APUNTES SOBRE KEPLER (Afelio y Perihelio)
Si Kepler estuviera aquí
y no en el indefinido espacio de mutismo,
vendría a dictarme un poema
para dártelo en ofrenda.
No, no es cierto,
más bien dictaría y a puertas cerradas
una conferencia sobre las leyes que describan
la órbita de los planetas
en la sustancia muda de una elipsis de brazos.
Después de terminada mí fantasía,
errática
me marcharía a beber la pena de ser ley,
ya en casa,
alejada de ti o cercana, no sé...
a velocidad menor
con la oscuridad vasta
de mis paradojas
deslumbrada de olvido,
me iría a beber las lágrimas de este absurdo.
También sé,
no por ley de deducción matemática,
sino por instinto,
que llegará el momento
en el que
brevemente
me acerque a ti,
y sienta tu calor,
tu hastío, tu cólera.
Ese día,
injusto,
extraño
(relámpago de estrellas)
también
pasará.
AROMAS II (Segunda versión)
Adormecidos los ónix, los míos y los tuyos
niños de cápsulas vacías
anochecí, anochecimos
dejamos una estela jugosa, sideral;
abandonados
caí sobre el astro de la estirpe,
ahí pose el cuerpo,
así amanecí sobre el pecho de un viajero,
transparente,
amanecí a la deriva,
cargada de aromas, de nuevos rubores
de nuevas tierras.
PICASSO APARECE DELANTE DE SUS ÓLEOS.
A Cintio Vitier
El poeta de la zarza ardiendo lo señala
en “Otro cuerpo”,
bajo el segundo canto, una exposición alucinante.
Yo me aprieto contra la roca de la mente,
me cruza una lágrima de ideas, no intento huir.
Sigo leyendo:
dice de la rapidez de la línea.
Otra mano que no es mía escribe el verso siguiente…
Quiero simpatizar con ella (la mano) a lo mejor si rio.
Por eso escribo:
Un día fui,
hoy soy la mancha sobre la mesa,
una sombra en la galería,
un principio de negrura;
es verdad,
Picasso aparece delante de sus óleos.
DE LAS OLAS, LUMBRE (Fragmento)
No me malinterpreten
si digo, más bien, si siento
cómo hieren los lirios
las líneas de mis manos
cómo encienden
las antorchas de oro
mi memoria:
Señor de un sol tardío.
No me malinterpreten
si el azafrán de la tarde
hiende mi piel
bajo la combustión
que bulle la sangre,
si me aparto del cerrojo indecible,
soterrado bajo mi piel, mis huesos y mi casta,
sol herido e intermitente.
No me malinterpreten.
Me escalofría
cuando pausada de la rutina
logro alcanzar
la ensortijada noche que mece
de su cuerpo
un acantilado.
El tonal de los sudores.
Noche aparecida
de algunos cantos
sin trenes de las horas altas
a los minutos
de algún Velarde.
Me gusta su oscuridad
adaptada a mis huesos.
De ella cuelgan
lianas acaracoladas
vaivenes solubles.
Desde mi boca saltan,
desde su boca preñan
la semilla de los naranjales.
Semilla sin adornos,
polen en flor
refulge,
castañea
en el bosque oscuro
del solemne siervo
la opacidad.
América Femat Viveros. Originaria de Tizayuca Hidalgo, escritora, profesora y editora mexicana. Fundadora de la editorial Cipselas. Integrante de la mesa directiva de la Academia Nacional e Internacional de Poesía, Capítulo Hidalgo. Cofundadora de la Red de Editoriales independientes de Hidalgo (REDHi). Colabora en El ojo de Faetón, Círculo de estudio ante la poesía. Acreedora de la beca PECDA por la obra "La espiral del peregrino”. Finalista en la convocatoria "Jardín de Figuras abiertas II" de Bitácora de Vuelo Ediciones por el compendio “Los veneros del pez”. Su obra poética fue seleccionada para ser leída en la Biblioteca Nacional de México y publicada en el compendio digital "Mujeres, Amor y Libertad, Textos breves de autoras mexicanas e iberoamericanas”. Antologada en diversos compendios de literatura e investigación como: Romper con la palabra, Violencia de género en la obra de escritoras mexicanas (Ediciones EÓN). Su obra literaria, artículos y ensayos aparecen en reconocidos medios nacionales e internacionales. Ponente y escritora invitada en diversos espacios culturales como: ferias de libro, festivales, universidades, bibliotecas; etc. Autora de nueve poemarios.
Semblanza y fotografía proporcionadas por América Femat Viveros.
Escribir comentario