● Con el auspicio de la empresa privada mexicana Konesh Arte y Cultura y el respaldo del Ayuntamiento de Salamanca, bajo la dirección de la poeta Carmen Nozal, se llevará a cabo el II Encuentro de Poetas Iberoamericanos en septiembre, con sedes en Costa Rica y México, en honor a los poetas costarricenses Laureano Albán y Julieta Dobles. En la Ciudad de México, las sesiones de lectura tendrán lugar en el Centro Cultural de España en México, así como en la Casa del Poeta "Ramón López Velarde", el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la Casa Universitaria del Libro UNAM-CASUL y la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Se agradece adicionalmente el apoyo de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y de la Presidencia de Zihuatanejo, de las publicaciones Crear en Salamanca, Tiberíades, Taller Igitur, La Mascarada, Anestesia, El Golem y la Congregación Literaria de la Ciudad de México, que albergarán entrevistas y muestras de las obras de los autores invitados.
● En la entrevista, Jorge Ruiz Dueñas reflexiona sobre la influencia de su formación académica en derecho y disciplinas económicas en su carrera literaria, destacando la separación inicial entre sus intereses literarios y su trabajo académico. A pesar de que ambas esferas parecían coexistir de forma paralela, afirma que la realidad social y las ideologías han influido en su escritura y en su compromiso con la poesía. Discute la relación entre el arte y la política, citando ejemplos históricos de poetas y escritores que han estado en conflicto con sus propios compromisos ideológicos. En cuanto a su participación en la Academia Mexicana de la Lengua, subraya la importancia de integrarse en una institución que promueve el estudio de la lengua y destaca su honra de ocupar la silla XIII, vinculada a figuras ilustres. Sobre la evolución de la literatura contemporánea, expresa que el conocimiento evoluciona más rápidamente que la capacidad de integración social, con una brecha entre la velocidad del cambio y la adaptabilidad cultural. Finalmente, elogia la convocatoria del II Encuentro de Poetas Iberoamericanos, destacando su relevancia para promover y difundir la poesía en lengua española, y resalta la colaboración entre entidades culturales como clave para el éxito de eventos literarios.
- ¿Cómo ha influido su formación académica en el desarrollo de su carrera como escritor?
Esta es una buena pregunta porque incide en mi convicción sobre el compromiso o la militancia en el ejercicio poético. Siempre tuve presente que mi formación en derecho y en disciplinas económicas y administración pública no debía tener vínculos con mis intereses literarios. Ahora me repetiré porque nunca es ocioso precisar. Ya he expresado que, durante muchos años la docencia y las obras de ese tenor además de artículos e intervenciones en espacios académicos del extranjero no se asociaban con el oficio de las letras. Coexistían, por decirlo así, dos individuos diferentes. Las universidades nacionales o extranjeras, como la Fundação Getúlio Vargas de Río de Janeiro, el Institut International d'Administration Publique de París o la Universidad de Belgrado, a guisa de ejemplos, se interesaron por mis investigaciones no literarias. Ambos senderos discurrían por rumbos diversos. Estas dualidades son más frecuentes que lo percibido porque a la creación suelen serle hostiles los medios para la supervivencia. Por otra parte, todo conocimiento de las disciplinas sociales se desliza inevitablemente por la pendiente de las ideologías y las “intensas cóleras políticas”, como decía Marguerite Duras. Siempre he sostenido que si alguien pone su creación estrictamente al servicio de los idearios políticos es una decisión personalísima. Nadie puede estar alejado de la realidad social, pero la creación programática tiene altísimos riesgos incluso el del malabarismo. Vladímir Mayakovski insistió en ello con el futurismo, la revista LEF (Frente de Izquierda de las Artes, sobre todo su nueva época) y propaganda explícita a favor de la revolución bolchevique. Sin embargo, a la postre fue acusado de individualista, silenciado por el oficialismo, y se suicidó en un episodio depresivo en 1930. Una vez expurgados sus escritos fue convertido en poeta de Estado. Después, lo ha enaltecido su sentido de búsqueda y rebeldía. El gran Pablo Neruda no escapó en cierta época al culto a Stalin a quien le escribió una oda en 1953, pero igualmente sucedió con otros entrañables poetas como Miguel Hernández y Rafael Alberti. El mal tino político llevó al Nobel a leer en la Universidad de Chile un Saludo a Batista (1944); después, escribiría la Canción de gesta (1960) sobre la Revolución cubana que incluye un poema a Fidel Castro, pero no repetiría estas alabanzas después de ser atacado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba acusado de “aburguesamiento” con Nicolás Guillén a la cabeza. Sin embargo -hablando de cánones-, Harold Bloom expresó que “ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él”. Por lo demás, desde la perspectiva histórica, puede decirse que murió en el lado debido de la democracia. Otro ejemplo entre muchos intelectuales europeos es el de Jean Paul Sastre, alineado al liderazgo de Stalin en los años cincuenta del siglo pasado rompió con Albert Camus a raíz de la publicación de su L'Homme révolté (1951), donde el nacido en la Argelia francesa expresó profundas dudas sobre la naturaleza humana, el marxismo y el existencialismo. En contraste, Ezra Pound manifestó simpatías por el nacional socialismo de Hitler, fiel a Mussolini y antisemita (lo que aparentemente lamentó al final de su vida), mediante intervenciones radiofónicas a favor del Eje. Fue internado en 1945 por su gobierno en un hospital psiquiátrico durante doce años, pero pocos han contribuido más a la poesía contemporánea como él. Quizá La Condition Humaine (1933), la novela de André Malraux (culminación de la “trilogía asiática”: Les conquerants (1928), La voie royale -1930- y la novela antes mencionada, que en su momento llevó a su autor al linchamiento de la corrección occidental) nos desvele el torrente de las contradicciones internas y la intersección de la vida diaria inundada por los intereses políticos, económicos y aun la hagiografía nacionalista. Por ello, la neutralidad absoluta y su improbabilidad, no es asunto menor. En este sentido, las condiciones sociales determinan mucho del comportamiento humano y la ética aparece con valoraciones íntimas. Los creadores no se pueden librar del contexto de su tiempo y su pasado personal. Pero por extraño que parezca, no todos ellos tienen filiaciones políticas de “izquierda” (en la amplia gama de acepciones dadas al término). Así, Fernando Pessoa, el poeta de los heterónimos, cuya literatura tengo en altísima estima, escribió contra la democracia. Empero, se percató que la dictadura antes defendida no resolvía sus problemas existenciales ni su extraño conservadurismo anárquico. El Estado Novo de Antonio de Oliveira Salazar le llevaría luego a escribir poemas satíricos en contra, y manifestar su anticlericalismo. Antes de morir consideró el sistema monárquico como apropiado para Portugal, pero inviable y se inclinaría “con dolor” a favor de la república. Por otra parte, la exacerbación de las ideologías lleva a posiciones rígidas para el proceso creativo, como el apotegma “no hay más ruta que la nuestra” de David Alfaro Siqueiros animando el enfrentamiento del muralismo mexicano con el cosmopolitismo generacional de los artistas de la ruptura. Así, el célebre pintor que también participó en un intento de homicidio a Lev Trotsky y cuya impronta ideológica quedó plasmada en una notable obra plástica, contrasta con su accionar personal como puede leerse en la narrativa de Leonardo Padura (El hombre que amaba a los perros, 2009). Algo muy diferente es el uso de la experiencia personal para la denuncia de lo inaceptable. La narrativa de Aleksandr Solzhenitsyn, desde su primera novela, Un día en la vida de Ivan Denisovich (1962), y sobre todo su lucha personal, es un recordatorio permanente de la concepción de Erasmo -según creo- sobre la política como categoría moral y la idea de Jeremías Bentham de que lo moral se identifica con la satisfacción de la mayoría. Pude observar sin filtro alguno esa necesidad en la URSS en 1971, tal como me pareció entender a mi amigo Yevgueni Yevtushenko con su pesaroso Adiós bandera roja y el célebre Babi Yar, una denuncia al genocidio soviético del pueblo judío. Ese mismo poeta siberiano, entonces joven, que pregunta al gran compositor Dmitri Shostakóvich, por qué siempre lo veía a su lado escribiendo notas en las reuniones de intelectuales citados por Nikita Jrushchov, quien jugaba con ellos al gato y al ratón preguntándoles si era conveniente decir allí mismo los nombres de los artistas “traidores”, ante el entusiasmo de Mijaíl Shólojov (aspirante fiel del panteón internacionalista) quien en primera fila le animaba a revelarlos. Shostakóvich -por lo visto un temeroso criptodisidente y extraordinario músico- le respondió: “Para no tener que aplaudir”, a pesar de que La canción de los bosques hubo de ser dedicada a Stalin. Babi Yar fue un punto de conexión de León Felipe, mi primer maestro, y Yevtushenko, que corrobora la diferencia de la denuncia universal a través del arte, frente a la propaganda y el prejuicio. El “poeta del éxodo y el llanto”, en La insignia, leída ante sus camaradas en Barcelona frente a la inminente derrota de la Segunda República Española, alertó sobre el sectarismo de “las fidelidades fragmentarias”. Lo que el poeta español pedía era defender la justicia: “[…] con una lanza rota y con una visera de papel”, no partidos ni iglesias.
