A Vicente Aleixandre
En febrero de 1928, Federico García Lorca fundaba en Granada con algunos amigos -Manuel López Banús, Joaquín Amigo, Francisco Ayala, Fernández Ca- sado, Menoyo, Enrique Gómez Arboleya, etcétera- la revista Gallo.
Si se quiere comprender las profundas intenciones que llevaron a los poetas a la fundación de Gallo, es necesario un pequeño pero significativo cuento de Lorca que iniciaba el primer número de la revista (1): "En el año 1830 llegó a Granada, procedente de Inglaterra, donde había permanecido una larga temporada perfeccionando sus estudios, el granadino don Alhambro. En Londres había sorprendido de lejos la belleza de su ciudad natal, y llegaba deseoso de observarla hasta en sus más íntimos detalles..." Era Granada, en la época en que llegaba ese curioso personaje, "una gran ciudad legendaria", de una belleza perfecta, pero prisionera de su pasada grandeza, sin presente real, una ciudad muerta, sumida bajo los pe- sados perfumes de sus jardines moros. Y en el cuento de Lorca, deliciosamente barroco, se refería a los esfuerzos de don Alhambro para sacar a Granada de ese "sopor mágico" en el cual vivía, para transformarla en activa y vibrante "como una campanilla, en manos del charlatán". Contaba que, en una noche de junio, cuando dormía cerca de su ventana, el ardiente granadino tuvo en sueños la aparición de San Gabriel, "el arcángel de la propaganda", rodeado de gallos encantados, y cómo de inmediato tuvo la idea de fundar una revista, una revista cuyo emblema sería un gallo parecido a aquel que había aparecido y le habló en su sueño. Mientras tanto el genio de Granada no dejaba de vigilar. Transcurrieron los meses, después los años, y el melancólico don Alhambro murió sin lograr fundar su periódico. "Fue una lástima. Pero en Granada, el día no tiene más que una hora inmensa, y esa hora se emplea en beber agua, en girar sobre el eje del bastón y en mirar el paisaje. No tuvo materialmente tiempo". Y Lorca concluía: "La reacción y suma de esfuerzos no se realiza en esta tierra extraordinaria. Dos y dos no son nunca cuatro en Granada. Son dos y dos siempre, sin que logren fundirse jamás."
Un siglo más tarde, era ese mismo letargo en el cual Granada continuaba hundida, era la misma atonía intelectual y artística que aquejaba a la ciudad, lo que decidió al poeta de Canciones y a sus amigos a retomar el proyecto de don Alhambro para llevarlo a cabo. En un manifiesto que publicaron a continuación de la leyenda lorquiana, los poetas precisaron sus designios: en Gallo denunciaban lo absurdo del gusto literario de su villa natal; combatían la mediocridad y la falta de personalidad de sus pintores y escritores oficiales; condenaban el estilo anticuado y vulgar de sus más recientes edificios. En cambio, exaltaban todos los "valores universales" de Granada, tanto los antiguos, como ese poeta del siglo XVII, Pedro Soto de Rojas, a quien querían asegurar una gloria póstuma, o los modernos, como Ángel Ganivet y Manuel de Falla (2), y se declaraban solidarios con la nueva pintura y la joven poesía de Andalucía. Y finalmente, desbordando el cuadro de Granada y de Andalucía, proclamaban la necesidad de hacer conocer en la provincia a los artistas españoles cuyos talentos ya eran reconocidos en otros lugares: fue con este motivo que la nueva revista se inició presentando al pintor catalán Salvador Dalí.
