La vida escandalosa de César Moro, poemas.

 

Visión de pianos apolillados cayendo en ruinas

 

 

 

El incesto representado por un señor de levita

 

Recibe las felicitaciones del viento caliente del incesto

 

Una rosa fatigada soporta un cadáver de pájaro

 

Pájaro de plomo dónde tienes el cesto del canto

 

Y las provisiones para tu cría de serpientes de reloj

 

Cuando acabes de estar muerto serás una brújula borracha

 

Un cabestro sobre el lecho esperando un caballero moribundo de las islas del Pacífico que navega en una tortuga musical divina y cretina

 

Serás un mausoleo a las víctimas de la peste o un equilibrio pasajero entre dos trenes que chocan

 

Mientras la plaza se llena de humo y de paja y llueve algodón

 

arroz agua cebolla y vestigios de alta arqueología

 

Una sartén dorada con un retrato de mi madre

 

Un banco de césped con tres estatuas de carbón

 

Ocho cuartillas de papel manuscritas en alemán

 

Algunos días de la semana en cartón con la nariz azul

 

Pelos de barba de diferentes presidentes de la república del Perú

 

clavándose como flechas de piedra en la calzada y produciendo un patriotismo violento en los enfermos de la vejiga

 

Serás un volcán minúsculo más bello que tres perros sedientos

 

haciéndose reverencias y recomendaciones sobre la manera

 

de hacer crecer el trigo en pianos fuera de uso

 

 

 

 

 

El Mundo ilustrado

 

 

 

Igual que tu ventana que no existe

 

Como una sombra de mano en un instrumento fantasma

 

Igual que las venas y el recorrido intenso de tu sangre

 

Con la misma igualdad con la continuidad preciosa que me ase

 

gura idealmente tu existencia

 

A una distancia

 

A la distancia

 

A pesar de la distancia

 

Con tu frente y tu rostro

 

Y toda tu presencia sin cerrar los ojos

 

Y el paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no era

 

no podía ser sino el reflejo inútil de tu presencia de hecatombe

 

Para mejor mojar las plumas de las aves

 

Cae esta lluvia de muy alto

 

Y me encierra dentro de ti a mí solo

 

Dentro y lejos de ti

 

Como un camino que se pierde en otro continente

 

 

 

 

 

Vienes en la noche con el humo fabuloso de tu cabellera

 

 

 

Apareces

 

La vida es cierta

 

El olor de la lluvia es cierto

 

La lluvia te hace nacer

 

Y golpear a mi puerta

 

Oh árbol

 

Y la ciudad el mar que navegaste

 

Y la noche se abren a tu paso

 

Y el corazón vuelve de lejos a asomarse

 

Hasta llegar a tu frente

 

Y verte como la magia resplandeciente

 

Montaña de oro o de nieve

 

Con el humo fabuloso de tu cabellera

 

Con las bestias nocturnas en los ojos

 

Y tu cuerpo de rescoldo

 

Con la noche que riegas a pedazos

 

Con los bloques de noche que caen de tus manos

 

Con el silencio que prende a tu llegada

 

Con el trastorno y el oleaje

 

Con el vaivén de las casas

 

Y el oscilar de luces y la sombra más dura

 

Y tus palabras de avenida fluvial

 

Tan pronto llegas y te fuiste

 

Y quieres poner a flote mi vida

 

Y sólo preparas mi muerte

 

"i la muerte de esperar

 

Y el morir de verte lejos

 

Y los silencios y el esperar el tiempo

 

Para vivir cuando llegas

 

Y me rodeas de sombra

 

Y me haces luminoso

 

Y me sumerges en el mar fosforescente donde acaece tu estar

 

Y donde sólo dialogamos tú y mi noción oscura y pavorosa de tu ser

 

Estrella desprendiéndose en el apocalipsis

 

Entre bramidos de tigres y lágrimas

 

De gozo y gemir eterno y eterno

 

Solazarse en el aire rarificado

 

En que quiero aprisionarte

 

Y rodar por la pendiente de tu cuerpo

 

Hasta tus pies centelleantes

 

Hasta tus pies de constelaciones gemelas

 

En la noche terrestre

 

Que te sigue encadenada y muda

 

Enredadera de tu sangre

 

Sosteniendo la flor de tu cabeza de cristal moreno

 

Acuario encerrando planetas y caudas

 

Y la potencia que hace que el mundo siga en pie y guarde el equilibrio de los mares

 

Y tu cerebro de materia luminosa

 

Y mi adhesión sin fin y el amor que nace sin cesar

 

Y te envuelve

 

Y que tus pies transitan

 

Abriendo huellas indelebles

 

Donde puede leerse la historia del mundo

 

Y el porvenir del universo

 

Y ese ligarse luminoso de mi vida

 

A tu existencia

 

 

 

 

 

La vida escandalosa de César Moro

 