Pero es equívoco considerar que sólo en la modernidad el artista se plantea su obra al servicio de ideas políticas. Como sabemos, Dante Alighieri hundió en los infiernos a sus enemigos en su Commedia, y también echó mano de su elocuencia durante su exilio vitalicio en Convivio y De vulgari eloquentia, sin olvidar obras tan singulares como De Monarchia y Quaestio de aqua et terra. Grandes obras plásticas desde la antigüedad hasta llegar a óleos de las dramáticas batallas napoleónicas, estuvieron al servicio del poder al inmortalizar personajes e idearios políticos. Sin embargo, no podemos confundir esas intenciones con las legítimas del genio de Francisco de Goya en su periodo de Los desastres de la guerra, en particular sus pinturas de 1814: La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del tres de mayo. De nuevo, el mensaje es una denuncia. De igual manera lo es el celebérrimo Guernica de Pablo Picasso. Por lo demás, Eugenio Montale se preguntaba si considerarse “reaccionario” como Baudelaire, Dostoievski, Pessoa o Ezra Pound, no era otra forma de ejercicio político en la literatura. Cualquiera que sea la respuesta de los artistas dada en estos días a la cuestión de la acción política (que previamente pasa por el universo teórico de todo pensamiento académico, incluso, por supuesto, el trabajo de muchos años de mi existencia), me parece atendible la advertencia de Marguerite Yourcenar en su breve ensayo “Borges o el vidente” (En pèlerin et en étranger, libro póstumo de 1989): “La poesía patriótica o partidaria suele ser la que antes se desmorona en la obra de un poeta […]”. Si el testimonio de nuestro tiempo reclama un compromiso humanista en la esfera pública -vuelvo al principio-, la militancia es una decisión individual y proselitista. Piénsese en la urgencia de los asuntos de Gaza, Ucrania o las grandes migraciones del mundo. Para ello, he preferido siempre el abordaje del ensayo académico, me refiero a mis escritos sobre derecho, economía y política, y el periodismo de opinión. No la poesía.
- ¿Qué lo motivó a unirse a la Academia Mexicana de la Lengua y qué significó para usted ocupar la silla XIII?
Uno no decide unilateralmente incorporarse a la Academia Mexicana de la Lengua. En términos generales, cuando se da alguna vacante de las treinta y seis sillas de los miembros de número, en el pleno se aprueba el perfil propuesto para cubrirla. La corporación procura integrarse con representantes de las diversas ciencias y artes, si bien, se da preferencia a quienes se hayan distinguido por sus trabajos filológicos, lingüísticos o literarios. Una vez aprobado el perfil necesario se da un plazo para la presentación de candidaturas por tres académicos de número cada una, quienes señalan los méritos de su candidato, acompañada dicha propuesta de la obra publicada por la persona en cuestión. Después de ser verificada la idoneidad de las propuestas en la Mesa Directiva, se someten a votación del Pleno. En caso favorable, es entonces cuando el académico electo hace una declaración de aceptación y de compromiso de las obligaciones que esto entraña. Después de asistir a diez sesiones en el curso de doce meses en las que concurre con voz, pero sin voto, se solicita fecha para pronunciar el discurso de ingreso en sesión solemne en la que un académico de número designado da respuesta. Dicho esto, en mi caso haberme integrado hace casi seis años, ha sido la oportunidad de convivir y aprender de mentes brillantes la hondura de sus opiniones, las tesis de sus lecturas estatutarias y, por supuesto, estudiar la lengua española, en particular la hablada y escrita en México y su evolución.
