persona poeta: el poeta es una forma de ser, de vivir, de habitar el mundo. No todos los que escriben poemas son poetas, no a todos se les puede llamar poetas. Digamos que tampoco es inalcanzable. Sencillamente es una forma de ser y habitar la poesía.” (Entrevista a cargo de Juan Manuel Reina Cortés, Juan Camilo Ursola Durán y Samuel Robayo Marín).
El Boom Jattin
Otro de los poetas que pudimos entrevistar fue a la poeta italiana radicada en Ciudad de México, Enzia Verduchi, quien estuvo invitada especialmente para estas Jornadas y quien escribiera para Ulrika el ensayo Raúl Gómez Jattin: la conciencia de la locura. No podíamos dejar de entrevistarla y preguntarle sobre la posible influencia que tuvo Jattin en su vida o en su poesía. “Tienes que recordar -nos aclara la poeta- que Gómez Jattin se da a conocer en Colombia en los años 80 (tú ni siquiera habías nacido seguramente, le dice la poeta a Luis Miguel Torres Lugo), y yo en los años 80 también era muy joven. Tendría 14 0 15 años. En ese entonces era muy difícil que llegaran a México libros colombianos y menos de editoriales pequeñas, que es donde comenzó Gómez Jattin a publicar. Entonces yo no conocí a Gómez Jattin ya hasta mucho tiempo después, en el año 2000 cuando la Universidad Nacional Autónoma de México hizo una preciosa antología de la poesía colombiana del siglo XX. Yo ahí leí los primeros poemas de Jattin, En ese momento, creo que a partir del año 2000, empieza a haber un boom de Gómez Jattin en México. Ya en Colombia era muy famoso. A finales de los años 80 principios de los años 90 en Colombia hay una euforia por Gómez Jattin, pero nosotros llegamos muy tarde porque no llegaban las editoriales colombianas a México. Empezó la apertura en realidad en el año 2000, y luego en 2007 nuestro gran cronista y estudioso de la literatura mexicana y latinoamericana, que es Carlos Monsiváis, hace una antología para el Fondo de Cultura Económica, que es una editorial mexicana, y distribuyen dicha antología en toda América Latina. Así es que Gómez Jattin se da a conocer en toda la lengua española. Habíamos logrado leer algunos poemas sueltos que habían salido por ejemplo en la Revista Ulrika, en algunas revistas argentinas, pero en realidad el boom para México y para América Latina de Gómez Jattin es en el siglo XXI.
El esplendor de la mariposa
¿Qué si fue importante para mí? -se pregunta la poeta Enzia Verduchi-. Cuando yo empiezo a escribir El bosque de la hormiga (2009) -uno de los poemas que acabo de leer (en el evento de las Jornadas) y que son poemas sobre la cotidianidad de una familia de migrantes- en ese momento no tenía yo muy claro a Gómez Jattin, pero (cuando) escribí un libro que se llama Nanof que acaba de salir este año (2019), y que es sobre Fernando Oreste Nannetti, un personaje que estuvo recluido 30 años en un psiquiátrico, para poder entender la psicología de una persona insana, tuve que remitirme a la poesía de Raúl Gómez Jattin ¿Por qué? -se pregunta la poeta nuevamente, y se responde- Porque él era una persona que escribió poesía con problemas mentales, entonces para entender ese lenguaje necesitaba leerlo a él. Ahí te puedo decir que para mi fue muy importante Raúl.”
Y justamente sobre la enfermedad mental de Jattin, nuestro entrevistador le pregunta a la poeta sobre el posible impacto que pudo tener la locura del poeta en su propia poesía. Responde Verduchi: “En el último número de la Revista Ulrika publiqué un ensayo sobre eso. Hay una gran poeta italiana que es Alda Merini quien estuvo recurrida 14 años en un psiquiátrico. Hay otro gran poeta italiano que es Dino Campana quien también estuvo recurrido alrededor de 14 o 16 años, y en todos los casos que yo he encontrado de poetas que han estado recurridos en el psiquiátrico, lo que dices es que no podían escribir poesía: escribían poesía saliendo del psiquiátrico. El caso de Gómez Jattin es un poco distinto, te voy a explicar por qué: hay una declaración en una revista de los años 80 donde Gómez Jattin dice que escribió en media hora (no podemos saber si esto fue real o no) El esplendor de la mariposa. Dice haberlo escrito en media hora, yo tengo mis dudas. Yo creo que el impulso de Raúl fue escribirlo en ese momento. Lo escribió, hizo los primeros trazos de ese libro, pero cuando logra salir por temporadas y se refugia en casa de alguno de sus amigos, corrigió ese libro. El propio Gómez Jattin hace una declaración muy importante que decía: “Estoy tan cuerdo que hasta loco fui”. Cuando uno está bajo los efectos de ciertas drogas de diseño para controlar, en el caso de Gómez Jattin la esquizofrenia como fue el caso de Alda Merini, es muy difícil escribir. Desconozco si Raúl sufrió electrochoques. Si se le aplicaron electrochoques es muy probable que no haya podido escribir, realmente, coherentemente en los psiquiátricos.
