Lucas Margarit
Universidad de Buenos Aires
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Anticipo del curso “Intertextualidad y narrativa en la obra de Samuel Beckett”, del 4 de noviembre al 2 de diciembre de 2016.
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La pieza teatral Rockaby de Samuel Beckett, presenta en escena una mujer vestida de negro, meciéndose, escuchamos un texto dicho por una voz que se ubica en otro nivel de enunciación, quizás el pensamiento de este personaje, donde las palabras y las estructuras se repiten y marcan un ritmo que se complementa con el movimiento de la mecedora. Enoch Brater menciona la posibilidad de pensar esta pieza como un “poema escénico”, y coloca la problemática del límite entre los géneros en el centro de la tensión textual, allí donde el arte del lenguaje y el arte dramático devienen en una unidad en la representación1. En las últimas obras narrativas de Beckett, encontramos esta misma tensión ya que podemos vislumbrar elementos y recursos que se asimilan directamente a su producción poética. Sus últimos textos en prosa escapan de la anécdota lineal y del relato para instalarse en un espacio diferente y autónomo en la escritura, ya no estamos frente a un texto referencial con una representación de la temporalidad en la historia, sino en una historicidad marcada por la escritura, es decir por las palabras y su materialidad2. Este comentario que hacemos se basa en sus últimas obras narrativas, ya que, en sus primeras novelas, por ejemplo, Murphyo Molloyse narra un relato, cuya estructura a lo largo de la posterior producción beckettiana se irá descentralizando y disgregando, para caer en un continuo intento de sabotear la historia e insertar la reflexión sobre las posibilidades de enunciación y de conocimiento por medio de las palabras. Comentaremos brevemente, en primer lugar, el camino inverso que se plantea en su primer poema, (W)Horoscope, donde, pese a ser un texto poético, encontramos marcas de narratividad ya que tenemos un personaje, Descartes, que se presenta como una máscara que enuncia, que se pregunta y recuerda momentos específicos de su vida. El poema coloca en primer lugar la relación que establece con el género biográfico, la cual podemos leer a partir de las notas paratextuales del poema, las cuales insertan una cronología en el texto poético a partir de los datos de la vida del filósofo. En este camino de dos vías, vemos por un lado, de qué manera las obras se contaminan y, por otro, cómo se desdibujan los géneros en la escritura de Samuel Beckett.
Gerard Genette llamó narración mínima al relato de un suceso que deviene en transformación, nos dice: “el paso de un estado anterior a un estado posterior y resultante. ´Ando´ supone (y se opone a) un estado de partida y un estado de llegada. Es toda una historia y, para Beckett, sería ya demasiado para contarla y para escenificarla” 3. En el caso de la narrativa de Samuel Beckett vemos que podemos trasladar la idea de transformación señalada por Genette a un espacio diferente, un nivel metatextual, enmarcado por las palabras, lo cual trae aparejado enfrentar un estado anterior del lenguaje, (que en Beckett podemos colocar en el lugar de la mente o en sus palabras: “skull”, cráneo) con su manifestación en la voz que enuncia, es decir la traslación del pensamiento a la voz. Un elemento importante en esta mutación es la memoria de quien enuncia, de ese narrador indeterminado que asume el papel de protagonista de su propio pensamiento, pero que sin embargo no se puede constituir como un “sujeto”, sino a partir de la percepción de sí mismo como otro, es decir construyéndose a sí mismo como relato, por lo tanto como ficción. Leemos en Company: Deviser of the voice and of its hearer and of himself. Deviser of himself for company. Leave it at that. He speaks of himself as of another. He says speaking of himself, He speaks of himself as of another. 4 [Inventor de la voz y de su oyente y de sí mismo. Inventor de sí mismo para hacerse compañía. Déjalo así. Habla de sí mismo como de otro. Él dice hablando de sí mismo, Él habla de sí mismo como de otro.] 5
La problemática planteada a partir de esta duplicación del sujeto es la falta de referencialidad que se produce, ya que “ese otro” es un referente vacío y a la vez un referente obligado, consecuentemente no hay otra manera de decir más que sobre sí mismo, llevando a la narración a la imposibilidad de presentar el conocimiento del mundo más allá del propio pensamiento de quien narra, en última instancia de su propia realidad que pertenece a su mundo interior. La memoria es entonces, no recuerdo de una experiencia, sino recuerdo de lenguaje, las palabras construyen un pasado en el relato, desnudando las tramas del texto, ya que formulan la manera en que esa voz piensa y concibe cómo decir.