Por lo demás, ser el noveno ocupante de la silla XIII me honra por los ilustres personajes que la ocuparon. En su oportunidad expresé que en esta sucesión destaca el signo de los tiempos y el principio de libertad de pensamiento de la corporación: Manuel Orozco y Berra, Tirso Rafael Córdoba, Joaquín Baranda y Quijano, Victoriano Agüeros, Enrique González Martínez, Raimundo Sánchez, Martín Luis Guzmán, y Ramón Xirau Subías, filósofo y poeta a quien conocí en mi juventud el 1 de agosto de 1967 en la recepción privada ofrecida a Octavio Paz con motivo de su ingreso a El Colegio Nacional. Esa ocasión fue mi portal para entrar al verbo sensorial de Xirau. Si bien, nos dejó un acervo poético en su lengua materna, el catalán, también lo apreciamos en castellano como forma privilegiada de conocimiento del mundo.
3. ¿Cómo percibe la evolución de la literatura contemporánea desde la perspectiva académica y cuál considera que es su relevancia actual? ¿Cuál ha sido su experiencia al desempeñar roles importantes en instituciones culturales y educativas en México?
Son dos preguntas. Sobre la primera, como antes lo he dicho porque no he cambiado de ideario, afirmaría que el conocimiento evoluciona siempre a mayor velocidad que la capacidad de los conglomerados humanos para integrarlo a su cotidianidad. Hay una brecha entre esa capacidad para asimilar materialmente los conocimientos y nuestra adaptabilidad, reflejada luego en la creación. Más aún, si esto se convierte en rezagos generacionales y nacionales por razones de insuficiente desarrollo. Algunas sociedades difieren más su aceptación por otras razones, y esto trae consecuencias respecto de la apropiación que deviene de ello. Mi viejo maestro Herbert Marcuse nos advertía que “la sociedad industrial posee los instrumentos para transformar lo metafísico en físico, lo interior en exterior, las aventuras de la mente en aventuras de la técnica”. Suelo repetirlo. A eso podemos resistirnos, pero no estoy seguro del éxito. Muchos creadores jóvenes abrazan con entusiasmo la novedad que traen las nuevas tecnologías e incluso surgen diversas expresiones creativas; la literatura no es la excepción. Pero también esas transformaciones pasan. La tradición no es estática, al menos no es perene. Tampoco la novedad ni sus reflejos creativos. Todo conlleva el germen de la ruptura. Sin embargo, la velocidad del cambio nos afecta y a toda acción hay una reacción. En numerosos casos el cambio social sobresalta tanto como el avance tecnológico: pensemos en la religión, las tradiciones, los hábitos sociales, sus expresiones patriarcales. Incorporar ese cambio social, al igual que la tecnología novedosa, sin modificar ciertas esencias de pretensa validez general, es el reto constante y no siempre se logra sin estallidos y desigualdad. Pero no basta el voluntarismo para atemperar las secuelas. Más grave, quizá, sean las consecuencias, lo que nos lleva siempre a Friedrich Hölderlin con su poema Pan y vino: “¿Para qué poetas en tiempos de miseria?”.
Por lo demás, la evolución de la cultura escrita desde la perspectiva académica sigue siendo un tema profesoral. Pero diré sin grandes convicciones que a lo largo del tiempo siempre ha habido movimientos y tendencias de manera pendular en el orbe literario. En Occidente, después de la antigüedad, entre muchas derivaciones podemos reconocer el Clasicismo, el Renacimiento, los brotes barrocos, el Neoclasicismo, el Romanticismo, el naturalismo realista, el modernismo, las múltiples vanguardias y posvanguardias, etc. En nuestro país esto no es diferente. Pero después del realismo mágico en la narrativa latinoamericana y ciertos pasajes de los narradores de la Onda, seguidos años más tarde por los escritores del Crack, en poesía, sólo advierto el breve episodio del infrarrealismo. Lo que observo actualmente entre nosotros son, más que escuelas arropadas por manifiestos, agrupamientos vinculados con afinidades personales, con frecuencia orientados por posturas ideológicas y no necesariamente por “decálogos” de creación. A pesar de todo, en este país se sigue apreciando la poesía de los Contemporáneos, Paz, Huerta, Bonifaz Nuño, Chumacero, Sabines, Lizalde, Pacheco, etc., y todo tipo de antípodas intelectuales. En ocasiones las aglutinaciones estimulan publicaciones periódicas y aún regionalismos. Otro sesgo observable entre nosotros es el creciente entusiasmo de nuestros poetas por la obra lírica contemporánea de Estados Unidos y Canadá. Empero, lo verdaderamente significativo es cierto hálito por una visión universal. Este Encuentro de Poetas Iberoamericanos, el elenco numeroso y multicultural, parece demostrarlo.
