Poemas de Joe de la Rosa

 

 

DESDE EL CENTRO DEL INCIERTO

Camino hacia al lado más obtuso de la noche
hasta llegar a algún lado del espejo
espejo real, espejo sueño
dónde rompo la imagen de un grito,
cuando veo el vacío atemporal de mi mirada.

Tú, señora de lo bello y podrido,
germinaste en mi mente
llamando en nombre de mi madre,
me regalaste la vista de pájaros y valles
para después saltar a mí
poblándome de tuertos, gusanos y sangre.

Soy despojo de mis sueños descarnados
de los que nunca he despertado,
Poseedora de la victoria falsa de la vida.
Sin embargo creí en tu primavera, hija de Éter
y he danzado en el placebo de la calma con tu títere Balban.

Siempre me traiciono en este tempo a contraluz,
en esta hora dilatada
donde hundo mis manos
en el espesor asfixiante
de una resignación culpablemente masoquista,
que me rebela como escurrimiento
congelado en la negrura de lo eterno.

De vez en cuando voces susurrando
como si no pretendieran despertarme
de mis sueños de llaga palpitante
que expele deseos proscritos,
desde el centro del incierto.

 

 

 

 

 

IMPRONTA SALINA SOBRE EL AGUA-TIEMPO
                      

 

                                                                                              Para Teesha Zamacona.
 

                                                                             Un escudo suple el lugar de las costillas
                                                                                      la paz cabe en una caja sin cerrojo
                                                                                        Ahí  donde se inhalan los secretos
                                                                              Y un pájaro crea raíces de las ausencias.
                                                                                                                

 

                                                                                                               - Teesha Zamacona

Desde el reflejo de la luz,
del astro blanquecino
de la muerte
la guardiana del mar
liberó su pelo,
extendió su existencia
en suave silencio,
-sin titubear-
cómo quién sabe
que nada puede contarse del camino
a quien desde hace tiempo
Sabe que cada uno tiene un final.

Cuando la obscuridad
se acostumbró a su mirada,
desde la ronca gravedad de su oleaje
trazó fluyente, la belleza
desquejabrada,
           arenosa
de miles de tormentas.
Conjuró
el radiante color vital
de la energía de sus manos
para emanarlo a bocanadas
de pigmento y fonemas.

Su gesto final trajo la noche
inútil es, desdecir los hechos
y en esfuerzo fútil incendiar manos
para ahuyentar la ventisca de la ausencia.

Apenas, posible acompasar
el vuelo ascendente del cuervo
criado del lamento
para secar los ojos,
que esperan despiertos
la hora del graznido
en la que todo se transforma
en llovizna-canto.

 

 

 

 

 

POSTALES DE LA VIGILIA

I
No es que no pueda abrir los ojos
es que si lo hago
este mundo que contengo y me contiene,
que amenaza
con su alma de metralla  
                      saltará

Vendrá la era de las ratas-sombra
dónde todo será corroído
a velocidad ininteligible.

No es que no sepa abrir los ojos,
es que no sé respirar
cuando el silencio me ha alcanzado
y confundo los árboles con manos,
la tristeza con balcones
y los días con páginas en blanco
que aún sonríen
como si cada tropiezo
fuese parte premeditada de un sueño.

 

II (o innuendo de danza circadiana)

 

¿En qué compás

 

me convencieron

 

mis pretensiones de inocencia?

 

¿En qué paso celebré el triunfo del

 

ritual que rompe muros?

 

Ambos preámbulos para ahogarme en mi quietud.

 

 

 

Asidua he sido

 

en todas mis versiones

 

de redondear

 

el ojo del mundo

 

con las yemas de mi mente

 

de sostener con la ternura infame

 

del que acaricia el lomo tibio

 

de un conejo sin cabeza

 

con la venia de sentirse menos vil

 

por no haberle matado

 

y solo terminar con la tarea

 

de volverle instrumento donde resuenan los vacíos.

 


III

 

Y pensar que creí era el Memento mori y no la tormenta de la sangre,
lo que gritó los nombres de la niebla
en estas gotas de un río interno
inusitado,
que desliza en soledad.

Aquella tibieza que me hacía creer
saber qué lado del cuchillo habito,
en qué última caída se deslavó el lugar para las dudas,
en qué verticalidad el tiempo dejó de oscilar para asfixiarse.

No, no fue el Memento mori
sino tanto repasar
el "Fluctuat nec mergitur"
por las grietas de las sienes,
lo que me arrastra a esta espesura.