Una de las características del lenguaje poético planteada desde Mallarmé hasta nuestros días, es su autonomía con respecto a las referencias que se encuentran fuera del orden simbólico del lenguaje. Retomando el ejemplo, si el “sujeto” es otro, la mirada sobre el mundo será ajena a quien enuncia, desdoblando la interpretación hacia la construcción misma de un texto que se construye, no mirando hacia un pasado, sino estableciendo un presente enunciativo. Sin duda, la reconstrucción de este discurso, por la naturaleza del sujeto que se presenta en estas narraciones, se presentará de forma fragmentaria, lo que llevará a preguntarse por el decir, motivo esencial del último poema de Beckett “Comment dire”. Esta pregunta, de alguna manera, responde a los interrogantes de toda poética. En el caso de Beckett, -lector de Fritz Mauthner- la misma se postula desde la idea de concebir el lenguaje como un medio imperfecto para conocer el mundo y por lo tanto para comunicarlo. Tanto en su poesía como en su prosa, Beckett señala esta problemática: la relación entre la voz y el mundo. Un poema editado en 1935, “The Volture” comienza planteando esta posición frente al mundo: dragging his hunger through the sky / of my skull shell of sky and earth6 [arrastrando su hambre a través del cielo / de mi cráneo caparazón de cielo y tierra.]. Como podemos observar, la percepción del mundo se produce sólo dentro del cráneo del sujeto, el cual contiene “cielo” y “tierra”, es decir estamos ante una realidad mental, con lo cual la voz dice los fragmentos que se encuentran y que se recuperan en ese mundo interior. La nouvelle Company, es el ejemplo más claro, una voz que cree recordar y sólo enuncia –como decíamos anteriormente- en ese presente en el cual de alguna manera se construye el texto. La necesidad de un oyente que marca toda enunciación, (ya que siempre está dirigida a alguien aunque sea a nosotros mismos), implica la creación de ese personaje que oiga a la voz que dice y que a su vez lo está creando.
Sin duda la representación del mundo desde esta perspectiva se verá frustrada por intentos vanos de enunciar la experiencia de ese sujeto. Estos intentos revelarán la posición de esa voz que repite y enuncia cada vez ese fracaso, transformando al texto en un murmullo que terminará casi descomponiendo hasta al mismo sujeto.
La paradoja que se presenta en el tema que estamos tratando, es que se trata de lenguaje. Toda palabra, como toda frase tiene su historia. Hay una herencia detrás de esa voz y es a partir de allí donde Beckett presiente la obligación de decir. La narración, en este caso, se ve impedida de narrar los acontecimientos al perder su historia, y en esta formulación se presentan como el relato mismo del narrar. La acción de los personajes se manifiesta a través de una voz que los despoja de movimientos. Tanto la bicicleta como las muletas, elementos utilizados por los personajes en los primeros relatos y novelas de Beckett, se ven suplantados por la inmovilidad de los personajes de los últimos textos7. Si el movimiento es mínimo, la pregunta que surge será: qué mutación se puede contar o resaltar en esa idea de narración mínima que planteaba Gérard Genet. La transformación, entonces deviene en el punto de observación. Quien narra se sitúa fuera del campo de la experiencia, para ubicarse en el lugar de la mirada exterior, en ese desdoblamiento que supone posteriormente la autopercepción. La figura del doble se extiende de esta manera a la mirada sobre sí mismo, retomando el mito de Narciso que contempla sin saber su autodestrucción, es decir su deseo.
Si la realidad, para estos personajes, es la imagen pensada, pero no dicha, el deseo colocado en esta posición, pasa a un plano de traición con respecto a la escritura misma, ya que, en el continuo fracaso de satisfacción del decir se narrará sólo aquello que las palabras permitan ser narrado. Desde esta perspectiva, los personajes beckettianos se presentarán fuera de un tiempo histórico, sin pasado ni futuro, y como dijéramos antes imbuidos en un presente que los está formulando y recreando cada vez.
Sin embargo la memoria como constructora de ese pasado narrado es fundamental, ya que es el mismo narrador el que apela a ella justificando su presente enmarcado en la inmovilidad, estableciendo un espacio narrativo situado en primer lugar en el pensamiento de ese narrador, para luego focalizar su mirada en la construcción del relato. Sin embargo volviendo a una idea del principio, la pregunta por la voz, es decir ¿quién enuncia? se muestra complejizada, ya que la focalización se mimetiza con la narración misma. A partir de esto podemos decir que el discurso es una puesta en abismo de un narrador que cuenta su experiencia como sujeto que enuncia. Bajo esta perspectiva podemos sostener que, por las características de este relato, estamos ante una “narración simultánea” ya que lo narrado es la experiencia que cuenta una voz recuperando y recreando su pasado a través del pensamiento que se distancia en la figura del narrador. Comapanycomienza ubicando la mirada de este narrador afuera, y desde allí marca la impersonalidad de su objeto, leemos: A voice comes to one in the dark. 8 [Una voz llega a alguien en la oscuridad.]. Este comienzo trae aparejados una serie de problemas con respecto a las características de esta nouvelle, la incertidumbre para el lector al encontrar un espacio narrativo donde las huellas de la historia se esconden detrás de la enunciación. Esta ambigüedad está más cercana al espacio poético que a la prosa narrativa, ya que aleja las instancias de la historia misma para dar cabida en su lugar al acto de enunciación. Esa voz distanciada se une al final de la narración con su objeto de enunciación cuando dice: The fable of one with you in the dark. The fable of one fabling of one with you in the dark.9 [El relato de alguien contigo en la oscuridad. El relato de alguien relatando contigo en la oscuridad.] ante lo cual tenemos que pensar, entonces, que esa voz narrativa se desdibuja en su objeto narrado y pierde su espacio de representación en el otro.
