Enfrentado a nuestra
reconciliación
atino
a un trajín shakesperiano:
detestarme.
Signos
Exclamo o interrogo
¡Exclamo!
¿Interrogo?
Valor y belleza
¡Valor!
¿Belleza?
¿Opto?
o...
¡acaparo!
Posee más
Cada vez
posee más
de lo que no dispone
Un sexo inmóvil
sobre ruedas
viaja.
Vérselas con ellos
Vérselas con ellos
ellos
los pies solos de la madre
para nada más ver
carnada
en la madre concéntrica.
Quiero márgenes
Yo podría nacer al margen de cualquier
bienintencionado engendrador
pero no quiero
Yo podría gozar al margen de cualquier
divino cuerpo
pero no quiero
Yo podría fallecer al margen de cualquier
sepulturero
pero no quiero.
Vengo a decir, dijo
Vengo a decir lo que está de más
—dijo—
terminé naciendo
Mueren las paredes
—dijo—
es la cal
No resucitan
las imágenes.
Rescata
Rescata
del filo
del pelaje
del fantasma
las huellas
de su padre.
“El actor es su cuerpo”
“El actor es su cuerpo”
al decir de Berta Roth acaso
en 1971
Un actor afirma que
cuando evoca
en 1995
él se excava.
Desde la platea
Voces
los personajes
Timbres de las voces
las circunstancias
Y unas butacas
donde los espectadores
se maquillan.
No me tengo por tal
No me tengo por tal—
adujo
desligado de mí
mi personaje
Y al estúpido
eso sí, a la luz de la luna
lo sepultaba la evidencia.
Es quien será
Es quien será
—ese personaje secundario—
cadáver en un par de horas
Ya
se desangra.
Sembrado en la cima
“Sembrado en la cima
—destaco—
aún
no fui cosechado”
dijo
Y langui—
decía.
Un humo
Humo yira
el humo yira y yira
arrastra su quítame del medio
transeúnte
humo
alquila.
Cábalas
Llueven cábalas
sobre una vida amenazada
Elegir
la mojadura.
Vuelven
Vuelven a sus prendas
vigilan desde ellas
y un poco engañan
Vuelven a sus bromas
trepan a sus cónyuges
y un poco honran.
Dentro
Fuera (de útero)
soldados indagan la espesura
Nativos
fin y medios
Cabeza de traidor
recrea la arpillera.
La sonrisa que sabe
La sonrisa que sabe
desborda
Gravita áfona la máscara
sin más
La sonrisa que sabe
hace algo de un agua maldita
Y sume.
Bien puestos
Bien puestos
lo que se dice los acentos
bien puestos
Bien puestos
lo que se dice bien puestos los venenos
en la sopa lujosa de tomates
en los excitatorios de la más refinada alopatía
en las bebidas espirituosas de palacio
Y bien puestas las chinches
Bien puestos
lo que se dice los gusanos fagocitándose
el resplandor del último suicidado de la tribu
bien puestos.
Imposición
El día desnuda constatando lo que impone:
que un niño expuesto al encubrimiento
que es la muerte
lo aterre en la noche.
Extravíos
¡¿Quién anda ahí?!:
la bala
(perdida)
Maté a alguien
y entonces
otra vez la tristeza.
Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, República Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos y relatos y quince poemarios, además de otros cuatro poemarios sólo en soporte digital. También en edición electrónica se hallan los Tomos I, II, III, IV y V, conformados por entrevistas realizadas por Revagliatti, de “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”. Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com. Ha sido incluido, entre otras, en las siguientes antologías: “Dramaturgia Latinoamericana: Argentina” (en República Dominicana, 2008); “Minificcionistas de ‘El Cuento’ Revista de Imaginación” (en México, 2014); “Poesía Argentina Año 2000” (selección de Marcela Croce, 1999), “El Verso Toma la Palabra” (México, 2010).
Semblanza y fotografía proporcionadas por Rolando Revagliatti.
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