Mariposas
Mientras iba rondando por el jardín de mi colonia de viviendas,
casualmente, le comenté a un amigo:
sabes, en estos días, ya no se ven esas pequeñas mariposas
amarillas, comunes.
Casualmente, me contestó
Esa marca se ha descontinuado.
Tío Pedru
Tío Pedru
Uno a uno tus órganos se vuelven traidores
Tu sillón de madera
El cenicero en el que pones tus bidis
Tu bacinilla para la mierda
El aleteo de tu Biblia desteñida
Y un marco de Cristo es todo que queda
Yo todavía siento tu presencia
Tumbado en el sillón, tosiendo y gimiendo
Fumando bidis inquietamente
Tu vida se está haciendo inaguantable para ti
Pero tú no puedes
Andar por el cuarto inquietamente
Tus labios tiemblan
Pero no pueden pronunciar palabra alguna
Hasta el humo que sale de tu bidi
Parece estar paralizado como tú
Frente al Cristo enmarcado
Murmurando una oración en la mente
Todo tu cuerpo murmura
Quizás una última oración para ti y para nosotros
Nos preguntabas a todos
"¿Qué hacen estos días?"
En aquel entonces yo no hacía nada
Más que escribir poemas
Tú decías
"Estás loco"
Pero leías con gran interés
Mis versos
Decías
"Cuando yo estaba en la U
Yo escribía poemas
Pero era por locura
La poesía te debilita, mijo
El día que dejé de escribir
Dejé de preocuparme por los demás
Y me convertí en el más fuerte de los hombres."
Pasaste tu vida sin compañera
Toda tu vida fuiste huérfano
Nunca nadie te amó
Y ahora bajo la luz de una bombilla de cero-vatios
Las palabras en la Biblia deben verse muy desteñidas
Así también tú
Nos pareces desteñido
Desde las barras de tu ventana
Estarás viendo
El día que se hace noche
Estarás adivinando la hora con un cálculo aproximado
No esperarás que alguien llegue
Y si algo esperas
Es que la ventana y todas las temporadas que percibes a través de ella
Se caigan encima de ti como hojas
Y cuando todo solo
Finalmente recordarás
Tu vida
En silencio
Le rezarás a Jesús
Con el alma angustiada
Tío
No eres pariente de nadie
¿A quién recordarás?
Y si recuerdas tu vida
¿Qué exactamente valió la pena recordar?
Ahora,
Cuando te recuerdo siento
Que en cualquier momento me puedo derrumbar
Pero
Todavía aguanto
Porque estoy loco, Tío,
Todavía escribo poemas
Estoy loco.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Desde la distancia, las vallas guiñan
y me miran fijamente.
¿Para cuál de éstas
soy el público meta?
¿O no lo soy del todo?
Y sin embargo, por ellas, nunca me siento solo.
Reavivan
todo tipo de recuerdos,
como si estuviera de vuelta en Shillong
paseando entre los pinos
o cruzando imprudentemente las calles celestiales de Pattaya
donde cada transeúnte me llama con respeto.
O saboreando un café en Florencia, cuando la oscuridad
que rodea a mis compañeros llega a mis ojos.
Antes, cada mañana estas palmeras,
centinelas del jardín, se despertaban y se estiraban.
Las flores, vomitadas como uno vomita huevos,
y muy visibles, en la sombra densa de los árboles
grumos brillantes de caca de paloma en una banca del parque.
Algunas manchas viejas y otras nuevas.
Mientras tanto, por el costado del trampolín de una piscina
el salvavidas juguetea con sus pulgares,
las hormigas marchan en fila india
por su pantaloneta, y detrás de él,
las palomas cogen sin descanso.
¿Tendrán una pareja fija, las palomas?
O es como en Bangkok o en Pattaya—raat gayi, baat gayi[1].
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
La capa de polvo que cubre uniformemente la pantalla de mi tele
define la importancia de mi vida.
Con su mirada afilada, el polvo me experimenta.
26/11[2], día y noche.
Por la mesa de comedor hay una cucaracha acostada bocarriba.
Todo este tiempo ha estado peleando por mí
pero apenas termine este cigarrillo, me uniré a ella.