Como vimos, la estructura fragmentaria de Companyinduce a pensar en una identidad fragmentaria, tanto del narrador como de su objeto. Esta voz desdoblada repite palabras marcando el ritmo de la narración, lo cual enfatiza esta fragmentación del relato, ya que atenta contra la linealidad de la historia. Sin duda, un relato cuya voz se establece a partir de la presencia de otro, que es a su vez creado por esa voz, nos lleva a pensar en la hipótesis de la autonomía de la enunciación, al crear su propio oyente y colocar la historia fuera de la narración, para que el texto se aleje de la anécdota y enmarque su propia construcción más cercana al lenguaje poético. Beckett se presenta, de este modo, como un poeta, lo cual nos lleva a considerar en la lectura de sus últimas narraciones una posible perspectiva que podemos sintetizar diciendo que es una reflexión sobre la escritura poética, sin ser un poema, ni una narración propiamente dicha, ni un escrito crítico. Ubicando, de este modo, el espacio de representación fuera del esquema clasificatorio de los géneros y reflexionando a partir de la tensión que sufre el lenguaje cada vez que decimos y nombramos.
1. Brater, Enoch, Beyond Minimalism, New York, Oxford University Press, 1987, p.172.
2. Cfr. Ducrot, O. y Todorov, T., Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, México: Siglo XXI, p. 340.
3. Genette, Gérard, Nuevo discurso del relato, Madrid: Cátedra, 1998, p.16.
4. Beckett, Samuel, Comapanyen Nohow on, London: Calder, 1989, p. 20.
5. Las traducciones me pertenecen.
6. Beckett, Samuel, Collected Poems in English & French, New York: Grove Press, 1977, p. 9.
7. Tenemos que tener en cuenta que uno de los primeros personajes de Beckett (sino el primero) es Belacqua que en correspondencia con el personaje dantesco del Purgatorio estaría anticipando el estado de ataraxia de los futuros Murphy, Moran, etc.
8. Beckett, Samuel, Comapanyen Nohow on, London: Calder, 1989, p. 5.
9. Beckett, Samuel, Comapnyen Nohow on, London: Calder, 1989, pp. 51-52.
El presente ensayo es publicado con la autorización de Fundación MALBA (Diario Literatura) y el autor, Lucas Margarit.
Lucas Margarit es Doctor en Letras por la Universidad de Buenos Aires, su tesis trató acerca de la poesía de Samuel Becket y ha realizado su post-doctorado sobre la traducción y la autotraducción en la poesía de este mismo autor. Ex becario del British Council, UBA Doctorado, FNA. Es poeta y profesor e investigador en la Universidad de Buenos Aires. Ha colaborado con numerosas publicaciones y dictó cursos, seminarios y conferencias tanto en Argentina como en el exterior (México, España, Polonia, Eslovaquia, etc.) Publicó los libros de poesía, Círculos y piedras, Lazlo y Alvis, El libro de los elementos, Bernat Metge, elis o teoría de la distancia y acaba de salir Telesio. Brevissimo tratado sobre el asombro. Entre sus títulos de ensayos, Samuel Beckett. Las huellas en el vacío, Leer a Shakespeare: notas sobre la ambigüedad. Asimismo, ha editado con el grupo de investigación que dirige tres tomos de textos utópicos ingleses (dos volúmenes con textos del siglo XVII y un tercero con Utopías del siglo XVIII) y Poéticas Inglesas del Renacimiento. Es co-director de la revista Beckettiana (UBA) e Inter Litteras (UBA), y miembro del comité de Buenos Aires Poetry, Estudio Teatro (Lima), Escenológicas (Polonia), entre otras. Es miembro de la Samuel Beckett Society y de la Asociación Argentina de Teatro Comparado. Sus poemas han sido traducidos al inglés, al portugués, al catalán y al italiano. Está terminando un nuevo libro de ensayos sobre Samuel Beckett.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Lucas Margarit.
Samuel Beckett (13 de abril de 1906 – 22 de diciembre de 1989) novelista, guionista, traductor y dramaturgo. Oriundo de Dublín, Irlanda. Su formación en el hogar y en la escuela se rigió por la religión protestante, su familia perteneció a la clase media de Dublín: su padre William Beckett, era aparejador, y su madre, May Roe, enfermera, ambos profesaban la religión protestante. Su madre siempre estuvo muy al pendiente de Samuel por su inestable salud.