Coherencia en medio de la locura
Ahora, la pregunta tiene que ver con la locura y la creación. Ahí sí creo que la gente que ha tenido problemas de insania mental, en cualquier vertiente, puede en algún momento ver las cosas de una manera distinta a como la veríamos tú o yo... En el caso de Raúl Gómez Jattin (en comparación con otras vertientes poéticas de otros autores que han tenido problemas de insania mental o problemas mentales) veo algo que me gusta mucho: es un gran provocador de una enorme ternura, es un provocador muy tierno. Entonces lo que él logra hacer es escribir de manera muy coherente a diferencia de lo que dicen sus biógrafos, a quienes les parece que escribe como versos sin ilación. Yo leo el discurso de Gómez Jattin y me parece que tiene una enorme coherencia en medio de la locura. Sus imágenes poéticas son muy claras y tienen un objetivo, y él era además un provocador. No podemos ver sólo la poesía de Gómez Jattin como una poesía producto de la locura. ¡No! Gómez Jattin era un enorme provocador e hizo algo que hasta ese momento no se había hecho en Colombia (me atrevo a decirlo; espero que no me linchen los colombianos). La poesía colombiana antes de él era muy contenida, muy “perfecta”, muy dentro de lo políticamente correcto, y él viene como un disruptor: rompe con todas las formas, habla de cosas que nadie se había atrevido a decir. Así como habla de la belleza del caribe colombiano, del Sinú, de esos paisajes y esos pastizales y esos ríos, también habla de lo que sucede o sucedía dentro de esa generación al interior de Colombia. Estamos hablando de zoofilia, estamos hablando de homosexualidad, estamos hablando de bisexualidad. Eso nunca se había visto en la poesía colombiana y muy poco en la literatura o en la poesía en general latinoamericana. En ese sentido hay que reconocerle a Gómez Jattin que era un hombre avanzado a su época, en plenos años 80, cuando todavía se hablaba de poemas políticos durante las guerras del Salvador y Nicaragua, de la valentía de la contrainsurgencia, Gómez Jattin decide hablar de las cosas sencillas: de su experiencia dentro de ese paraíso del Valle del Sinú, habla de cómo cuando era jovencito tenía relaciones con una burrita y, por otro lado, cómo se metía con las chiquitas de 10 y 12 años en su despertar sexual, pero también se dio cuenta que le gustaban más los chiquitos, sus compañeritos, porque él era gay. Eso a mí me parece muy importante. Eso no había sido tan claro en la poesía colombiana: es un disruptor, y tampoco se había visto de manera tan abierta y tan clara en la Poesía latinoamericana. Esa es la gran aportación de Gómez Jattin: tirar abajo todos los convencionalismos poéticos del siglo XX latinoamericanos.”
Libre, transparente e indomable
Y para concluir, nos remitimos al ensayo “La conciencia de la locura” que Verduchi escribiera sobre Jattin en la Revista Ulrika, y en especial sobre una afirmación que allí se lee y sobre la cual nuestro entrevistador llama la atención. “En ese ensayo tú concluyes con un elogio hacia Jattin, que dice: “Él es el más libre, transparente e indomable poeta colombiano de finales del siglo XX..,” y sin esperar a que se redondee la pregunta, la poeta Verduchi interviene emocionada y afirmativamente: “¡Claro! Estoy convencida. Era indomable, no en el sentido de la locura; si alguien toma mi palabra “indomable” en el sentido de la locura está completamente equivocado. Cuando digo “indomable” estoy hablando de un poeta que se atrevió a abordar desde la poesía… (la poeta detiene un instante su discurso y retoma su idea). En la poesía puedes abordar lo que quieras; el problema es la autocensura. Dices: “Cómo voy a hablar de mi homosexualidad.” O lo dices en tercera persona para que no se entienda que eres tú. Por eso también hablo del más libre de los poetas. Gómez Jattin jamás se sometió a las buenas formas de la poesía colombiana o a las buenas formas de la poesía latinoamericana de los años 80 y 90. ¡Nunca! Él habló de lo que quería hablar: quería hablar de su locura, quería hablar de sus relaciones sexuales, quería hablar de su versión del mundo. Hay un poema donde habla de un poeta que pudo haber sido un gran poeta sino hubiera sido un servidor público, prácticamente se vendió al sistema. Jattin no tenía tapujos. Él hablaba de todo con la misma pasión para hablar de los ríos que surcan el lugar donde nació, como de su pasión por un ganso o por una burrita o su pasión por sus nanas o la pasión por su padre (que la tuvo, un enorme amor hacia su padre, un enorme respeto). También hacia sus amigas, más que nada en la temporada que él estuvo en el teatro colombiano. (Él es uno de los pilares del teatro colombiano, también es un disruptor en eso). Me parece que Gómez Jattin vino a darle frescura a la poesía colombiana, vino a decirles, más que: “Señores, no se preocupen, solamente a mí suelo hacerme daño”, en realidad vino a decirnos: “Señores, no nos hace daño hablar de lo que somos en realidad” (Entrevista a cargo de Juana Valentina Poloche, Stiven Murcia Bermúdez y Luis Miguel Torres Lugo).
Bogotá, Septiembre Literario de 2019
Rodríguez-Bustos JC, crítico, editor, gestor y consejero cultural. Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Nacional, máster de Creación de guión audiovisual de la Universidad de la Rioja. Es autor de “Álvaro Mutis como un pez que se evade”, “España entre la Realidad y el Deseo - Cernuda”, “España tierra ofendida - Neruda”, Jorge Rojas y el Arte de Amarte”, “Carlos Obregón bajo la sombra de los Olmos”, “Madame Bovary y el tratado de la mezquindad y otras emes”, “Doscientos años de compañía, poesía e independencias”, “Miguel Hernández, el Toro de España”, “Cervantes, hombre de armas y letras” y “César Vallejo, acerca a nos vuestro cáliz”. Gestor cultural, creador de los Encuentros Hispanocriticos, Encuentros Literarios, Semana de Poesía Central y la Noche de San Jorge. Consejero de Cultura en Bogotá desde el año 2012 y director de la Colección Anverso de poesía bilingüe.
Fotografía y semblanza enviada por el autor
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