Y 26/11 convirtiéndose en mis días de vigilia y noches sin dormir
¿Qué hacer, finalmente?
Mañana, si la criada sigue viva
abrirá la puerta con su juego de llaves.
No puede soportar mi presencia,
con las innumerables cucarachas
que viven una vida de 26/11.
El dulce lanzamiento
solamente puede acontecer en este cuarto.
En la otra, forcejeo en vano
como cucaracha bocarriba
sin que nadie ni siquiera me vea.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
A veces, desde esta habitación, el océano
se ve como una cucaracha desdichada,
las manos imperiales del firmamento
siguen haciéndole cosquillas, una barca
con la forma de mi mente
navega sobre su panza
y en un febril intento de salvarse y salvarme,
casi se derrumba, medio muerta.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Una sociedad divorciada del idioma
arroja sombras largas y profundas.
Yo tiro puñados de abeer-gulal[3] sobre todos ellos,
mientras encima del nuevo paso elevado de la lengua
vacas, búfalos, cabras, gatos, perros, gente y niños
corren, como para salvar su vida.
El idioma se queda como es con un palo
a la orilla de la cuneta
midiéndola de vez en cuando.
El cadáver de la lengua, así como se habla,
se ve atrapado en el basurero de Dharavi.
Hago lo posible para desenmarañarlo, pero
el tipo detrás de mí me empuja en la otra cuneta
como para liberarme de esta vida
mientras yo peleo por vivir
conservando puesta mi cara textual.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Los muchos soles, estrellas, lunas, cometas y similares
no mejoran de verdad este cuarto.
Me da la impresión que no están interesados en este cielo interior.
En la esquina a la derecha, Sattarbhai de la tienda de carne de cordero
corta, según las reglas, los corderos restantes
mientras en la esquina de la izquierda, el olor a carne pútrida
como brinjal[4] marinada, embebida en aceite, se propaga por el cuarto,
como cuando se hierve una sola papa con tres o cuatro huevos,
burbujeando. Los olores
llenan este cuarto de su intensidad.
Zakir Husain toca teentaal— tinak, tinak dha dha[5]!
lleva su cuello y sus manos a tales extremos
que el ritmo se aloja en mi mente.
Aquí está el sonido del reloj cuando calla
a las 10:10 en punto cuando mis mutaciones paran
y me convierto en el mudo de mi control remoto.
A pesar de esto, los muebles se mueven solos en el cuarto.
Sillas, mesas, libros, libretas, papeles y lapiceros también,
mientras las cucarachas juegan
apiladas en pares, apareándose.
En cuanto a mí, me quedo tieso, mientras todas las gradas aquí
y afuera resbalan hacia arriba y abajo, abajo y arriba;
mi ego borracho también se resbala: arriba y abajo, abajo y arriba.
Sattarbhai va a cortar los corderos restantes como brinjals
mientras los huevos con una sola papa hierven y hierven—
el 26/11 se convertirá en el 7/11,
y el 7/11 en el 26/11.
Si este control remoto se queda, yo sigo mudo.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Enciendo un enorme horno eléctrico,
espero que el arco hierva a fuego lento.
Pongo las religiones en fila, una por una
encima de una cinta trasportadora
y la enciendo.
Como cerotes, las religiones caen en el horno,
las miro convertirse en ceniza, una por una,
luego, subrepticiamente, unto un poco a alguien
con una taza llena de ceniza,
el resto lo tiro en el desagüe,
tomo una ducha relajante
y me siento libre.
Una vez más, llamo a reunirse
todas las masas intranquilas,
explico el camino libertador.
Todos asienten de buena gana
sentados en silencio en la cinta transportadora
y cierran sus ojos.
Yo la enciendo para darles su liberación,
me baño
y alcanzo la iluminación del Buda.
Fue bastante fácil, al fin y al cabo
todas esas religiones sufrían de Alzheimer
y dislexia, estaban sordas, mudas y ciegas,
debilitadas vomitando mucha sangre
y esperando a la muerte.
Pero a sus acólitos
(los que derribaron a varios Darwin)
se les hizo difícil soltarlas.
Junto a todos los proveedores de religiones,
para darles un sermón sobre la unión.
Se inclinan por no escuchar.
