Noche, poema de Massimo Pedroni

 

NOCHE

 

 

 

Hospedería.

 

Interior oscuro de la noche.

 

Hospedería. De varios pisos.

 

No se muestran documentos.

 

Noche para desperdiciar.

 

Enterrada por lo no dicho y lo no hecho.

 

No se entiende

 

Como pueda devorar

 

Todas esas paletas de luz.

 

La noche.

 

Sin embargo uno logra salir.

 

Porque …  uno sí sale …

 

Con los huesos rotos

 

Los compromisos que apremian.

 

Todavía nacemos. Todavía.

 

Sin parar.

 

Nuevos.

 

Hambrientos de asombro.

 

Mordisqueando rebanadas de verdad.

 

Pequeñas. diminutas.

 

De verdad.

 

                                                                                                               07/09/19  (Otricoli)

 

 

 

Suburbios habitados, los de la noche.

 

Periferias extremas.

 

Bordeando el miedo.

 

De ser tragado por un precipicio que desaparece.

 

Casas de techo bajo.

 

Aplastadas.

 

Pitones de angustia se ciernen

 

Entre esos contrafuertes.

 

Algunos sueños quedan estrangulados.

 

Sobre pisos de terracota.

 

El Sueño queda. Aguanta.

 

Afortunadamente.

 

En la niebla de cada despertar.

 

                                                                                           09/09/19    (Otricoli)

 

 

 

Noche de techos inclinados.

 

Como todas las otras noches.

 

Con el alero.

 

Obstruido. A veces.

 

Lo suficiente basta.

 

Se desborda.

 

Epifanías. Melancolías.

 

Presagios …

 

Incluso presagios.

 

Arena y cemento.

 

Empresas del futuro.

 

Y es difícil. Mucho. Muchísimo.

 

Entender cuál es nuestro lugar.

 

El verdadero.

 

En el día o en la noche.

 

 

 

                                                                                           11/09/19             (Otricoli)

 

Suave. Impalpable. Inquietante.

 

Se desenrolla sin chirriar.

 

La noche.

 

Colilla ciega de seda.

 

Brisa de simplificación callosa.

 

Regenera estandartes

 

Sacude las velas embotadas.

 

Una está cauto. La noche.

 

No es plana. Uniforme.

 

Agujeros negros. Turbios. Difuminados.

 

La noche.

 

La cruzamos. Y cruzamos.

 

Depredadores de mochila rota.

 

La llenamos de arena con visiones.

 

Las nuestras.

 

Y así todos quedamos desenmascarados.

 

 

 

                                                                                                     17/09/19        (casa)

 

 

 

 

 

Se enciende. Vaya si se enciende

 

La cerilla contra el viento de la noche.

 

Cuando cerramos los ojos. Se enciende.

 

Cerramos los ojos con el corazón bien abierto

 

Por los atardeceres. Por las resurrecciones.

 

Arde en cuencos llenos de oscuridad.

 

La noche.

 

Cantamos en la oscuridad.

 

Mucho. Todos. En un círculo.

 

Lo desconocido se nos aparece

 

Sanguijuela de liga cóncava.

 

Tendremos que abrir de nuevo esos ojos.

 

Tarde o temprano.

 

De seguro.

 

La tormenta de la oscuridad

 

Sigue hostigándonos

 

Entre Cumpleaños y Bautizos.

 

En todo momento.

 

Solo hay que reconocerlo.

 

 

 

                                                                                                     22/09/19

 

 

 

Brazos de zinc echados al cuello. Vacíos.

 

relucientes. En la noche.

 

En una promiscuidad de colchones de barro.

 

Cuerpos cavernosos doman la Vía Láctea.  

 

El metro de la noche  silba.

 

De un patio a otro.

 

Muy seguido. Entendido.

 

Las puertas se abren.

 

Se tragan cuerpos sudados. Cansados. Bifocales.

 

Rumian sobre las congojas. Venganzas. Brazos de zinc.

 

Se conmueven por lutos corruptos.

 

Derraman gotas temblorosas. De llanto. Inervados con coral. 

 

El día de la noche siempre está allí..

 

Tallado en los corazones rotos.

 

Un semáforo de lava.

 

¿Será por esto que no logramos la paz?

 

O por el miedo a las cavernas.

 

De los cuerpos cavernosos obviamente.

 

De esa oscura obra.

 

 

 

                                                                                                     03/10/19      (casa)

 

 

 

Centinela en alerta.

 

En alerta estoy.

 

Con las alabardas de la inquietud

 

De las visiones. Sujetadas firmemente.

 

Por los caminos.

 

Bajo dinteles de oscuridad.

 

Los pigmentos de las estrellas desgarran 

 

Racimos de oscuridad.

 

La amenaza.

 

Todo es amenazante.

 

El planear encantado de plumas hinchadas

 

De búhos y lechuzas.

 

Ser rozados por el suave

 

Manto de lo desconocido.

 

Todavía no estamos seguros si la batalla a pelear

 

Es la del alba.

 

 

 

                                                                                 11/10/19   (casa)

 

Traducción de Zingonia Zingone

 

 

 

Poemas de Massimo Pedroni, del libro “Notte metropolitana”, Capire Edizioni, 2021.

 

 

Massimo Pedroni (Roma, Italia, 1957) es poeta, escritor, periodista, actor, y director de teatro. Ha publicado cuatro novelas: FerdinandLa sfacciataggine dei sogniAlla salute, y Dichiarazione di morte presunta; y tres libros de poesía: Viola (non è una donna ma i colori della copertina del mio moleskine)Per scomessa, y Vuoto scorsoio. 

 

 

 

Semblanza y fotorgrafía proporcionados por el autor.

 

 

Zingonia Zingone (1971) es una poeta, narradora, licenciada en Economía, y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Vive entre Italia y Costa Rica. Cuenta con poemarios editados en España, México, Costa Rica, Italia, India, Francia, Nicaragua y Colombia. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013), Petit Cahier du Grand Mirage (Éditions de la Margeride, 2016) y las tentaciones de la Luz (Anamá Ediciones, 2018). Entre sus trabajos de traducción destacan los más recientes poemarios de la nicaragüense Claribel Alegría: Voci (Samuele Editore, 2015), que se adjudicó el premio internacional Camaiore 2016, y Amore senza fine (Edizioni Fili d’Aquilone, 2018). Dirige la columna de poesía internacional en la revista italiana MINERVA.

 

 

 

 Poemarios editados en español:

 

 

 

Máscara del delirio, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2006.

 

 CosmoAgonía, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2007.

 

 Tana Katana, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2009.

 

 Equilibrista del olvido, Editorial Germinal, Costa Rica 2012.

 

 Los naufragios del desierto, Vaso Roto Ediciones, España, 2013.

 

 Las tentaciones de la Luz, Panamá, Nicaragua, 2018.

 

 El canto de la Sulamita – Poesía Reunida, Uniediciones, Colombia, 2019.

 

 

Semblanza y fotorgrafía proporcionados por la autora.

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