Poesía de Paúl Enrique Benavides

Áspera Noche

 

 

 

UNO 

 

                          

 

                            Y yo entre acordes torcidos y cardinales de la Habana,

 

en una ciudad que tenía luna de noche y olor a potasa. 

 

 

 

Y tu allí como la furia del cangrejo, 

 

como el fuego parecido a un caracol

 

arrancándome el último aullido,

 

y siempre el silencio, pez sin aire

 

entre la sombra y tu cuerpo,

 

y el mar de frente en orgiástica sal

 

sobre el blanco azul del alga

 

y su calor venenoso.

 

 

 

Cuánto disparate de falo erecto

 

y cigarro desamparado en mi boca.

 

 

 

¿Fuimos, a la orilla de una lámpara, un país en dos actos?

 

 

 

Tus labios pusieron la araña de la duda,

 

donde un río volcó su transparencia de cerveza

 

y tabaco helado.

 

 

 

                            DOS

 

 

 

Cuánto amor diste en la sombra que fue luz

 

desligada de faunos y de musas.

 

 

 

Oh cama, oh sábana sucia,

 

que dejara una marca de sudores miopes

 

y de vino eruptado,

 

entre trigales mordidos

 

y magnolias atentas a la muerte.

 

 

 

No herimos el ojo de un cíclope en el aire.

 

No inventamos el ruego del pez en la esfera de su concha.

 

 

 

Entonces trepamos el árbol dulce

 

con una flor exquisita,

 

para ver la tarde con peces heridos

 

                         de sal con el ala de un crustáceo.

 

 

 

Nos liberó el aliento de un náufrago inconstante,

 

nulo de su muerte.

 

 

 

                

 

                           TRES

 

 

 

Un viejo cuerpo 

 

entra por el unicornio

 

del sueño.

 

 

 

Entonces divago, narro un paraíso

 

en el fondo de una estrella incomprensible

 

atrapada por el insomnio.

 

 

 

Y aun así te toco desnuda sobre flores descabelladas,

 

donde el río ilusorio del deseo corrompe.

 

 

 

Era el amor. Si.  La muerte en lo claro de una rama,

 

que buscaba en su afinado movimiento al pájaro complementario.

 

 

 

Todo lo que hubo en el deseo primero:

 

el giro del delfín en su audacia que funda el mundo,

 

la lujuria del ojo  

 

                            como la mirada de un dios calmo.

 

 

 

Oh mar, Oh tiempo.

 

                            El látigo de la ira sacude el tambor

 

seco de la sangre.

 

 

 

                      

 

CUATRO

 

 

 

                            Poder decir una palabra 

 

a la altura de un pájaro,

 

que el hipotálamo vibre

 

como el señuelo para atrapar incautos,

 

que el imposible sofisma

 

responda sin palabras

 

al galgo en la rapidez de una pradera.

 

 

 

Acerca de la muerte.

 

Ni el ojo del liberto

 

ni el peso de una réplica

 

redimen el arrecife del pez

 

con que el mar encarcela

 

todo lo que el tiempo no mata.

 

 

 

 

 

                         CINCO

 

 

 

                        El día, esa pequeña trampa

 

                         no detiene la muerte,

 

                         su inconmensurable

 

                         ocio de gusano.

 

 

 

                          Por el entramado de algún prado,

 

                          la hora escarcea su propia oscuridad, 

 

                          el día obsesivo parecido a su imagen.

 

 

 

                          Un seco viento de precipicio golpea la

 

                          pared ciega del mundo.

 

                          Nos une la secreta angustia y la soledad.

 

 

Paúl Enrique Benavides (1966, Heredia). Sociólogo y escritor. Ha sido funcionario del Parlamento costarricense durante treinta años. Sus poemas se han publicado en revistas internacionales de poesía y literatura, entre ellas Ágrafos y New York Poetry Review. Entrevistas y cometarios a su obra aparecen en el Suplemento Áncora, en Lectomania.net de la Cámara Costarricense del Libro y en la Revista de Estudios Latinoamericanos de la UNA. Ha publicado en poesía: Duelos Desiguales (Euned, 2012), Oficio de Ciegos (Arboleda, 2014), Apuntes para un Náufrago (Letra Maya, 2017), Áspera Noche (Letra Maya, 2019), Ciego de Noche (2023), “Los Papeles de Chantall (novela, Editorial El Gato y la Bruja, 2021) que obtuvo el Premio Nacional de Literatura, Aquileo J. Echeverría. 

 

 

 

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Paúl Enrique Benavides. 

 

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