El 8 de marzo, para festejar la publicación del primer número de Gallo, que debía ser puesto en venta al día siguiente, colaboradores y simpatizantes de la revista se reunieron en un banquete que se realizó en la Venta de Eritaña. Al tomar la palabra después de hablar Gómez Arboleya, Lorca insistió sobre las intenciones del manifiesto y señalaba: "Un grupo nuevo de Granada, unido al antiguo, se reúne en torno de este Gallo, y creo que ahora va de firme. Todos a una. Con el amor a Granada, pero con el pensamiento puesto en Europa. Sólo así podremos arrancar los más ocultos y finos tesoros indígenas. Revista de Granada, para fuera de Granada, revista que recoja el latido de todas partes para saber mejor cuál es el suyo propio; revista alegre, viva, antilocalista, antiprovinciana, del mundo, como lo es Granada. Granada tiene un nombre en el universo y una corona de gloria. Granada no es el café Colón, la calle de Pavaneras, la Gran Vía, etc. Granada es otra cosa más permanente y más clavada en la conciencia nacional: términos históricos, poéticos y rumor de belleza pura. No somos nosotros ya, gracias a Dios, los granadinos que se encierran, sino los que salen, los que buscan, y los que necesariamente encontrarán... Hay que proteger esta revista, queridos amigos, porque es la voz más pura de Granada; la voz de su juventud, que mira al mundo, y, desde luego, la única que se oirá fuera de ella. Protegedla, proteged las ediciones de sus clásicos y haced posible una unión de nuestros grandes poetas del siglo XVII y los escritores de hoy, a quienes amamos y respetamos como maestros de forma y de contenido. Nosotros, como ellos, sabemos hablar de nuestras cosas locales sin necesidad del odioso, del abominable, del facilísimo costumbrismo y del antipático "¡Ay Graná, ¡qué hermosa!". Y Lorca concluía: "Brindemos porque se extingan pronto los malos granadinos, que no la dejan decir su mejor canto, y pidamos a Dios, aventureros, locos, gente que derroche el dinero para que en la ciudad vibre toda la fuerza que tiene escondida, y haya un atleta desnudo que con un martillo de oro vaya abriendo a la fuerza los puños cerrados, florecidos con el salitre de la avaricia."
La resonancia que obtuvo la publicación del primer número de Gallo probó que sus redactores habían apuntado bien. Golpeada de lleno en su orgullo de vieja ciudad morisca, Granada se agitó, se indignó, terminó por divertirse: hubo una Granada gaullista y una Granada antigallista. Y Lorca pudo escribir al crítico catalán Sebastián Gasch: "El Gallo en Granada ha sido un verdadero escandalazo. Granada es una ciudad literaria y nunca había pasado nada nuevo en ella. Así es que el Gallo ha producido un ruido como no tienes idea. Se agotó la edición a los dos días y hoy se pagan los números a doble precio. En la Universidad hubo ayer una gran pelea entre gallistas y no gallistas, y en cafés, peñas, y casas no se habla de otra cosa... Ahora preparamos el segundo número..." (3).
Este segundo número apareció un mes más tarde, en abril. Aparte del manifiesto antiartístico catalán, firmado por Salvador Dalí, Sebastián Gasch y Luis Montanyá, que reproducía integralmente, Gallo publicaba un homenaje a Picasso, por Sebastián Gasch, ilustrado con reproducciones de cuadros del maestro; una "novillada poética" que reunía los nombres de Manuel López Banús, Enrique Gómez Arboleya y Francisco Cirre; un fragmento de una novela en preparación del hermano de Federico, Francisco, titulado "Encuentro", e interesantes notas sobre la estadía de Manuel de Falla en París. Y finalmente dos textos de Lorca: "La Doncella, el Marinero y el Estudiante”, y "El paseo de Buster Keaton", completaban esta entrega. Textos extraños, entre los cuales el primero puede asociarse directamente al teatro de títeres de cachiporra, tan querido por Lorca, mientras que el segundo texto es un libreto burlesco de film de cortometraje -un "diálogo fotografiado" (4)-, el único que poseemos de una serie que el poeta proyectaba escribir y que nunca tuvo tiempo para realizarla.
Desgraciadamente Lorca pudo comprobar a raíz de este segundo número de Gallo la verdad de "la distancia había entre su ciudad y la de su sueño" (5). Efectivamente, en esta ciudad donde las horas son "más largas y sabrosas que en ninguna otra ciudad de España" (6), un mes resultaba suficiente tiempo para aplacar las querellas y apagar las pasiones encendidas por la publicación del primer número de la revista. Fue suficiente un mes para devolver a Granada su bella indiferencia. Cuando apareció el segundo número, Gallo cayó en el vacío: en toda la ciudad apenas si hubo cincuenta personas que se interesasen por la revista.
