AQUEL QUE ESPERA QUE EL SUEÑO TERMINE
Aquel que espera que el sueño termine
es un mentiroso
que pierde su tiempo en cábalas.
No terminará la promesa de la restauración.
Los libros de Alejandría están guardados
en mi corazón que se los robó a una estrella.
Nunca nada se pierde.
CONTRACANTO
No tienen adonde dormir, ni una colina
ni una lápida. Ni una tumba donde descansar.
Son el alma del viento que nunca se detiene,
la sustancia del azul, linfa de las plantas.
No preguntes, entonces, dónde están.
Ahora aquí, mañana en el otro polo.
Los que presenciaron la quema se han suicidado;
los que ya estaban muertos, volvieron a morir.
En el corazón del día se abrió un diluvio
de llamas, y arrancó las puertas de sus bisagras. En un relámpago
todos murieron: custodios y lectores, carbonizados,
ratones, lepismas y arañas.
Pero no pregunten dónde están.
Sus cenizas se dispersaron con aquellas
de Katíos Lipóma, Gheorghes Nepatámulo,
con las de Lisípo de Roseto, de Kakós el Sibarita.
No pregunten ¿por qué sucedió? Las cosas pasan
porque así quedó establecido en algún sitio de la fantasía
y del dolor. Sé que todavía,
en el fondo de los mares, lloran las sirenas.
EFRITO CACASIPULOS
Ya no importa
que yo haya sido un escritor. Mi nombre
ya no existe en ningún lado,
en ningún pergamino. Si la memoria de los dioses
fuera golpeada por una funesta distracción,
tendríamos, cíclicamente, extensas desgracias.
Dijeron que por mi culpa
aconteció la danza del fuego.
Yo era el fustigador de los disfraces, mi obra
un filtro de la sabiduría. Incluso Eratóstene
por meses me acosó. Me esperaba
frente a mi casa, injuriándome, llorando,
repetía que la Biblioteca era un sitio ameno
y no un templo. Inútiles rumores
que me era difícil entender. Me informaron
que se ahogó en el Nilo. En cambio yo,
me he muerto tonto de tanto querer escribir
de nuevo cada obra, capítulo por capítulo.
Al final, la oscuridad estrechó mi mente
y heme aquí: una sombra que gime, inútil
circunstancia de un tiempo sin tiempo.
TESCANDILO ULIVOCOS
Es cierto, desde la nada plasmé
a mis personajes, sus corazones, gestos,
y pensamientos; el encanto del encuentro.
La invención hecha realidad, el escalofrío de la vida
que intenta desvelar el fondo de las cosas.
Los estudiosos me consideraban
el escritor de la luz, aquel que sabe sacar
de la oscuridad la pasta humana,
olvidada por quién sabe cuáles errores
en las radas de las sombras. Me deleitaba
y les enseñaba. Y he aquí el faro incandescente
y sutil de un porvenir que viene del desgaste.
El futuro ha perdido un anillo,
pero yo no me rindo, quiero descubrir
adónde las llamas se llevaron mis
pergaminos, si mis palabras se separaron
de mi alma.
FINOSIO GIACANOMOS
Amaneceres vendidos a bajo precio. Amaneceres comprados
con un puñado de trigo. Instantes perdidos
en el fulgor de lo dicho en exceso.
Decían que yo era el más grande,
que había logrado comprender
las razones de lo posible y había sabido,
en las huellas de los padres, injertar el futuro.
Cada uno de mis versos, un grito de los dioses
que ampliaba la vida y alejaba la muerte.
No logro consolarme y aquí
no me dan permiso de escribir, dicen
que ahora conozco el Misterio
y sería desleal. De todas maneras sé
que en mis versos crecía el infinito.
INESURO ASSANDALOS
Mi estante en la Biblioteca
era el más surtido. Ciento noventa obras.
Había pasado la vida entera sentado
pensando y pensando. La pluma fluía
como el vuelo de las gaviotas cuando
caen sobre su presa. Cuentos
que nacían desde mis adentros,
me acechaban o gritaban
ternura y querían ser
espejo del mundo, alma que vive.
Muchos ahora cuentan los mismos cuentos
que yo contaba. ¿Quién podrá decir
que fui el primero? Me hubiera gustado
escuchar mi nombre de vez en cuando,
alguien que al citarme me da
vida. En cambio, nunca existí, para nadie.
