Poemas de Ada Zapata

LUZ

 

 

 

Somos el silencio recostado

 

El camino nunca llega

 

Hasta nosotros

 

 

 

Una ventana

 

Repite el día

 

 

 

Y la luz

 

 

 

Como una plegaria

 

 

 

 

 

LA SOLEDAD EN LA PARED

 

 

 

Era la soledad en la pared

 

 

 

Abrazaba a los animales enterrados

 

 

 

La falta de cuerpo

 

Daba vueltas por la casa

 

Y el mundo desaparecía

 

 

 

A nadie le importa

 

Jugar con el vacío

 

Pozo de cigarra

 

Incendiada por el viento

 

 

 

La espalda y la soledad bajo la tierra

 

En la habitación oscura

 

 

 

En la oscuridad

 

Que envuelve el aire

 

Contemplaba su vacío

 

 

 

Con las mariposas

 

Nocturnas y acéfalas

 

Veía el deslumbrante silencio

 

Arder en los árboles

 

 

 

Entre los perros desesperados de la tarde

 

Enterraba al viento

 

La moneda que nadie encontró

 

 

 

Era la muerte que amanecía

 

Como un gran sol olvidado

 

 

 

Recostada bajo la tierra del mundo

 

Su cuerpo era una habitación roja

 

 

 

De día

 

Una piedra silenciosa

 

Una sombra extendida

 

Que no se levanta

 

 

 

En el pantano del mundo

 

El oscuro silencio

 

Se desnudaba

 

Y la tierra desaparecía

 

 

 

Yo sigo dormida detrás del cuerpo

 

 

 

Me cubren la espalda

 

Con hojas de otro mundo

 

 

 

Detrás de las rejas de la casa

 

El manto del mundo

 

 

 

Es la soledad

 

 

 

 

 

SIRENAS

 

 

 

Estaban solos entre los otros

 

Y descendieron a la ciudad cerrada

 

Para sentarse en las camas viejas de metal

 

 

 

Hasta que todos quedaban dormidos

 

Debajo de las camas

 

Apoyados contra la pared

 

 

 

De pronto

 

Sonaban las sirenas

 

Y la gente corría adormecida

 

Porque la muerte los perseguía

 

 

 

Los tocaba por la espalda

 

Quitándoles el alma

 

Oscurecida por el aire

 

Nublada por el aire

 

 

 

Ellos se quitaban el cuerpo

 

Y se escondían

 

En otros cuerpos

 

 

 

Para no tocar

 

Y no ser tocados

 

 

 

Para volver a dormir

 

A la invisible ceniza

 

A la lluvia al revés

 

 

 

Antes de que el aire

 

Se transforme en puerta

 

Bebiendo el fuego

 

Con la nebulosa cuerda en el cuello

 

 

 

Entonces

 

Podían

 

Escapar

 

 

 

Envueltos en la marea

 

Extendidos en la luz

 

 

 

Fumando

 

El cigarrillo

 

Que dejó el deseo

 

 

 

 

 

CENIZAS

 

 

 

A nadie

 

Le importa

 

El baso

 

Derramado

 

 

 

De la última

 

Luz

 

Del día

 

 

 

Nadie

 

Beberá

 

De esta sed

 

 

 

En algún momento

 

Tendremos que reunirnos

 

En la ceniza

 

 

 

Y las piedras escribirían

 

Sobre nosotros

 

 

 

Dirán que fuimos los habitantes del pasado

 

Despojándonos

 

De nuestros cuerpos entregados al viento

 

 

 

En los desiertos lugares

 

 

 

Fuimos el rumoroso tiempo

 

Que ve llorar

 

A las estatuas de piedra

 

 

 

 

 

DESPERTAR

 

 

 

Despertar

 

De una invención del infierno

 

 

 

A la desnudez

 

Del tiempo

 

 

 

Saber

 

Que la mirada en el espejo

 

No es tuya

 

 

 

Que le pertenece

 

A la brillante oscuridad

 

Del mundo perdido

 

 

 

Despertar

 

En la casa abandonada

 

 

 

Y hablar

 

Con los olvidados

 

Los heridos del miedo

 

 

 

Aquellos que sin saberlo

 

Murieron en un sueño

 

 

 

Como una invención del infierno

 

Contar

 

La historia de los que se levantan

 

 

 

Y sacuden la ingravidez de sus cenizas

 

Al viento

 

 

 

Decir

 

 

 

Es un milagro

 

Estar vivo

 

 

 

Y caminar

 

Sobre los muertos

 

 De la tierra

 

 

 

Ennegrecida por el silencio de sus bocas

 

Y sus cuerpos florecidos en piedras

 

 

 

Contar

 

Una historia

 

Fabulosa

 

 

 

Mientras tus pies se hunden

 

En la niebla

 

 

 

Y los pájaros perdidos en el viento

 

Regresan

 

Nuevamente

 

Al jardín deshabitado

 

 

 

 

 

MI SOMBRA DUERME RECOSTADA

 

 

 

Los que no se tocan

 

se desvanecen

 

se vuelven aire

 

 

 

Y una mano cubre mi rostro

 

Donde el aire oscurece

 

 

 

Al atardecer

 

Cuando todo empieza a perderse

 

 

 

En la luz del desierto

 

En la mesa del olvido

 