Entonces los obligo a ver
programas sin sentido en un canal de tele superficial
y lentamente, imperceptiblemente, se vuelven maleables.
Poco a poco se hunden como bolsas de frijoles,
poco a poco se convierten en observadores sin quejas,
poco a poco se olvidan de sus diferencias,
poco a poco se llenan de hongos,
poco a poco se convierten en cebollas, papas y brinjals,
poco a poco guardan sus diferencias,
y se vuelven consumidores.
Entonces los puedo llevar a desfilar montados en burros.
Como no hay suficientes burros,
convoco a los gerentes de marca—
ellos saben mejor que Dios como piensan los humanos,
ellos proveen ideas, y entonces
yo hago desfilar a humanos montados en humanos.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Cuando entras en el cuarto te acosa
el miasma de una Mona Lisa quejosa.
Oh compasión, ¿cuándo dejaste atrás a la Mona Lisa?
Un sonido azul oscuro está untado encima de esta pared.
No eres tú, pero la luz blanca de tus lamentaciones
se ha propagado con fuerza.
La pared va rotando y rotando con la tierra
y en esta luz se ven todas las religiones, pálidas, anémicas.
¡Mira! Observa estas cosas insensibles.
Quién sabe de cuánta fe han sido llenadas.
Muchas tonalidades— azafrán, verde, amarillo, morado,
verde-perico, negro, blanco, canela, celeste
tratan de salir de estos objetos
embadurnando el cuarto.
Tathagata, cuándo llevarás
el mensaje de Buda
a estas cosas materiales,
el llamado que viene de lejos
como prolongando las sombras.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Cada vez que te sientes mal entrando en este cuarto
date cuenta de la compasión que se ha formado;
todos adentro salmodian su nombre.
Solo aquí adentro pueden respirar aire libre.
El tiempo que se emplea llegar aquí es el mismo
que se emplea para destruir el idioma—
hay que surcar la poesía, los cuentos, las novelas y el pensamiento,
hay que cruzar la gran selva de la gramática
para encontrar el camino brillante
y hacer mucho, mucho más.
Imagina esto, tienes que aterrizar
a todo un universo de lenguaje.
Me enojo, me enojo por mi incapacidad de ser cruel,
el ritmo teen-taal del sufrimiento de Buda
no me deja vivir.
Nunca me imaginé que fueras tan obsesivo con las cosas
tanto que ni siquiera al amor perdonas.
Sin que lo sepas, entro en este cuarto
y trato de recuperar a Buda
de los lamentos de las cosas.
Buda mismo me enseña el ritmo secreto
que fluye en mis huesos.
Francamente, estoy sumamente aburrido de esto.
Más allá de las cosas, este cuarto tiene un ritmo propio
que solamente Buda te permite escuchar,
el ritmo incrustado en este poema.
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Afuera de este cuarto hay un multiplex.
Cucarachas apiladas en pares, escondidas en las sombras
miran intensamente una película salaz,
mientras el villano del cine las mira de vuelta.
Las sillas dispersas
se extienden como lánguidas divas.
La única escena que no está en la película
es la que está pasando a la sombra de estas sillas.
Buscando el placer, se quiere detener el mundo.
Hay una larga fila de hormigas que caminan en fila india,
su propósito es no dejar que este placer sea gratis.
Cuando termine esta escena, las cucarachas también
se apagarán lentamente en la oscuridad, como la película
y en medio del hedor pútrido de la comida sobrante,
seguirán floreciendo sobre esta discordancia.
Antes que el mobiliario femenino tambaleante
me alcance, me habré caído fuera de esta vida.
¿Te llegará el sonido de un hombre que muere
desde lo ancho de 70mm de selva lluviosa de las Galápagos del más allá?
La vida comienza entrando en este cuarto . . .