En cuanto a mis experiencias en las diversas instituciones culturales y educativas, sólo puedo expresar lo obvio: su naturaleza ha determinado mis vivencias. Así la formulación de nuevos enfoques para la educación superior; el impulso de instituciones y prácticas para auspiciar por vez primera desde la estructura estatal el fortalecimiento de nuestra evolución cultural poniendo al servicio de los creadores de nuevo cuño espacios editoriales en el proyecto multimedia Tierra Adentro, becas específicas para la creación, concursos, espacios para la exposición plástica, apertura a su difusión en radio y televisión, todo ello orientado a las nuevas generaciones; conducir en lo posible las tecnologías del espectro radioeléctrico como medios para la trasmisión de la cultura; proseguir la noble trayectoria de los talleres gráficos nacionales; participar del proceso editorial más amplio de Iberoamérica para sostener al libro como vehículo de trasmisión del conocimiento; preservar la memoria nacional en la documentación histórica que nos da identidad y estimular la cooperación de los reservorios nacionales de Iberoamérica, incluyendo los de España y Portugal; todas ellas han sido experiencias diferentes, pero convergentes. Por lo demás, según las circunstancias lo permitían, lo invariable en las diversas épocas fue buscar posibilidades para el desarrollo de los jóvenes y de sus propuestas. Además de la literatura, esa ha sido la tarea de mi vida.
- ¿Qué significa para usted la oportunidad de participar en eventos literarios internacionales como el II Encuentro de Poetas Iberoamericanos, considerando su trayectoria y formación académica?
Si bien, estamos ante una actividad mayor con dos sedes, Costa Rica y México, en nuestro país el más longevo de estos ejercicios ha sido el Encuentro de Poetas del Mundo Latino, con 21 ediciones a la fecha, orientado a promover y difundir la poesía de lenguas romances. Pero la emergencia del Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que va a celebrar su segunda versión en nuestro país, originado en el Encuentro de Poetas Iberoamericanos ya con 27 ediciones en Salamanca (España), me parece algo singular por la gran convocatoria en un tiempo tan breve. La divulgación en el país y en Iberoamérica es muy amplia y la presencia de plumas de diversos puntos geográficos es enriquecedora. Me parece también destacable en esta ocasión que el Encuentro rinda homenaje a los poetas costarricenses Laureano Albán y Julieta Dobles, plumas centrales del Manifiesto trascendentalista, porque siempre será necesario reconocer nuestros valores poéticos. Por lo tanto, participar en este ejercicio plural y multinacional, cuyo eje es la poesía en lengua española escrita en el espacio de América con alrededor de 478 millones de hablantes en diecinueve países hispanoamericanos, me parece inusitado y una oportunidad de estrechar vínculos fraternales y literarios.
- ¿Cómo valora la importancia de eventos como este en la promoción y difusión de la poesía iberoamericana en el contexto cultural contemporáneo
Pienso que son zonas de encuentro, presenciales o virtuales. Verdaderos vasos comunicantes entre las culturas nacionales o regionales que fuera de Europa tenemos al español como nuestra lengua madre. En estos espacios se pueden romper barreras y propiciar diálogos fértiles, sin convertirse en membretes sectarios. La dificultad para el éxito de estas actividades suele ser la difusión en los medios de comunicación masiva, porque las redes sociales no siempre pueden sustituirlos por su focalización en ciertos segmentos demográficos que pueden tornarse endogámicos. Yo te leo, tú me lees, yo te escucho, tú me escuchas… Pero en este caso, la amplitud de la convocatoria y la respuesta garantizan la promoción de los poetas y la difusión del género en sus diversas tendencias con una profundidad de campo, para usar un concepto de las artes visuales, propicia tanto para el uso culto del idioma como para el despliegue de las diversas expresiones dialectales y fónicas. Diría que esta forma de difundir nuestra poesía contemporánea nos aproxima y estimula con el intercambio fértil de la visión del mundo hispanomericano.