De acuerdo, los escritores somos servidores fantasma
de la palabra, pero por lo menos hubiera podido
ilusionarme; durante días el fuego escupió hiel,
borrándome.
PITENIO ZAZINIOS
Esta luz artificial tan pobre de esencia
pareciera traducir nuestra tragedia,
nosotros que fuimos los primeros y estamos ausentes
para siempre; tiene algo de sucio, impregna
el alma de reflejos escurridizos.
Escribí obras que no son indignas;
me ocupé de las verdades
que están en el fondo de los seres, navegué
por mundos inexistentes con la fantasía
que es el don más excelso que recibieron los hombres.
Los lectores soñaban conmigo, se hacían
más altos, más elegantes, más sensibles
y aprendían a mirar a los demás
con ese divino giro del amor
que hace de la vida un canto de mimosas.
Pero del Fuego llegó el terror
que vació a Alejandría. Soy
el autor del Kinsòsio, la summa que marcó
el buen camino para los hombres, pero la sombra
es demasiado dura después de los ardores.
* LA BIBLIOTECA D'ALESSANDRIA primera edición: Edizioni Lepisma, Roma, 2003. Edición multilingüe: Apollo Edizioni, Cosenza, 2020. (albanés, catalán, francés, inglés, latín, rumano, español, japonés, dialecto de Nápoles, y dialecto de Roseto).
Selección de poemas de Dante Maffia
del libro LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA*
(traducción de Zingonia Zingone)
Dante Maffia (17 de enero de 1946) es un poeta, novelista y ensayista Italiano. Nació en Calabria y vive en Roma. Ha escrito obras en italiano y en la lengua vernácula de Calabria traducidas a numerosos idiomas. Hizo su debut en 1974 con la publicación de la colección de versos, Il Leone non manggia L''Erba, con un prefacio de Aldo Palazzeschi. Sus pruebas poéticas posteriores le llevaron a la estima de grandes nombres, como Mario Luzi, Giorgio Caproni, Giacinto Spagnoletti, Natalia Ginzburg y Darío Bellezza (su amigo cercano). Durante mucho tiempo se dedicó a la investigación y la enseñanza en la Cátedra de literatura italiana del Prof. Luigi Reina, en la Universidad de Salerno. Fundó revistas literarias tan prestigiosas como "Il Policordo" , y dirigió "Polimnia" . Como crítico literario también colaboró con el periódico "Paese será" . Su obra más importante es la novela de Tommaso Campanella, 1996 Premio Stresa 1997, su última novela se titula El poeta y el carroñero, publicado por Mursia y prefacio de Walter Veltroni. Desde 2013 es presidente del Premio Vittoriano Esposito Di Celano (Aq). También preside otros concursos literarios, como el premio dedicado a Giosuè Carducci y titulado Dal Tirreno allo Ionio. En 2004 Carlo Azeglio Ciampi le otorgó la medalla de oro a la cultura de la presidencia de la República. El escritor fue nominado para el Premio Nobel de la región de Calabria.
El 10 de diciembre de 2010 en el Palazzo Chigi en Roma, Dante Maffia fue galardonado con el Premio Giacomo Matteotti de literatura italiana por Gianni Letta.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Zingonia Zingone.
Zingonia Zingone (1971) es una poeta, narradora, licenciada en Economía, y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Vive entre Italia y Costa Rica. Cuenta con poemarios editados en España, México, Costa Rica, Italia, India, Francia, Nicaragua y Colombia. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013), Petit Cahier du Grand Mirage (Éditions de la Margeride, 2016) y las tentaciones de la Luz (Anamá Ediciones, 2018). Entre sus trabajos de traducción destacan los más recientes poemarios de la nicaragüense Claribel Alegría: Voci (Samuele Editore, 2015), que se adjudicó el premio internacional Camaiore 2016, y Amore senza fine (Edizioni Fili d’Aquilone, 2018). Dirige la columna de poesía internacional en la revista italiana MINERVA.
Poemarios editados en español:
Máscara del delirio, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2006.
CosmoAgonía, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2007.
Tana Katana, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2009.
Equilibrista del olvido, Editorial Germinal, Costa Rica 2012.
Los naufragios del desierto, Vaso Roto Ediciones, España, 2013.
las tentaciones de la Luz, Panamá, Nicaragua, 2018.
El canto de la Sulamita – Poesía Reunida, Uniediciones, Colombia, 2019.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Zingonia Zingone
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