Hoy es el primero de Julio y son casi las diez
Hoy es el primero de Julio
voy a tener un bebé el primero de Julio
el cura le ha aconsejado
a mi esposa
tres momentos propicios
pero el doctor prefirió la frescura de la mañana
y a todos les pareció conveniente
No hay tráfico enmarañado
en la calle de la estación a las diez
A las diez en cada hospital
nace el bebé de alguien
Antes que el reloj marque diez
millones de preguntas nacen y mueren
en mi mente
Pensamientos como amebas
se reproducen como amebas y mueren como amebas
El sistema de drenaje de mis pensamientos
está sofocado
El cordón umbilical
aprieta el cuello del feto
así se ve en el ultrasonido
aprieta con más fuerza mi cuello
estoy asfixiado
La cuchilla para cesárea me corta en tajadas
Un chorro de sangre
salta en mi cabeza
El filo se mueve a la desbandada
en mi cabeza
Un puñal rompe y cruza mi garganta
Hay música chirriando y retorciéndose
la cabeza ronca de una vieja grabadora
arrastra mi mente hacia abajo
y gotea
a través de miles de pequeños agujeros
El bebé está por nacer
vivo o tal vez muerto
tras matar mi mente
o a lo mejor después
de salir impune del asesinato de mi mente
Bombas explotan en serie
en mi cabeza
El pelotón me aplasta despiadadamente
corro como loco
por las calles repletas de toque de queda
Pandillas asesinas me persiguen
Revientan motines
Empezando conmigo,
es conmigo que empezará la horca
es conmigo que empezará la guerra
Estas ambulancias, coches de bomberos
esta gente de blanco cargando camillas
rígidas enfermeras en librea blanca
Sirenas espantosas suenan a todo volumen
El sonido de balazos y estallidos de bomba
llegan de todos lados
Caen trozos de cuerpo de carcasas
Estos son mis cadáveres
Millones de mujeres gritan y lloran
golpeándose el pecho
se dan bofetadas hasta reventar sus propias caras
Se parecen todas a mi esposa
Un espejo gigantesco
quebrado yace en el patio
en cada esquirla
se retuerce un ojo mío color rubí
En el mundo entero mis ojos huérfanos
están esperando que el reloj marque las diez
¿Quién seré yo a las diez?
¿El padre de un niño o
el padre de una mente muerta?
Son las diez en mi mente
y el mundo se ha reunido a mi alrededor
El mundo mira mi cara a través de la cámara:
retrasmisión en directo de cómo ser padre
retrasmisión en directo del enloquecimiento
Van a ser las diez
¿Son las diez?
¿Por qué son las diez?
Son las diez, las diez son, son las diez
¿Dónde son las diez?
¿O me estoy imaginando que son las diez?
Me estoy figurando
que son las diez en todos los relojes, en cada celular
en cada computadora, en cada FM, en cada tele
en cada estación, en cada bus, en cada oficina, en cada cementerio
en cada coche, en cada bar, en cada calle y callejón, en cada rincón
en toda Mumbai
son las diez
Celebremos a las diez
Convirtámonos en esquizofrénicos a las diez
A las diez hagámonos diez de uno
o uno de diez
¿En que idioma se marca diez, y cómo?
Que sea el mismo diez en punto en varios idiomas
Que sea el mismo diez en punto en varios colores
De alguna manera tiene que ser, finalmente, las diez
por lo menos hoy
Cómo nuestra relación se ha convertido en una de padre, madre e hijo
1.
A la hora designada, apenas ayer
por cortesía visité a mis padres
salvé las fotos de ayer en el archivo Padres
hice por seguridad un backup en línea
terminé todas mis tareas
pero el nostálgico colibrí bhajan en mi mente
no se rinde
2.
Cuando ellos estaban por acá
la casa entera derramaba nostalgia
los cuentos de fantasmas de mi padre—
el tatuaje de la enfermedad en su cuello
se hacía completamente evidente
su proeza atlética en el campo de la fe
persistía espasmódicamente en la sala
El olor acre del aceite de sus masajes
aferrado a la alfombra
me molestaba infinitamente
su pecho que subía y bajaba
mientras él se arrastraba con su bastón
disparando hacia arriba mi presión arterial
a mis cuarenta y pocos
un virus hereditario que me llegó a través de él
está arrasando mis adentros
mis amigos corporativos consideraban multiuso
la convivencia en mi vida
mis amigos poetas admiraban mi compromiso con lo indígena
al verlo andar con dificultad
mi entusiasmo Duracell se descargaba
a través de él yo también llegué a sentir una falsa grandeza
la tensión de la rutina cotidiana
cambiaba su curso
cuando me encontraba con Ma
el pasado tendido a cuatro patas
en sus pies agrietados
y el presente asolado por el dolor
en sus manos callosas
derrapaba sobre el granito de mi mente
3.
