Poemas de Yordan Arroyo

CARMEN VISITA LA TUMBA DE LISÍMACO

 

 

 

 

 

Un tigre gris acecha el invierno

 

blancas orquídeas, blanco mármol

 

sonrisa de agua, palabra de rayo

 

hondos vientos de campanas

 

campesino, carmín, camposanto

 

 

 

allá en la cruz yace tu carne

 

aquí en mi pecho el Tormes

 

ahora es antes, tiempo, piedra

 

rosales, rocíos, romanzas

 

 

 

la lluvia cae sobre tu alma de barro

 

pausas tu descanso, piel de ciprés,

 

levantas tus brazos, abres tu boca

 

recibiendo un manojo de guarias

 

traído desde Gijón y México

 

en el pico de una guacamaya

 

cuya madre vino en silencio

 

a compartir de tu lira el canto.

 

 

 

 

 

ADICCIÓN A LOS DULCES

 

 

 

Durante el camino de espinas

 

las babas de las larvas

 

se convirtieron en mi dulce favorito

 

lo saco del bolsillo, lo saboreo

 

y lanzo nocaut contra la envidia.

 

 

 

 

 

ṢAḤRĀʾ AL-KUBRĀ

 

 

 

Golpearon

 

nunca tumbaron.

 

Apretaron

 

nunca ahogaron.

 

Ardieron

 

nunca quemaron.

 

 

 

Mis desamores

 

se convirtieron en nueces

 

cuando mis lágrimas

 

lograron quitarle la sed al camello

 

con quien crucé más de un desierto. 

 

 

 

 

 

ANIMALIA

 

 

 

A veces quisiera ser ese gusanito

 

que descansa en el sofá de la tierra

 

otras veces aquella abeja

 

que sufre con el dolor de las plantas

 

casi siempre aquel gato

 

que halla su alimento en la soledad.

 

 

 

 

 

DESNUDEZ

 

 

 

Cada vez que me siento a escribir

 

me cubro el cuerpo con una toalla

 

mi gato piensa que estoy loco

 

aunque sólo siento vergüenza

 

de que conozca mis cicatrices.

 

 

 

 

 

VIVIR EN EL INFRAMUNDO

 

 

 

No me llamo Malala Maiwand

 

pero grito por las injusticias

 

que nacieron en Afganistán.

 

 

 

No me llamo Mursal Habibi

 

pero me bautizaron La Navarro

 

cuando parí gacelas

 

dispuesta a verlas morir

 

con sus cabezas desnudas.

 

 

 

No me llamo Shala

 

pero vi a la muerte

 

meterse en un avión

 

convertirse en bala

 

y penetrar los cuerpos

 

de 217 mujeres en Kabul.

 

 

 

Me llamo Medea

 

no me gusta el burka

 

tampoco el Corán

 

ni los talibanes

 

pero me gustan las tragedias

 

las novelas, los dramas

 

los poemas, las películas,

 

las óperas y las pandemias

 

que siguen comprobando

 

quién es el asesino

 

de quienes pierden su infancia

 

después de la bacha bazi.

 

 

 

 

 

"Yordan Arroyo nació en tierra de guarias y colibríes a finales del siglo más asesino de todos (o quizás eso quiere creer). En los campos que lo vieron crecer, los granos de café se dedican a escribir epopeyas y los atardeceres se encargan de recitarlas en voz de sus mejores cerros. Soñar con pájaros y aviones le permitieron atrapar un búho de cartón en la Ciudad Dorada, donde hoy busca la esperanza debajo de las piedras. Ha sido el primer huérfano de su tierra adoptado por los eternos brazos de aquel poeta que murió vivo en España".        Semblanza y fotografía proporcionadas por Carmen Nozal.

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