MUTACIÓN
Los poetas no se van: su destino es un grillo
que raspa las paredes de la noche.
Al abandonar un país creen dejar su infancia
y lo que sigue
son pasos de niño sobre el mundo.
Alguien les niega un algodón de azúcar
y no hay nada más triste
que la luz extinguida de un poeta
veinte años después
frente a un juego mecánico.
Inclinan la balanza por un lugar en el camino
y cada regreso es un volver mamífero.
Su maquinaria de hormigas
abre un sendero de hojas.
Los poetas son árboles en fuga
queriendo echar raíces en un planeta propio.
La infancia es una película de culto, Ediciones Perro Azul, 2016
EL OTRO
El Borges de Cambridge
encuentra al Borges de Ginebra.
Ambos son cometas
que comparten la mirada frente a un río.
Uno es viejo y cuenta la historia
como si fuera real;
el otro es joven y responde
como si fuera un sueño.
El Borges de Cambridge argumenta cosas
que el muchacho cuestiona;
al final le confiesa que un día quedará ciego
gradualmente como un lento atardecer de verano.
El joven se despide sin tocar el rostro
que tendrá en cincuenta años.
Solo él sabe que volverá a Cambridge
cada mañana de su vida,
para exigir al río que devuelva sus ojos
en la tinta que corre, eterna, sobre el agua.
La infancia es una película de culto, Ediciones Perro Azul, 2016
AMERICAN DREAM
En vacaciones nos pedía estudiar inglés.
Había comprado un curso:
libros y cassettes con ejercicios de pronunciación,
gramática
y un diccionario que lo sabía todo.
Yo no pasaba del eterno Page 1 - Lesson 1.
Mi hermano era más perseverante:
en poco tiempo aprendió el verbo to be.
Si íbamos a un paseo
mostraba el vocabulario de las cosas al pasar.
Decía que el inglés y las matemáticas
eran los idiomas del futuro.
El curso todavía existe.
El sueño de mi padre también.
Ropa Americana, 2017
FRONTERA
Traigo ―en el fondo de mi encuentro―
dos mitades.
Vienen de un lejano verano,
inmersas en su hora necia, antiguas
como la edad misma de los acantilados.
Una quiere quedarse,
la otra solo quiere cumplir un sueño,
para que dos mitades
en un bus, en una calle, en un cuerpo
no tropiecen.
En esta cábala de esperas
seguirán buscándose,
cada una se quemará por dentro.
Soy mi ciudad. Soy mi país.
Soy un pedazo de tierra.
Traigo en el fondo de mi encuentro
las mitades de un río
que juntas se apedrean.
Ropa Americana, Amargord Ediciones, 2017
CHAMANA
Tomo el poema en tus manos,
mi guerrera, mi poeta.
Sos la estrella matutina
que veo, pequeña y poderosa,
en medio de estas ramas.
Juntos, hemos atravesado la noche
de nuestros países y familias.
Juntos, levantado la mirada
y compartido la sed.
A tu lado me siento fuerte.
Crucemos esta noche blanca.
Historia de la sed, Amargord, Ediciones, 2019
EL JUEGO DEL PEZ
El pez que del agua sale
aun de alivio no carece,
que en la muerte que padece
al fin la muerte le vale.
¿Qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues si más vivo más muero?
San Juan de la Cruz
Somos el pez.
Con escamas maltrechas esquivamos lo sagaz,
la forma de arpón que tienen los días.
Pez contaminado:
la impotencia observa, en cada esquina,
monumental.
Naufragamos como arlequines de arena
antes que inicie la función:
la angustia es un barco varado en la ciudad.
San Juan soñó un rezo y nos vio en un pez:
dominó de preguntas,
Los dados eternos de Vallejo.
Nos consume un incendio:
el poder es el dilema de la ruina,
la ceniza, un montículo de fuego.
Pasajeros de la incertidumbre,
el poeta de la Cruz abrió su juego:
el pez es la humanidad, su boca seca en el agua.
Historia de la sed, Amargord, Ediciones, 2019
ESCUELA
Abuelo es el árbol al que me sembraron
para encontrarme en la montaña.
El primer día no supe hablar con él,
la noche fue larga como un cincel
que no estaba en mis manos.
El segundo día dormí al pie de su respiración
y la noche se acostó a mi lado.
Al tercer día siguió el martilleo de la sed.
Me levanté y abracé su corteza.
Con la mirada le pedí que lloviera.
El bosque nuboso habló al cuarto día:
“La noche es de los grillos y la mañana es de los pájaros”.
Volví a mi árbol un año después.
Reconocí en sus raíces el golpe de un relámpago.
La otra mitad, al caer, atravesó mi montaña.
Los excesos milenarios, Ediciones Diputación de Salamanca, 2020
RESPETO
Una mujer pinta un colibrí.
Su corazón es un lienzo inacabado;
el futuro, una galería de ausencias.
Salvo el estuche de colores
que palpita en sus brazos,
ella ilumina la nada.
En el taller que media entre su pecho
y la conducta en su respiración,
nace un arrecife de plumas.
En las miradas que contemplan sus trazos
y el olvido que renuncia a desaparecer,
el aire imagina que pasa.
Sus manos son pinceles:
flechas en el arco de la voluntad.
Hay cosas más importantes,
pero una mujer pinta un colibrí.
Los excesos milenarios, Ediciones Diputación de Salamanca, 2020
Dennis Ávila (Honduras, 1981). Una selección de sus primeros libros de poesía se reúne en la antología Geometría elemental (2014). En el año 2016, Ediciones Perro Azul (Costa Rica) publicó La infancia es una película de culto, reeditado en El Salvador, Puerto Rico y España. En el año 2017, Amargord Ediciones publicó Ropa Americana, reeditado en México y Jordania (traducido al árabe por los poetas Fakhry Ratrout y Najwan Darwish). En el año 2019, publicó Historia de la sed (Amargord Ediciones). Obtuvo el Premio Único en el Certamen de Cuento de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (2005) y la Mención Honorífica en el Premio de Narrativa Hibueras (2006). Su libro, Los excesos milenarios, obtuvo el Premio Internacional de Poesía "Pilar Fernández Labrador" (España, 2020), publicado por las Ediciones de la Diputación de Salamanca y traducido al portugués por el poeta Leonam Cunha para el Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca. La Colección Primavera Poética publicó su antología Escuela de pájaros (Perú, 2020) y Ediciones La Chifurnia su antología Un sol que prometía amanecer (El Salvador, 2022).
Semblanza y fotografía proporcionadas por Dennis Ávila
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