Poesía de Italia: Maria Miraglia

 

Palabras

 

 

 

 

 

Libres revolotean las palabras como mariposas,

 

orgullosas de sus mil significados,

 

conscientes de su fuerza, las tomaría ahora.

 

 

 

Mis íntimas emociones

 

cuidadosamente adheridas en versos,

 

desertan como el aire en las manos

 

fluyen cual arena a través de relojes.

 

 

 

Esperaré pacientemente,

 

tal vez más tarde, esta noche

 

no tendrán la voluntad de florecer

 

en mi silente habitación.

 

 

 

Con la luz encendida abriré la ventana

 

las invitaré y con un poco de inspiración

 

escribiré en el ensordecedor sigilo

 

de las últimas horas que suelen superponerse.

 

 

 

Cada una de ellas aspira ser protagonista

 

pero cierro la ventana y apago las luces;

 

algunas quedan aprisionadas en mi página

 

otras afuera, cual polvo radiante de estrellas

 

saturan el aire de la noche,

 

de mensajes secretos y de cosas no dichas.

 

 

 

 


 

 

Círculos de humo

 

 

 

 

 

 

 

Un cigarrillo enciende

 

la oscuridad

 

y memorias exhaladas

 

en la superficie.

 

 

 

Soplo tras soplo

 

vislumbro

 

círculos de humo,

 

se elevan y languidecen

 

en el aire de la tarde.

 

 

 

Los recuerdos fluyen

 

lozanos y cristalinos

 

similar a las aguas

 

del arroyo de la montaña.

 

Aunque distantes

 

en tiempo y espacio,

 

semblantes amados

 

formas y miradas

 

están a mi lado.

 

 

 

Emergen sonrisas en mi rostro

 

en ocasiones tristes

 

otras veces dulces

 

en el apacible silencio

 

de la noche.

 

 

 

Cual eco lejano

 

percibo emociones,

 

palabras;

 

todo regresa

 

como secuencias de

 

de una antigua película

 

que creí olvidada.

 

 


 

 

La luna

 

 

 

 

 

Me acerco a la ventana

 

de la habitación solitaria

 

y mi mano esboza un círculo

 

en el cristal empañado

 

para ver hacia afuera;

 

algunas farolas tenuemente iluminan

 

la desierta avenida,

 

donde un gato errante busca refugio

 

y las hojas de los alisos

 

parecen temblar al viento;

 

sutilmente vienen de lejos

 

los ruidos de los autos

 

yendo y viniendo.

 

La luna y sus doncellas parpadeantes.

 

enmarcan el gran lienzo,

 

difunden su nívea luz

 

mientras custodian los sueños de los hombres.

 

¡Cuántos secretos guardan

 

de nosotros en la tierra

 

y de nuestras problemáticas vidas!

 

Noche tras noche

 

con rotación sincrónica,

 

nunca se cansa, nunca se queja

 

para seguir el orden celestial

 

una y otra vez.

 

 

 

De nuevo

 

 

 

 

 

Cerca del mediodía

 

sentados bajo la sombra del sauce

 

a la izquierda de la casa.

 

Conversamos sobre el clima;

 

 

 

cuestiona por los pigmentos de las hojas

 

en mañanas luminosas

 

por las olas del mar

 

percibidas en la distancia.

 

 

 

¿Qué pasa con el sol?

 

 

 

Difuminadas e imprecisas

 

evocaciones en el tiempo.

 

 

 

Precisé detalles

 

de los objetos y las cosas

 

que una tras otra sugería,

 

con nostálgica voz.

 

 

 

¡No temo a la muerte!

 

dijo inesperadamente,

 

cuando fenezca

 

volveré a ver

 

de nuevo.

 

 

 

 

Sí, yo creo

 

 

 

 

 

Yo creo en el amor,

 

en ese amor que no pide nada a cambio,

 

el amor que no necesita juramentos

 

o pruebas eternas,

 

garantías y confirmaciones;

 

que puede entender

 

y percibir mis silencios.

 

 

 

Las emociones no requieren palabras,

 

porque los mensajes

 

pueden tomarse rápidamente

 

como aleteo

 

de un petirrojo.