- ¿Cuál cree que es el papel de las universidades e instituciones gubernamentales en la promoción de la literatura contemporánea?
Las universidades tienen tres funciones básicas: la docencia, la investigación y la difusión de la cultura. Esta última en el ámbito de la literatura -más allá de los estudios previstos curricularmente en la materia-, sólo se cumplen cuando realizan actividades editoriales, facilitan las puestas en escena de obras teatrales y estimulan la difusión y el intercambio de los escritores y poetas facilitando la convergencia y la libre manifestación de sus creaciones. Las agencias gubernamentales cuya función es precisamente el desarrollo de las diversas expresiones culturales en la esfera pública, cumplen con su función cuando facilitan los medios para la generación y divulgación de los bienes culturales producidos sin coartar la libertad de expresión literaria. Promover conlleva para ambos tipos de instituciones, facilitar la circulación de las ideas de la cultura escrita.
- ¿Cuáles son sus expectativas respecto al impacto de este Encuentro, dirigido por la poeta Carmen Nozal, en la audiencia y en el reconocimiento de la poesía contemporánea?
Me ha sorprendido muy gratamente la capacidad de convocatoria y gestión de nuestra colega Carmen Nozal, con esta forma de echar mano de un entusiasmo desusado para impulsar el II Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Ello me hace abrigar grandes expectativas, pues la respuesta a la convocatoria y el proceso de organización han sido constantes y crecientes. Cada día, desde hace varios meses, vemos la adhesión de un sinnúmero de poetas de diversas generaciones y latitudes. Las instituciones culturales anuentes a ser recintos sede de los numerosos momentos de lectura y disertación lírica, son garantía de que han encontrado en este esfuerzo de Carmen una propuesta seria y trascendente. Lo que más me admira en el caso personal de la colega, es como su obra no se pone en pausa, pues su creación no cesa por la gestión del suceso por venir. En consecuencia, no dudo que estos son pasos firmes para fructíferos procesos de intercambio con colegas de Iberoamérica y, por ende, con la poesía peninsular.
- ¿Cómo percibe la colaboración entre diferentes entidades culturales y privadas para la realización de eventos literarios de gran envergadura?
Omito en esta respuesta la conocida situación de la era soviética y de la Gran Revolución Cultural Proletaria (Revolución Cultura China), así como la de las diversas teocracias islamista actuales. La relación de las esferas públicas y privadas en el sistema económico y social de cuño occidental es una de mutua dependencia. Pero en materia de promoción de la cultura parecen divergir a partir del concepto de libertad. En la tradición sajona, sobre todo la estadounidense, la intervención en la evolución cultural puede verse como una intrusión grosera que atenta la visión de excepcionalidad de su democracia. Ello no impide que las altas manifestaciones de su cultura gocen del manto protector gubernamental. Pero en general se estima que la producción de los bienes culturales corresponde a los individuos como parte de su singularidad y libertad de expresión. Ello no ha impedido penalizar con una férrea censura ciertas manifestaciones culturales del pasado, sea la obra de James Joyce o la cinematografía de la época macartista (1947-1957). Sin embargo, las macroempresas y los barones del dinero han encontrado una forma de legitimación o apropiación de ciertas “marcas”, sobre todo mediante espacios para la preservación de las artes o el concurso de becas prestigiosas: Ford, Guggenheim, Getty y una cadena de acaudalados benefactores, en la que el mecenazgo juega un papel de gran prestigio en el mercado. En otro lado del espectro, la tradición francesa apela a situar al Estado en el centro de la protección de la cultura. En el fondo prevalece la conservación de otra forma de excepcionalidad: la civilización francesa. No hay estado capitalista que otorgue una porción más alta del presupuesto público a la cultura que la aportada por la República de Francia. Por supuesto esto garantiza formas de retorno en el ingreso nacional provenientes del sector turístico, y con una sostenida política a favor de la cultura logra ser el primer destino internacional del mundo. Además, las lenguas en casi todos los organismos del sistema de Naciones Unidas son el inglés y el francés. Sin embargo, según previsiones del FMI, Francia, sin ser siquiera la mayor potencia económica de Europa donde hoy le corresponde la tercera posición, en 2028 ocupará la novena posición de países con mayor Producto Interno Bruto del mundo y, a la fecha, solo 80 millones de personas tienen el francés como su lengua madre.