 

 

La sombra sabe

 

Que estar presente no alcanza

 

 

 

Sabe que es un fantasma en la soledad del aire

 

         

 

Ese cuerpo que se extiende

 

Inerme en la hierba

 

Es mi cuerpo

 

 

 

Ausente del ardiente centro de la tierra

 

 

 

La sombra descansa en el cuerpo

 

 

 

La bruma que mueve el cuerpo

 

En el incendio de la tarde

 

 

 

Es una isla oscura

 

 

 

Soplo

 

Asolado

 

 

 

Ausencia

 

Volátil

 

 

 

Cerradura de aire

 

Abierta al vacío

 

 

 

Último espejo

 

Donde el aire oscurece

 

 

 

El espejismo

 

De un pozo

 

Desde donde ella me mira

 

 

 

¿Quién eres?

 

¿Qué sombra eres?

 

¿De qué árbol te desprendiste en la noche?

 

 

 

Echada de costado al atardecer

 

Señala la noche que se hunde

 

 

 

La oscuridad que se hunde

 

En el árbol negro

 

 

 

Herida de luz

 

Sabe que dormir

 

Es desaparecer dentro del cuerpo

 

 

 

No estar en el jardín inmóvil

 

 

 

Morir

 

Sin darse cuenta

 

 

 

 

 

DESAPARECIDOS

 

 

 

Sin el velo de la luz

 

En el reflejo del río

 

 

 

En otro tiempo

 

Nos desnudaron de palabras

 

 

 

Y escapamos

 

A una hoja vacía

 

 

 

Ahora escribimos

 

Para el último poema blanco

 

 

 

Somos

 

Pestañas

 

Rozando

 

La armadura blanca

 

 

 

Bebiendo

 

la luz

 

del silencio

 

 

 

Nuestra sal

 

Alimenta los peces

 

Que emergen del abismo

 

 

 

En la luminosa tarde

 

Nos quitaron el cuerpo

 

La casa del mundo

 

Y se llevaron las palabras

 

 

 

Tengo miedo de voltear el rostro

 

Porque no sé quién mirará

 

 

 

Somos el mundo

 

Que desapareció

 

En un espejo

 

 

 

Ente los objetos perdidos del mundo

 

Los desaparecidos

 

Escribimos

 

Esta hoja es una puerta blanca

 

En esta hoja descansa mi cuerpo

 

 

 

Y las palabras

 

Se reúnen

 

Como aves de rapiña

 

 

 

Como ríos invisibles

 

Y nubes de otros cuerpos

 

Escribimos

 

 

 

Y resbala

 

El tacto

 

De la lluvia entre los dedos

 

 

 

Nuestra vigilada ausencia

 

Es una delgada barca

 

En el horizonte del agua

 

 

 

Somos

 

La sed

 

Del agua

 

 

 

Somos los que duermen

 

Y los que nos olvidan

 

 

 

Dejándonos

 

Imposiblemente

 

Solos

 

 

 

VOLTAR

 

 

 

Se sentía estrambosada

 

Le faltaba la fulibunda de hojas de nusa

 

Una vez más quiso adrear la brasa del ilmo

 

Tomarla y voltar

 

Pero reentrevió que el filotérmico ilmo de nicotrópica estaba vacío

 

Los brazos le aleaban

 

Anceava

 

Estaba ensombrada gílmida de vol

 

 

 

Entonces Irmió su cuerpo de incandescente aneda

 

Abrió la puerta de la vúrcua y salió

 

Quiso corzar la luz con el brazo pero su cuerpo aleaba

 

El alebaje de sed en la alieta la anceava

 

Voltar era invimisible

 

 

 

Afortunadamente al ramar la cíclopa

 

El otro la estanceaba y deseaba salibar y voltar con ella

 

Enfalemado sin importar el trance o el maul de la cava

 

Ella quería dorsear el embraze el ibasal del ver

 

Pero aceptó

 

Voltar dijo

 

Sólo

 

Voltar

 

 

 

 

 

EL SUEÑO DEL MUNDO

 

2024, Ed. 3600, Bolivia, Segunda Edición.

 

 

 

 

 

Ada Zapata Arriarán (Bolivia)

 

Poeta, ensayista y periodista cultural. Ha publicado Fragmentos en el Aire, Ed. Gente Común, 2008; El Sueño del Mundo, Ed. Ablucionistas, México, 2022, Ed. 3600, 2024. También ha copublicado los libros Palabras Más Cine Arte y Cultura, Fundación AUTAPO, 2009; Apuntes de Cine, Ed. 3600, 2017, con más de 50 ensayos de su autoría.  Desde el 2002 editora de la revista de arte y cultura Palabras Más, de la que es cofundadora. Su obra ha sido difundida en múltiples antologías y ha participado en varios festivales internacionales en Bolivia, Perú, Argentina, Colombia, Brasil, Cuba, México y Centro América. Entre ellos el Festival Internacional de Poesía de la Habana Cuba; el Encuentro Internacional de Poetas de Zamora, el Festival Internacional San Cristóbal de las Casas; Enero en la Palabra, Festival Amada libertad, El Salvador; el Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango y el VIII IFLAC World Peace Congress, Sao Paulo, Brasil.

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Ada Zapata

Escribir comentario

Comentarios: 0