 

 

Dispérsame en la lluvia o en la humareda de los torrentes que pasan

 

Al margen de la noche en que nos vemos tras el correr de nubes

 

Que se muestran a los ojos de los amantes que salen

 

De sus poderosos castillos de torres de sangre y de hielo

 

Teñir el hielo rasgar el salto de tardíos regresos

 

 

 

Mi amigo el Rey me acerca al lado de su tumba real y real

 

Donde Wagner hace la guardia a la puerta con la fidelidad

 

Del can royendo el hueso de la gloria

 

Mientras lluvias intermitentes y divinamente funestas

 

Corroen el peinado de tranvía aéreo de los hipocampos relapsos

 

Y homicidas transitando la terraza sublime de las apariciones

 

En el bosque solemne carnívoro y bituminoso

 

Donde los raros pasantes se embriagan los ojos abiertos

 

Debajo de grandes catapultas y cabezas elefantinas de carneros

 

Suspendidos según el gusto de Babilonia o del Transtévere

 

El río que corona tu aparición terrestre saliendo de madre

 

Se precipita furioso como un rayo sobre los vestigios del día

 

Falaz hacinamiento de medallas de esponjas de arcabuces

 

Un toro alado de significativa alegría muerde el seno o cúpula

 

De un templo que emerge en la luz afrentosa del día en medio de las ramas podridas y leves de la hecatombe forestal

 

 

 

Dispérsame en el vuelo de los caballos migratorios

 

En el aluvión de escorias coronando el volcán longevo del día

 

En la visión aterradora que persigue al hombre al acercarse la hora entre todas pasmosa del mediodía

 

Cuando las bailarinas hirvientes están a punto de ser decapitadas

 

Y el hombre palidece en la sospecha pavorosa de la aparición definitiva trayendo entre los dientes el oráculo legible como sigue:

 

 

 

     Una navaja sobre un caldero atraviesa un cepillo de cerdas de dimensión ultrasensible; a la proximidad del día las cerdas se alargan hasta tocar el crepúsculo; cuando la noche se acerca las cerdas se transforman en una lechería de apariencia modesta y campesina. Sobre la navaja vuela un halcón devorando un enigma en forma de condensación de vapor; a veces es un cesto colmado de ojos de animales y de cartas de amor llenas con una sola letra; otras veces un perro laborioso devora una cabana iluminada por dentro. La obscuridad envolvente puede interpretarse como una ausencia de pensamiento provocada por la proximidad invisible de un estanque subterráneo habitado por tortugas de primera magnitud.

 

 

 

El viento se levanta sobre la tumba real

 

Luis II de Baviera despierta entre los escombros del mundo

 

Y sale a visitarme trayendo a través del bosque circundante

 

Un tigre moribundo

 

Los árboles vuelan a ser semillas y el bosque desaparece

 

Y se cubre de niebla rastrera

 

Miríadas de insectos ahora en libertad ensordecen el aire

 

Al paso de los dos más hermosos tigres del mundo

 

 

 

 

 

Estos poemas forman parte del libro La Tortuga Ecuestre (1938-1939)

 

 

César Moro nació en Lima, Perú, el 19 de agosto de 1903. Estudió en el Colegio de La Inmaculada de los jesuitas. Se formó de manera autodidacta como pintor y poeta. Gran parte de su poesía fue escrita en francés, durante su largo período de estancia en París, ciudad a la que llegó en 1925, y donde se integró en el grupo surrealista francés, capitaneado por André Breton, en 1928. En 1933 regresó a Lima.

 

En 1935 organizó con el poeta peruano Emilio Adolfo Westphalen, la primera exposición surrealista de Latinoamérica, en la Academia Alcedo de Lima.
En 1938 tuvo que exiliarse a Méjico por motivos políticos, donde residió una década. En este país escribió su libro de poesía en español La Tortuga Ecuestre, aunque no pudo llegar a publicarlo, solo logró editar en francés: "Chateau de Grisou" (1942) y "Lettre d'amour" (1943).En 1940 organizó con el pintor Wolfgang Paalen y André Bretón la Cuarta Exposición Internacional del Surrealismo para la Galería de Arte Mexicano.
Volvió a Lima en 1948, año en que trabajó como profesor en el Colegio Militar Leoncio Prado. En 1955 culminó una de sus obras principales, Amour à mort.
Murió el 10 de enero de 1956.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA
La tortuga ecuestre (1938)
Cartas (1939)
Lettre d'amour (1939);
El castillo de Grisú (1941)
L'homme du paradisier et autres textes (1944)
Trafalgar Square (1954)
Amour à mort (1955)
Los anteojos de azufre (1958)© Escritores.org. Contenido protegido. Más información: https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/19593-copias

 

 

 

Fuente biográfica: escritores.org

 

Fuente Fotográfica: MXCTY Guía Insider

 

 

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