La lección que estos datos nos aportan es que cualquier esfuerzo gubernamental, privado o mixto, en favor de la cultura redunda en una mejoría del Índice de Desarrollo Humano (IDH), amplía el horizonte de la cohesión social, y es un sendero seguro para el entendimiento universal. Por lo demás, el generosos sustento de Konesh Arte y Cultura y el respaldo del Ayuntamiento de Salamanca tejidos por el liderazgo de la poeta Carmen Nozal, enlazados con las demás instituciones de educación y difusión cultural en cuyos espacios se desarrollará el Encuentro, y las publicaciones hemerográficas involucradas, son un claro ejemplo de que la unión de múltiples agentes interesados en la cultura puede dar frutos insospechados.
- ¿De qué manera considera que los jóvenes poetas y escritores pueden beneficiarse de eventos como el II Encuentro de Poetas Iberoamericanos en su desarrollo profesional y creativo?
La trivialidad, las redes sociales, los medios de comunicación electrónicos, han llevado a la cúspide expresiones urbanas ajenas sin antecedentes en las comunidades nacionales. A ello contribuyen líderes sociales de generación espontánea, replicadores de cotilleos y contracultura, actividades sobrevaloradas fincadas en el ocio, intencionada confusión de muchos medios y algunos gobiernos entre recreación y creación cultural, antagonismo artificial impulsado por motivos políticos entre la llamada alta cultura y la cultura popular, entre otros muchos fenómenos auspiciados por una civilización decadente. Más aún, la galaxia Lumière va erosionando a la galaxia Gutenberg cada vez con mayor éxito. Por ello, no me cabe duda de que el II Encuentro de Poetas Iberoamericanos será una aportación valiosa para el desarrollo de la creatividad de los poetas de la región, les permitirá escuchar otras voces y formas de poetizar y establecerá puentes con la lírica ibérica. Al abrirse nuevas puertas a la percepción de la poesía en lengua española, se da espacio a la difusión masiva de la creación literaria y su difusión internacional.
Maximiliano Cid del Prado
Agosto/2024-CDMX
Jorge Ruiz Dueñas (1946), poeta, narrador y ensayista con 27 títulos literarios, incluido en antologías publicadas en el país y el extranjero. Docente e investigador de diversas instituciones nacionales y del extranjero. Premio Nacional de Poesía Ciudad de La Paz 1980; Premio Nacional de Periodismo 1992 por el programa multimedia Tierra Adentro; Premio Xavier Villaurrutia 1997. Invitado de honor del Salon International de l´Édition et du Livre de Casablanca (2004). Fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores con otros 16 libros académicos. Ha dirigido diversas instituciones culturales en México e Hispanoamérica. Parte de su obra ha sido vertida al inglés, francés, portugués, árabe y griego. Miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua donde ocupa la Silla XIII.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Carmen Nozal
Maximiliano Cid del Prado (Ciudad de México, 1994). Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas (UNAM). Ganador de los IX Premios Deza de Poesía (Toledo, España). Finalista del concurso de poesía “Castello Di Duino” (Italia). Ganador del XXI Premio Literario “Naji Naaman” (Líbano). Director editorial de Revista Literaria Taller Ígitur. Fundador y director de la Congregación Literaria de la CDMX. Miembro del PEN Club México. Title of Honorary Member of Maison Naaman pour la Culture.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Carmen Nozal
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ANTONIO LEAL (sábado, 10 agosto 2024 10:09)
Una excelente entrevista que puntualiza lo que atañe a la creación literaria , en caso de la poesía, en los diferentes contextos de creación de todos los países de habla hispana.