La idea de ir a visitarlos
hacía colapsar todo
¿cómo enfrentarlos ahora?
¿sofocando mi corazón con una roca?
¿o debería verlos como los veía todos los días
cuando regresaba a la casa—
a través de los ojos simplemente?
¿o intercambiando un par de palabras que como de costumbre
encienden una conversación sofocante?
¿comieron?
¿cómo va la salud?
¿recibieron alguna llamada hoy?
¿cómo va el cuello?
¿y la espalda?
¿se sienten sin aliento?
¿les arreglo la cama?
¿cómo está tío Pandhari?
¿cómo está fulano? ¿y sotano?
a mí ni siquiera me preguntaron nada
pero me di cuenta de la felicidad
que florecía en vuestras caras
tan sólo por estar yo ahí
y yo también sentía el calor de vuestra débil compañía
4.
Estamos tan acostumbrados a hablar por teléfono hoy en día
que la difícil oscuridad
de qué decirnos cuando nos encontramos cara a cara
ya no existe entre nosotros
ni siquiera la necesidad artificial
de romper el hielo de la formalidad
simplemente
emitimos el saludo superficial de estar conectados
preguntamos por todos
y exhalamos un suspiro de alivio de que todo está bien
Mientras en el teléfono
nuestra relación se ha convertido en una de
padre, madre e hijo
cuando nos vemos en persona
nos encontramos evitándonos como extraños
Yo sé lo felices que son
cuando se enteran
que voy a pasar a visitarlos
limpian el templo de la mente
para adorar y rezar
leen las escrituras
el apetito desaparece y también las ganas de tomar té
como si vuestro dios encarnado llegara a visitarlos en persona
Y antes
y después
de nuestro encuentro,
como una flor marchita
en el templo de vuestras mentes compasivas,
me libero
incluso antes
o sin
alejarme fluyendo
Un panorama deprimentemente monótono
a Hiranya
1
¿Cómo pudo el panorama en mi mente
filtrarse en la mente de mi hija?
Justo delante de mí, hay una extensión de
edificios, centros comerciales, autopistas, fábricas y tráfico,
y si le pido que dibuje un paisaje
ella esboza atardeceres,
un río que corre, árboles, praderas, altares,
perfila pájaros que parecen números garabateados
en mis pequeños cielos nublados
Nunca se ha visto
desde la selva incesante de esta ciudad
un atardecer más allá de la casa en mi cabeza,
el río, los árboles, los senderos, los altares, los pájaros y las aceras.
¿Cómo, entonces, pudieron estos
filtrarse en su mente?
2
Cuando algún día ella comprenderá
esta imagen de mi infancia
que se ha ido,
y la respuesta
de ¿por qué dibuja exactamente así?
¿ya se habrán derretido todas las pinturas
de toda la gente del mundo? ¿O seguirán ahí,
atrapadas en su propio silencio?
3
Como yo, ella tiene pesadillas
de gente acéfala transportando
cadáveres de pueblos huérfanos
hacia los cementerios de las ciudades
o arrastrando horrorosos paisajes ciudadanos
para sobreponerlos a pueblos borrados,
el mismísimo, idéntico panorama
encierra en sí mismo
a toda la gente acéfala,
todas, todas las ciudades tienen el mismo nombre
las mismas calles, los mismos edificios, los mismos centros comerciales,
todo trasladado al mismo lugar predefinido
como un regimiento listo para desfilar
Ella avanza por los senderos
mismo nombre, mismos colores
mismo olor, mismas formas
mismas caras como clones de sí mismas
y en las mismas encrucijadas engañosas
ella llega a la misma estatua
No importa adónde huye
la misma estatua la enfrenta una y otra vez
y ella llega a los mismos paisajes
de las mismas ciudades
sin señales ni marcas para guiarla
En los mismos lugares
ve a la misma gente
que habla el mismo idioma
con formas y gestos iguales
haciendo fila en filas del mismo largo
de la mismísima manera
yendo hacia las mismas estaciones
manejando los mismos vehículos
a la misma velocidad
en la misma dirección
al mismo tiempo
pasando por los mismos árboles
del mismo tamaño
del mismo tipo
separados de la misma manera
por los mismos separadores
en la misma calle
La misma gente
hecha trizas
de la misma manera
por las mismas bombas
desparramada de la misma manera
petrificada de la misma manera
quebrada de la misma manera
De la misma manera monótona
en cualquier canal de cualquier televisión
salen las mismas imágenes multiplicando miseria
monótona
mono-tonal
mono-tonal
totalmente monótona
deprimentemente monótona
totalmente deprimente
dep-dep-deprimente
Ella baja, baja y colapsa
ve mi rostro de siempre aterrado, deprimido
a última hora, cuando suelta
mi mano que ciñe entre la multitud
y exactamente como yo
ella también fluye en
la gigantesca inundación auto-destructiva
de gente acéfala
Yo sueño el mismo sueño que ella está soñando
en el mismo momento
yo también veo su rostro petrificado, deprimido
veo el terror
y me estremezco
me olvido de llevar el pueblo a la ciudad y la ciudad al pueblo
y llegar aquí
¿llegar adonde?