 

 

 

Pienso en ti y en mí

 

bajo una luna azul

 

no importa donde,

 

escuchando una romántica serenata

 

tocada por arpas y violines,

 

tomados de la mano,

 

silenciosamente mirándonos el uno al otro;

 

tal vez recordando nuestros tiempos pasados

 

o previendo mañanas venideras.

 

Sí, creo en el amor.

 

 

 

 

 

Llévame

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llévame

 

donde no haya hombres

 

solo peces y aves,

 

cielo y tierra,

 

donde no haya barreras ni vallas,

 

donde los secretos no lo sean más,

 

donde puedas gritar tu amor al viento

 

lejos de miradas indiscretas

 

y susurros maliciosos

 

de aquellos que no saben

 

de nuestros mundos internos

 

y no pueden entender el amor

 

porque nunca lo vivieron.

 

 

 

 

 

Llévame,

 

para sentir la emoción de estar juntos

 

(rendirse a la pasión)

 

donde puedas besar mis ojos, mis labios

 

a la luz del sol

 

y deslizar lentamente tus manos

 

sobre mi cuerpo desnudo.

 

 

 

 

 

Llévame

 

para decirles

 

que aquello que guardamos

 

colma el tiempo de inocentes silencios,

 

amado por Dios

 

y acariciado por el viento.

 

 

 

 

Maria Miraglia. Educadora, poeta, traductora humanitaria, Maria A. Miraglia nació y vive en Italia. Licenciada en Lenguas Extranjeras y Literatura por la Universidad Aldo Moro de Bari, obtuvo un certificado de alto nivel en habilidades lingüísticas de la Universidad Trinity de Edimburgo, una maestría en evaluación y evaluación de la Universidad Aldo Moro de Bari. Maestría en Enseñanza de Lenguas Modernas del UNITRE de Roma.

 

Durante mucho tiempo fue miembro de Amnistía Internacional; fundadora y presidenta de Fundación mundial por la Paz; miembro del Observatorio Internacional de Información y Derechos Humanos.

 

Miembro fundador y directora literaria de la asociación cultural italiana Pablo Neruda; miembro honorario de Naciones Unidas de las Letras; miembro asesor de la junta editorial de Galaktika Poetike Atunis; miembro editorial de Nuestro Archivo de Poesía (Our poetry Archive), miembro de la junta asesora editorial de Sahitya Anand, Presidente de la Organización Mundial de los Trovadores.

 

Colabora en poesía con numerosos periódicos y revistas nacionales e internacionales. Sus poemas han sido traducidos a diversos idiomas extranjeros y publicados en numerosas antologías alrededor del mundo.

 

Autora de Pétalos en las nubes (Petali tra le Nuvole), Susurros del azul, Vientos danzantes, Gaviotas en el azul, La más grande obra del poeta laureado de la India, Yayati Madan G. Gandhi traducido al italiano por Maria Miraglia, Polvo de estrellas; autora y editora de Antología Poética. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales.

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Alicia Minjarez.

 

 

 

S

 

 

 

 

 

 

Alicia Minjarez Ramírez. Poetisa, traductora, cantante, profesora universitaria, locutora de radio y televisión. Nació en Tijuana, México. Es una escritora de renombre Internacional, que ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos: el Premio Latinoamericano de Cultura Arcelia Yañiz Vda. De Gutiérrez, otorgado por la Academia Latinoamericana de Literatura Moderna y la Sociedad Académica de Historiadores, México, 2021. Acreedora al Premio: Ícono Universal de la Poesía, Estados Unidos, 2021. Doctorado Honoris Causa otorgado por el Foro Internacional de la Creatividad y la Humanidad en Marruecos y la Asociación Mil Mentes por México, 2020.  La Medalla EASAL de la Academia Europea de Ciencias y Letras, París, Francia 2018. Premio "Orgullo del globo" WNWU, Kazajistán 2018. Embajadora Cultural en Inner Child Press International, Estados Unidos, 2019. Premio "Poeta Universal Inspiradora", Pentasi B. World, India 2017. Mención Especial y una Medalla en el Premio Internacional de Poesía NOSSIDE Italia 2016 y 2015, reconocido por UNESCO, entre otros. Es autora, coautora y traductora de 17 libros de poesía. Sus poemas han sido traducidos a 20 idiomas y publicados en más de 300 Antologías, revistas y diarios Internacionales.

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Alicia Minjarez.

 

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