CUERPO
quimioterapia de platino
cada día más tubos incrustados en el cuerpo
un catéter en la vena cava otro en la espina
la aguja permanente en el brazo
las cicatrices quedarán para siempre
el cuerpo debe ser perfecto
me lo arruinan con sueros y tubos
me arrebataron el cabello
vigía suave y ondulado
estoy desnuda
la fragilidad crece como catástrofe
el cuerpo mudo recluido
se desvanece día con día
cotidianidad perdida
la voz quedó en el aire
los dedos lejos de teclados y pinceles
sólo los ojos
sólo los ojos y susurros desesperados
la enfermedad aniquila el cuerpo
la piel los sentidos
la enfermedad se lleva todo
me despoja
como si fuera la muerte
sólo un amor inclemente
devastará mi enfermedad
añoranza y rechazo del deseo
el erotismo se parece tanto a la muerte
distintas palabras para la misma pasión
una sola moneda y sus dos caras
la misma intensidad
la misma distancia de la vida cotidiana
locura de sexo es lo que quieres
locura de muerte
Poema tomado de la revista Alforja, número XXXl, invierno 2004.
HE ESTADO SITIADA (fragmentos)
He estado sitiada a lo largo de todos mis años. Y hoy, en este torbellino, se me desprenden mitos y leyendas, vestimentas y pretextos, cuidados y obsesiones, tiempos y espacio entregados en ofrenda. Me miro al espejo y por fin me veo. Desnuda.
***
polvo gris y arenas blancas
quedan suspendidos durante milenios
hasta que agotan su aliento
luego descansan suavemente en el suelo
y cubren una parte de la historia
la tierra se hincha con templos
dioses apilados bajo los muertos
que se hacen polvo o arena
se alzan y quedan suspendidos
y tan ingenuos o soberbios nosotros
los vivos incansables
iniciamos todos los días
nuestra propia historia
***
envuelvo el caos vivo
en un enorme sudario sombrío
parece sereno
bajo la tela late el pulso
del dolor del mundo
***
las verdades se dispersan como arena quemada
sobre las manos de los dioses
desvisto la piel de sus mitos
me alejo de la historia
la desnudez recobra su amplitud
me alejo de las calles
doy cuerpo a mi sombra
me alejo de las palabras
camino lentamente hacia lo ajeno
nómada de mí misma
el aire que aletea bajo tu camisa
inflama el desierto como un rayo de luz
te miro y me acerco
***
la luz se refleja en el agua y no la penetra
¿qué se ha perdido? ¿qué cosa incierta ignorada
¿qué visión redimir el sueño más alto?
una vida ceñida al torso aprieta y se alarga
¿dónde está el corazón de la oquedad?
me han dado tiempo y albedrío
para recorrer largos caminos
rastrear el espacio extraviado
en ríos mares desiertos
en el silencio
no puede estar sino en este cuerpo
que me contiene y me detiene
que evita el necio desparramo sobre
la gran esfera sin oriente
círculo revertido en sí
¿habrá que colmar la oquedad?
¿qué visión ilegible redimir el sueño más alto?
Poema tomado de la Revista Periódico de Poesía, UNAM, número 18, 1997.
Mónica Mansour. Poeta, crítica, ensayista, cuentista, cronista, articulista, investigadora y traductora. Ha sido investigadora de Filología y profesora en la UNAM; promotora cultural en la SEP. Traductora de Tommasso di Ciaula, Roman Jakobson, Umberto Eco, Albert Béguin, Anthony Phelps, Mircea Eliade, Amos Segala, Nicole Brossard, Louise Lassonde, Émile Martel, René Daumal, Paul Bowles, Edouard Glissant, Alphonse Piché, Judith Butler, entre otros. Colaboradora de Casa de las Américas, Culturas, Diálogos, El Centavo, El Gallo Ilustrado, La Gaceta del FCE, La Palabra y El Hombre, Los Universitarios, Philología Romana, Plural, Punto de Partida, Revista de Bellas Artes, Revista de Literatura Hispanoamericana, Revista Universidad de México, Sábado, Texto Crítico y Unión. Ha realizado estudios sobre José Gorostiza, Juan Rulfo y Mariano Azuela en las ediciones correspondientes de la colección Archivos, del FCE.
Semblanza tomada de la página elem.mx
Fotografía de Pascual Borzelli
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Camilo (viernes, 05 mayo 2023 15:14)
Mónica