De Caja negra
4
Un hombre se bañó
en el chorro de la manguera
su piel fue quemadura de tercer grado
se cuenta que una mujer retó a la manguera
ella quería vengar al hombre
y distraía a los niños en carnavales
pero los niños la cogieron y la mataron
aún hoy se oye el chorro de la manguera
bañar espaldas puras.
14
Giramos
habilidad de la noche
manotazo
desmayos y plegarias
subir y subir para olvidar
tan necio
sismo
el cabello es perseguido
atributo de labio
en el cuello los sonidos.
16
Pregunta
interrupciones
y no desmaya sumisión
ojo en el caudal se llena culpable
desde el día que nos vimos hasta el día que nos vieron.
20
El me confesó que sacaría a su mamá del cementerio
la incineraría y colgaría las cenizas en el espejo retrovisor
era ambicioso
si yo tuviera dinero aprendería a manejar y compraría un camión
y te tendría de copiloto
iríamos a otros países
pero por favor no bebas porque yo cerraré los ojos y chocaremos
aceptamos avergonzados
y chocamos.
22
Un huevo cae del nido
el alma del pajarito se posa al costado de su mamá
ella llora a cada rato
ella es alcohólica
todos en su familia murieron borrachos
yo quisiera salir del mapa y volar
e imaginarme ser alguien que sonríe
pero mamá se tumba boca arriba
y su pecho es picoteado por el alma de su hijo.
23
Mi mejor grito fue a los cinco años
una lámpara cayó en mi cabeza
la radio anunciaba el silencio
y con él di un paseo
¿ya he dicho que todo es negro
y dónde está la lámpara?
empiezo a recordar mi mejor grito.
28
Yo golpeo a mi mejor amigo y
su padre le pega a mi papá
yo le robo a mi madre vodka
mato al gato que me arañó
mi mejor amigo me golpea y
vomito sobre mi padre
robo la comida del perro del barrio
me ha mordido en la pierna y los chicos de por ahí
sonrientes
desdibujan el sereno rostro de mi madre.
45
Una noche en la fiesta
un hombre murió
lo habían acusado de incendiar una tienda de golosinas
yo compraba caramelos ahí
él era mi amigo
él quería un poco de paz
yo lo miraba negando con la cabeza
aquel día me mostró baldes con gasolina
yo negaba con la cabeza
le dije que un hombre murió
él cerró los ojos y sonrió en la fiesta.
49
Lloré el cielo un poquito para adentro
y el timbre goteaba intenciones
y abriste la puerta y tus ojos giran en los míos
yo me deshice
lloré el mar un poquito para adentro
me dejé guiar por la sangre
de tu abrazo
de tu cosmogonía
y de tu color favorito.
52
Una noche te dije que vendería mi sangre
y escaparíamos
te invité un poco de licor
llegamos a la última baranda mareados
mil pisos abajo
ya no sé para qué el dinero de la sangre
excusas para tu sonrisa
tus golpes
y beber otra vez e intentarlo otra vez.
56
Qué temerario cuando compras el pan
y la sonrisa por los parientes muertos
pero qué gracia al verme en el espejo dormitando
¿cómo mantener la paz si hablas tan bien de la vida?
sigue corriendo que las ambulancias y bomberos nos alcanzan
entra al cuarto y arroja los vasos llenos de agua
ya no es necesario colocar dinamita en el parque
ya no es necesario pensar el amor ni la muerte
ya no es necesario salir de casa.
Luis León Velásquez (Lima, 1983). Ha publicado los poemarios: Absolutamente nada (2008), Bástate alegría (2011), Caja negra (2021), Proyecciones (2022).
Semblanza y fotografía proporcionadas por Luis León Velásquez.
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