Poemas de Diego Valverde Villena

 

 

ESCONDIDAS

 

 

 

El territorio es el mundo.

 

 

 

En cuanto al tiempo,

 

no basta contar del 1 al 100.

 

Puede pasar mucho

 

–créanme–

 

mucho tiempo.

 

 

 

La multitud de rostros

 

aturde.

 

 

 

Cuando uno ha contado más de 3.547

 

–si llegó a tanto–

 

suele desistir

 

desesperanzado,

 

o creer que el juego no existe.

 

 

 

Es bueno no dejar de ser niño

 

y creer en los juegos.

 

 

 

No hay garantías.

 

Sólo fe.

 

 

 

Pero,

 

si los enamorados se encuentran,

 

ganan.

 

 

 

 

 

METRO DE CHICAGO

 

 

 

A lo largo del viaje

 

la mujer de tu vida se te escapa repetidas veces,

 

siempre en el lado opuesto de la vía,

 

en el otro andén,

 

en la otra cola,

 

saliendo del museo o del restaurante cuando tú entras:

 

un segundo de vacilación es suficiente.

 

 

 

 

 

CONSTELACIÓN

 

 

 

                              Quod est superius est sicut quod est inferius

 

Tabula Smaragdina

 

 

 

 

 

El firmamento

 

–una falda de estrellas–

 

se siembra en la piel

 

de las recién nacidas

 

 

 

Un cuerpo custodia los lunares

 

que me definen

 

 

 

Kepler, Copérnico y Brahe

 

me guían por la calle

 

 

 

 

 

LIBROS

 

 

 

Vuelvo a casa

 

una vez más

 

con siete libros.

 

 

 

Dirán que engullo el saber

 

que todo es pose,

 

que nadie puede leer tanto, ni tan rápido;

 

que, como los otros, no disfruto

 

la lectura;

 

que esto es parte de mi furor numérico;

 

que para qué tanto, si no se me pone cara

 

de docto y circunspecto.

 

 

 

No sospechan, ni de lejos,

 

la verdad:

 

me gusta la chica de la librería.

 

 

 

 

 

POEMA PARA YOLANDA CARMEN

 

 

 

Un poema me mandas otra vez, Violante

 

o bella Yolanda, que eres la misma con distintos

 

nombres, y yo, con diversos cuerpos, soy el mismo.

 

 

 

¿Qué es un poema, Yolanda?

 

Llevo años dudándolo, y espero la respuesta

 

de ti, que llevas canto y jardines en el nombre.

 

No sé si es poema siempre palabra

 

o tal vez acción en que me juegue la vida:

 

encaramarme en tus pestañas,

 

sumergirme en tus ojos,

 

asomarme a tu perfil, azorado y acezante,

 

cruzar audaz tu rostro

 

en el que infantiles pecas simbolizan

 

un campo minado, donde entrar es fácil y salir dudoso.

 

¿Un símil muy guerrero?

 

En arte y vida, si son ciertos,

 

siempre está la vida en juego.

 

Vuelvo entonces a tu rostro, donde atrapados quedan

 

mis ojos, sin poder moverse, quietos.

 

 

 

Un poema me mandaste hacer, Violante:

 

un poema no lo hace una estrofa,

 

cierto metro o un adjetivo nuevo.

 

Sólo mira si estoy dentro, y está hecho.

 

 

 

 

 

EL ZARPAZO DE DIOS

 

 

 

De un zarpazo Dios te muestra el mundo.

 

Él lo hace así, como jugando,

 

y te inocula el veneno de la percepción.

 

Ya toda la belleza se ofrece ante tus ojos

 

y el amor posible

 

y la fe necesaria para que hagas milagros.

 

Tu piel muta y también tus colmillos

 

y la caza menor te deja insatisfecho.

 

Dios con su zarpazo te ha hecho de los suyos

 

y estás absoluta, tremendamente solo.

 

 

 

 

 

ODISEO RETORNA A CARTAGENA DE INDIAS

 

 

 

A la cera perdida

 

de mis tapones

 

para el canto que enloquece

 

se fundieron tus tobillos

 

 

 

que nada hacen

 

por salvarme

 

de la locura

 

                              Sirena

 

 

 

 

 

GOLEM

 

 

 

Intento salir de una torre

 

que no tiene puertas

 

 

 

Una exigua ventana

 

es mi luz toda

 

 

 

Escribe el nombre en mi frente

 

con tu dedo

 

 

 

Sé mi puerta

 

mi palabra

 

 

Diego Valverde Villena (Perú/España/Bolivia) es poeta, ensayista y traductor. Magíster en Literatura Inglesa y Licenciado en Filología Hispánica, Filología Inglesa y Filología Alemana, comenzó su carrera docente como profesor de Poesía, Lírica Medieval y Lírica Barroca en la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia). Es profesor visitante en universidades americanas y europeas, donde imparte cursos sobre literatura hispanoamericana, con especial atención a Jorge Luis Borges y Álvaro Mutis. Sus ensayos y traducciones comprenden un territorio de varias lenguas y tradiciones que va de Valery Larbaud a E. T. A. Hoffmann, de George Herbert a Carlos Drummond de Andrade, de Álvaro Cunqueiro a Cristina Campo. Ha publicado los poemarios El difícil ejercicio del olvido (1997), No olvides mi rostro (2001), El espejo que lleva mi nombre escrito (2006), Un segundo de vacilación (2011), Panteras (2015) y Una granada entreabierta (2023).  En su vertiente de ensayista ha publicado Varado entre murallas y gaviotas. Seis entradas en la bitácora de Maqroll el Gaviero (2011), Dominios inventados (2013; 2ª ed. 2017) y Vetas literarias. Ensayos de un ensayador potosino (2022).  Entre sus principales traducciones figuran El hombre de la arena de E.T.A. Hoffmann, cuentos de Arthur Conan Doyle, Rudyard Kipling y Clarice Lispector, prosas de Ennio Flaiano y la antología de poesía del siglo XX en alemán Solo y de camino.

 

Diego Valverde Villena ha preparado especialmente para El Golem esta pequeña antología poética, Cartografía, que incluye su poema Golem.

 

 

 

 

 

Foto: Lorenzo Hernández

 

Semblanza proporcionada por Diego Valverde Villena

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