¿Mantuvo el poeta alguna ilusión sobre el porvenir de la revista, después de este fracaso? Posiblemente, sí. Pues mientras proyectaba realizar un número dedicado a Dalí (7), insistía en pedir a Sebastián Gasch un artículo sobre el excelente pintor granadino Manuel Ángeles Ortiz, mientras que por su parte el poeta esbozaba un corto ensayo dramático: Quimera. Pero ya las cartas dirigidas a sus amigos mostraban menos entusiasmo. Atravesaba una grave crisis moral y sentimental, y para olvidar, trabajaba encarnecidamente en una nueva obra que no tardaría en alejarlo completamente de la revista. En Madrid, el Romancero gitano es- taba a punto de aparecer. Mientras tanto en Granada componía sus Odas -fragmentos de Oda al Santísimo Sacramento del altar fueron publicados en diciembre de ese mismo año por Revista de Occidente- y ya pensaba en transitar nuevos caminos poéticos. "Ahora tengo una poesía de abrirse las venas -escribía al poeta colombiano Jorge Zalamea-, una poesía evadida ya de la realidad con una emoción donde se refleja todo mi amor por las cosas y mi guasa por las cosas. Amor de morir y burla de morir. Amor. Mi corazón. Así es. Todo el día tengo una actividad poética de fábrica. Y luego me lanzo a lo del hombre, a lo del andaluz puro, a la bacanal de carne y risa. Anda- lucía es increíble. Oriente sin veneno. Occidente sin acción. Todos los días llevo sorpresas nuevas. La bella carne del Sur te da las gracias después de haberla pisoteado..." (8)
No hubo número 3 de Gallo.
Los años pasaron. Los números de Gallo se dispersaron, se extraviaron, fueron olvidados. En 1936, en vísperas de la guerra civil, probablemente los amigos de Federico eran los únicos poseedores de algunos ejemplares de la revista. Al estallar la guerra los destruyeron como cosas comprometedoras.
En abril de 1950, mientras residí en Granada, donde reunía los documentos y los testimonios necesarios para el estudio sobre Lorca que entonces preparaba, encontré los dos números de Gallo, conservados entre los papeles del poeta. Entonces tuve la idea de reunir en una plaqueta las dos pequeñas obras presentadas en el segundo número de la revista: La Doncella, el Marinero y el Estudiante y El Paseo de Buster Keaton, que no fueron recogidas por Guillermo de Torre en su edición de Obras Completas del poeta (Losada, Buenos Aires). A estos dos textos agregué el breve drama Quimera, destinado al número 3 de Gallo, y que se mantuvo igualmente inédito. (9)
Así nació Teatro breve (10)
traducción de Bernardo Kordon. El artículo fue tomado del libro:
Granada y García Lorca, editorial Losada, publicado en 1967, Buenos Aires ____________________________________________________________________________
1 Historia de este gallo. Este cuento fue recogido por Guillermo Díaz-Plaja en el notable estudio que consagró a Lorca (Ed. Kraft, Buenos Aires) y se encuentra actualmente en las Obras Completas del poeta (Aguilar, Madrid).
2 Este último, granadino por adopción.
3 Federico García Lorca, Cartas a sus amigos (Ed. Cobalto, Barcelona, 1950).
4 Detalle característico de atracción de Cataluña ejercía sobre Lorca, que la consideraba algo como su segunda patria. De tal modo escribió a Gash, el 7 de abril de 1928: “Como ves cada día Andalucía y Cataluña se unen más gracias a nosotros. Esto es muy importante y no se dan cuenta, pero más tarde se darán. Todavía no ha venido Falla, pero está al llegar y se entusiasmará con la idea tanto como nosotros, Falla es amante de Cataluña y colaborará con verdadera fe..." (obra citada).
5 F. G. L., carta a Guillermo de Torre, comienzos de 1927, en Cartas a sus amigos, obra citada.
6 1 F. G. L., carta a Guillermo de Torre, comienzos de 1927, en Cartas a sus amigos, obra citada.