Samuel acudió a la Earlsford House School, en el centro de la ciudad. Simultáneamente adelantó clases de música y luego ingresó a la Portora Royal School, donde permaneció hasta graduarse. Samuel ingresó al Trinity College de Dublín, donde obtuvo la licenciatura en lenguas románicas. Durante esta etapa Samuel se desempeñó con excelencia en el deporte: rugby, tenis y cricket, fue considerado la “biblia del cricket”. También fue muy bueno en el ajedrez, situación que recreó a menudo en sus obras futuras.
Luego de obtener el título fue profesor en París, y autor del ensayo crítico sobre Marcel Proust. En este lugar conoció a James Joyce, del cual fue traductor y construyeron una fuerte amistad. Volvió a su antigua alma mater para doctorarse. Luego de un tiempo se desempeñó como traductor de francés, pero abandonó el trabajo para iniciar un viaje por Francia, Alemania e Italia, en estos lugares tuvo que desempeñar diversos oficios para completar el poco dinero enviado por su padre.
La situación fue aún más crítica cuando su padre murió en 1933, supuso un golpe emocional y económico para el escritor, en 1937 se estableció definitivamente en París. En este lugar, logró obtener un puesto como colaborador en la École Normale Superieur, y también pudo conocer al escritor James Joyce, para quien trabajaría como asistente. Joyce leyó su primer cuento, Conjetura, escrito en 1929, Joyce le dio importantes halagos sobre este. A partir de ahí Beckett publicó más relatos, poemas y ensayos.
Beckett tuvo que experimentar la ocupación alemana, en ese momento decidió en 1942, unirse a la Resistencia, pero tuvo que huir de la Gestapo gravemente herido para refugiarse en el sur de Francia, en este lugar tuvo todo el tiempo necesario para escribir su novela Watt. Ahora bien, al culminarse la Segunda Guerra Mundial, se entregó de lleno a la escritura: realizó la trilogía novelística Molloy, Malone muere y El innombrable, y en suma fue el responsable de la creación de dos piezas de teatro. Aunque utilizaba el inglés como lengua literaria, a partir de 1945 la mayor parte de su producción se escribió en francés, y él mismo las tradujo al inglés.
Luego del tiempo Beckett no pudo asumir esta responsabilidad, así que surgió una dificultad para encontrar traductor y en buena medida editor, esto no se resolvió hasta 1951, cuando su compañera, Suzanne Deschevaux-Dumesnil, que luego fue su esposa, encontró uno para Molloy. Esta novela fue realmente un éxito, y en especial dio pie a la representación de Esperando a Godot en el teatro Babylone de París. Su obra estuvo muy influencia por la nueva estética de Eugène Ionesco, en ese sentido, mostró una ruptura con las técnicas tradicionales dramáticas.
La obra más significativa y exitosa del novelista irlandés fue Esperando a Godot (1953). Una tragicomedia dividida en dos actos, y pertenece al teatro de lo absurdo. La pieza trascurre en una carretera rural, en donde Vladimir y Estragón, esperan a un tal Godot, con quien al parecer han concertado una cita, sin que se sepa el motivo, pero pasan los días y Godot no llega. Mientras esperan nacen diálogos de todo tipo, aunque con pobres niveles de comunicación. Luego de este gran momento en su carrera como dramaturgo, Beckett fue contratado por la BBC, en donde dirigió su obra radiofónica All That Fall y también realizó guiones para cine y televisión, incluso estuvo en varios programas de radio.
Otra de las piezas importantes de Beckett es, Días felices (1963), esta contiene una original puesta en escena. La crítica caracterizó el teatro de Beckett como un teatro de tonos existencialistas, preocupado por la exploración de la radical soledad y el desamparo de la existencia humana, esto también se encuentra presente en su prosa, austera y disciplinada, aunque llena de un humor satírico. Gracias a su excelente trabajo fue premiado en el año 1969 con el Premio Nobel de Literatura. En este se mencionó la importancia para el nacimiento de la experimentación literaria y el teatro del absurdo.
Luego de recibir el Premio Nobel continúo con su trabajo incesante. Sobre todo en el campo del teatro, publicó sus últimas obras y antologías de escritos o poemas hasta bien entrados la década de los 80. Pero su trabajo se vio interrumpido el 22 de diciembre de 1989 cuando el escritor irlandés Samuel Beckett murió en un sanatorio de París, a causa de enfisema, fue enterrado en el Cementerio de Montparnasse.
Semblanza tomada de la página
historia-biografía.com
Fuente fotográfica: Biblioteca nacional del maestro y de Wikimedia Commons.
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