Traducción del maratí al inglés: Mustansir Dalvi
Traducción del inglés al español: Zingonia Zingone
[1] Literalmente: “cuando la noche termina, la historia también termina”. Se refiere a un encuentro de una sola noche.
[2] Se refiere a los ataques de terrorismo que acontecieron en Mumbai el 26 de noviembre de 2008.
[3] Colores arrojados en una procesión.
[4] Berenjena.
[5] Ritmo que se toca en un instrumento tradicional llamado tabla.
Hemant Divate es un editor, un traductor y un poeta maratí. Cuenta con seis poemarios publicados en maratí. Sus poemas han sido traducidos en francés, italiano, eslovaco, japonés, farsi, maltés, serbo, esloveno, griego, hindi y varios otros idiomas de la India. En traducción, tiene un libro publicado en cada uno de estos idiomas: español, irlandés, árabe, alemán y estonio; y cuatro en inglés. Sus poemas han sido publicados en numerosas antologías en maratí y en inglés.
Es fundador y editor de la pequeña revista maratí Abhidha Nantar, que se ha publicado ininterrumpidamente por 18 años. En el ámbito cultural, AbhidhaNantar es considerada una plataforma sólida para los poetas emergentes y se le atribuye el mérito de haber enriquecido el escenario literario maratí de los años post-noventa. Divate también es responsable, a través de su editorial Poetrywala, por la transformación del escenario poético en inglés que ha acontecido en la India en la última década.
Hemant Divate ha participado a numerosos encuentros internacionales de poesía y festivales literarios en el mundo. Su editorial, Paperwall Publishing, ha publicado más de 150 compendios de poesía bajo el sello Poetrywala.
Semblanza y fotografías proporcionadas por Zingonia Zingone.
Zingonia Zingone (1971) es una poeta, narradora, licenciada en Economía, y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Vive entre Italia y Costa Rica. Cuenta con poemarios editados en España, México, Costa Rica, Italia, India, Francia, Nicaragua y Colombia. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013), Petit Cahier du Grand Mirage (Éditions de la Margeride, 2016) y las tentaciones de la Luz (Anamá Ediciones, 2018). Entre sus trabajos de traducción destacan los más recientes poemarios de la nicaragüense Claribel Alegría: Voci (Samuele Editore, 2015), que se adjudicó el premio internacional Camaiore 2016, y Amore senza fine (Edizioni Fili d’Aquilone, 2018). Dirige la columna de poesía internacional en la revista italiana MINERVA.
Poemarios editados en español:
Máscara del delirio, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2006.
CosmoAgonía, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2007.
Tana Katana, Ediciones Perro azul, Costa Rica, 2009.
Equilibrista del olvido, Editorial Germinal, Costa Rica 2012.
Los naufragios del desierto, Vaso Roto Ediciones, España, 2013.
Las tentaciones de la Luz, Panamá, Nicaragua, 2018.
El canto de la Sulamita – Poesía Reunida, Uniediciones, Colombia, 2019.
Semblanza y fotografías proporcionadas por Zingonia Zingone.
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