7 "Tenemos que preparar un número de Dalí, y si tenemos dinero quizá de toda la pintura catalana moderna y la andaluza. Para demostrar cómo sólo estas dos regiones mediterráneas triunfan en la península". (Carta a S. Gasch, 8 septiembre 1928. obra citada).
8 Epistolario de García Lorca, en Revista de las Indias, N° 5, Bogotá, 1937.
9 En la época que escribí estas líneas, este texto figuraba entre los inéditos presentados por Angel del Río al final de su estudio: Federico García Lorca, Hispanic Institute, New York, 1941.
10 Teatro breve fue incluido en las Obras Completas de García Lorca (13 Edición, Aguilar, Madrid, 1954). Antes fue presentado por "Ediciones Losange" (Títeres de Cachiporra, Buenos Aires, 1953 y retomado por la Editorial Losada en el volumen Cinco farsas breves (Buenos Aires, 1953).
Claude Couffon: (Normandía, Francia), el 4 de mayo de 1926.
Profesor jubilado de la Universidad de París-IV-Sorbona, donde impartió -hasta 1991- literatura española e hispanoamericana, y dirigió durante una década las publicaciones del Centro de
Investigación. del Instituto de Estudios Hispánicos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se dio a conocer por sus investigaciones sobre la muerte de Federico García Lorca (Le Figaro Littéraire, 19-8-1951), recogidas en un volumen en A Granada, Tras las
huellas de García Lorca (ed. Seghers , 1962; trad.: Granada y García Lorca, ed. En 1963, una nueva investigación realizada en Orihuela, ciudad natal de Miguel Hernández, le permitió
descubrirnumerosos poemas juveniles inéditos del poeta y reunirlos con importantes testimonios en Orihuela y Miguel Hernández (ed. de L'Institut d'Etudes Hispanices, París, 1963; trad. esp.:
Orihuela y Miguel Hernández, ed. Losada, LICENCIADO EN LETRAS.). En 1971 recopiló todas las primeras obras inéditas u olvidadas de Miguel Ángel Asturias en dos volúmenes publicados por la Sorbona
(El problema social del indio y otros textos; Novela y cuentos de juventud). Trabajando sobre la vida y obra del poeta franco-ecuatoriano Alfredo Gangotena (1904-1944), encontró y publicó su obra
poética francesa completa (ed. La Différence, coll. Orphée, 2 vols., París, 1991-1992). En 1994 publicó en Perú una versión inédita de Escalas melografiadas, de César Vallejo (Universidad
Nacional de San Agustín, Arequipa).
Amigo de los principales poetas y novelistas latinoamericanos y españoles, desde 1945 ha facilitado la difusión de sus obras en Francia a través de varios cientos de artículos en Le Figaro
Littéraire, Le Monde, Les Lettres Françaises, Les Temps Modernes, Les Lettres Nouvelles, Europe, La Revista Literaria, etc. Fue el primero en escribir, con su colaboración, las biografías de
Nicolás Guillén (1964), Rafael Alberti (1965), Miguel Angel Asturias, (1970), René Depestre (1986), todas publicadas en la Colección “Poetas de hoy” de las ediciones Pierre Seghers. Es también
autor de numerosas antologías: Cuentos extraños y fantásticos de América Latina (ed. Métailié, 1989); Historias de amor de América Latina (ed. Métailié, 1992); Cristóbal Colón visto por
escritores franceses (en colaboración con Isabel Soto, ed. Amiot-Langaney, 1992); Poesía dominicana del siglo XX (ed. Patiño, Ginebra, 1995); Poesía cubana del siglo XX (ed. Patiño, Ginebra,
1996); Poetas de Chiapas (ed. Caractères, 1997); Poesía hondureña del siglo XX (ed. Patiño, 1997).
Traductor de los poetas españoles Rafael Alberti (Marinero en tierra; El amante; La aurora del alhelí; ¿Quién dijo que estábamos muertos?…), Lorca (Impresiones y paisajes, Pequeño teatro,…), Juan
Ramón Jiménez (Platero y yo), Blas de Otero, y el novelista Camilo José Cela, es también el de muchos escritores latinoamericanos, entre ellos Pablo Neruda (Canción General; Memorial de la Isla
Negra; La espada de llamas; Confieso que viví, Nací para nacer… ), Miguel Angel Asturias (Cierto mulato; Tres de los cuatro soles; El ladrón que no creía en el cielo; Viernes de Dolores; Poemas
indios,…) Gabriel García Márquez (Crónica de una muerte anunciada; El Otoño del Patriarca; El funeral del Gran Mémé,…), Manuel Scorza (Redobles de tambores para Rancas; Garabombo el Invisible,…),
Juan Carlos Onetti (La vida breve, Que hable el viento), Eduardo Galeano (Las venas abiertas de América Latina) , Nicolás Guillén (casi toda la obra poética), Jorge Icaza (El chullo Romero y
Flores), Martín Adán (La casa de cartón), Luis Mizón (todas las obras poéticas), Ernesto Sábato, Miguel Barnet (Esclavo en Cuba), Gabriela Mistral , Dulce María Loynaz, Alejandrina Pizarnik,
Vicente Gerba, Juan Liscano, Jorge Carrera Andrade (Registro del mundo), Roberto Sosa, José Gorostiza…
Viajes de conferencias, misiones culturales y jurados literarios (Casa de las Américas, La Habana; Premio Juan Rulfo, Guadalajara, México; Premio Julio Cortázar, Murcia; …) lo han conducido
muchas veces y lo conducen en España y Latinoamérica. Vicepresidente de la Casa de los Ecrivains de París (1991-1995), hoy es presidente de la Casa Internacional de Poetas y Escritores de Saint
Malo y dirige Talleres de Traducción en Bretaña (Fougères, Saint Malo, Cesson-Sévigné).
Obras poéticas: El tiempo de una sombra o de una imagen (Prólogo de Miguel Ángel Asturias, 1973); Cahier de la Bahía del Monte Saint-Michel (1974); Celebraciones (Prefacio de Jorge Guillén,
1979); En las fronteras del silencio (1980); Cuerpo otoñal (1981); Ausente/Presente (1983); A la sombra de este cuerpo (1988); El cuaderno secreto (1994); Ventana en la noche (ed. bilingüe,
traducción al español de Jorge Najar, 1996).
Distinciones honoríficas: Legión de Honor (Francia); Artes y Letras (Francia); Orden del Mérito (Ecuador); Orden Nacional de Cruz do Sul (Brasil); Medalla Gabriela Mistral (Chile); Orden Andrés
Bello (Venezuela); Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella (Rep. Dominicana). Doctor honoris causa de la Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa, Perú.
Fuente fotográfica: Universo Lorca
Fuente biográfica: Book Node
Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898 -Víznar , 1936)
Hijo de un rico propietario y de una maestra, vivió una infancia rural a la que sumó una completa formación. Se trasladó a Madrid, donde se alojó en la Residencia de Estudiantes y conoció a sus compañeros de generación y a muchas figuras del panorama artístico. En este ambiente conoce las Vanguardias, pero su personal sensibilidad sobrepasa las modas y triunfa definitivamente con su emblemático Romancero gitano. Tras vivir una enriquecedora temporada en Cuba y Nueva York (el impacto de esta ciudad da lugar a Poeta en Nueva York ), vuelve a España. Durante la República, dirige la compañía La Barraca, grupo teatral universitario con el que lleva el teatro clásico por todos los rincones de España. En 1933 visita Buenos Aires, donde sus dramas obtienen gran éxito. De regreso, Lorca, que es ya poeta de éxito, manifiesta públicamente sus ideas de izquierdas; este hecho lo pone en el punto de mira de los nacionales que lo asesinan nada más estallar la guerra civil, dos meses después de terminar La casa de Bernarda Alba. Otras obras destacadas del autor son Poema del cante jondo, La zapatera prodigiosa, Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la solterao el lenguaje de las flores, Mariana Pineday El público, todas ellas publicadas en Austral.
Fuente fotográfica: Universo Lorca
Fuente biográfica: Planeta Libros
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