Mientras se flota,
las horas son miles de caballos
blancos o negros a capricho del
latir de la esperanza
el pesimismo es un galope sordo, casi dulce.

 



 

RUEDA DE LA FORTUNA DE LA NAVAJA

 

 

 

Ya lo he dicho,

 

yo también soy ese circulo

 

vicioso que (d)escribo.

 

 

 

Comparezco ante mi uso y abuso

 

del discurso,

 

cualquier retroceso

 

es falaz estratagema

 

calistenia ingenua

 

intento de negar el frío no deseado

 

que encorva la impostura

 

Si alguien no sabe de mis obras malas

 

no me empeñaré en que sepa las buenas en pos de un ilusorio equilibrio.

 

 

 

Convulsiono tentativamente

 

ante el culmen

 

de esta tormenta de cafeína

 

que regala una imagen

 

de lo que es

 

al no ser nombrado

 

sin pretensiones,

 

de ser entendido.

 

 

 

La nevada nocturna

 

se despliega

 

vuelo de fractales

 

donde me asomo a mi mundo.

 

 

 

 

 

PRIMERA HUIDA

 

 

 

Y yo digo

 

¿A poco es tan fácil dejarse ir?

 

Ondea bajo mis alas desplumadas

 

espectro cenobita,

 

tu vaho de cáliz negro...

 

mis pasos devorados

 

Por el antisilencio desdentando,

 

volverán torturados en

 

La próxima lluvia de cenizas

 

a vagar en la vuelta más profunda

 

del Caracol del oído de los muertos

 

su torbellino es mi miedo

 

de transporte camino

 

Lejanía de los cielos invocados,

 

más cerca del incendio forestal.

 

Mi canto interno,

 

no es más que el estertor

 

de unos pies que se durmieron esperando del aire

 

su regreso

 

destrenzo mis redes,

 

agitando el nervio

 

con un remo podrido hecho de recuerdos desfondados, de huidas infundadas

 

¿Qué será de aquel sótano al que llamamos infierno con todo y sus muertos?

 

 

 

 

 

CONFESIÓN DE DOGMATICIDIO     DESCALIFICADO

 

 

 

 

 

Me aventé de una sección amarilla

 

 

 

Y me maté, pero...

 

 

 

¿Creerá que no me mató la caída?

 

 

 

                                                  ¡No!

 

 

 

me atraganté con el paroxismo

 

 

 

mientras me acomodaba

 

 

 

la náusea matinal

 

 

 

Justo en ese instante,

 

 

 

en que me pegaba

 

 

 

el revólver de la rutina

 

 

 

Para seguir existiendo 

 

 

 

                          [como he podido]

 

 

 

Trapeo lacónicamente

 

 

 

Para pulir mi sonrisa ortodoxa

 

 

 

carente de todo,

 

 

 

excepto del sarro de los anhelos enervados

 

 

 

con el tufo del esqueleto 

 

 

 

de una posibilidad mundana

 

 

 

colocada en el altar  

 

 

 

de las motivaciones íntimas,

 

 

 

para echar andar mi maquinaria.

 

 

 

 

 

Atento contra mí,

 

 

 

sin querer saberlo,

 

 

 

cuando beso la hipocresía

 

 

 

                            [con asco]

 

 

 

creyendo que soy valiente y       

 

 

 

he escapado   al dibujar

 

 

 

la mueca de mi conciencia,

 

 

 

                            Chirriando

 

 

 

por el intento de aflojar

 

 

 

la tensión ambivalente.

 

 

 

 

 

Sorbo a sorbo,

 

 

 

-con la misión latente,

 

 

 

de bronco aspirar -

 

 

 

regurgito esa introducción al ascetismo

 

 

 

y en mi confusión,

 

 

 

me cuelgo el título de

 

 

 

“Sujeto de la abducción

 

 

 

por parte del decreto y las

 

 

 

buenas intenciones”.

 

 

 

 

 

Y me siento capaz de decir

 

 

 

que por mi han pasado

 

 

 

todos los años y todos los daños,

 

 

 

Sólo porqué ayer

 

 

 

me visitó el diablo

 

 

 

Este visitante implícito usando

 

 

 

                                                     mis gestos,

 

 

 

                                                     mi voz

 

 

 

y mis afanes

 

 

 

invadió todas mis zonas

 

 

 

se filtró en mis escapes

 

 

 

 

 

Instalando su cinismo distendido

 

 

 

en el hecho de que no me atrevo a morir,

 

 

 

porque tengo miedo que me dé flojera

 

 

 

aprender a renacer.

 

 

 

 

 

 

 

Poseedor de una sutileza

 

 

 

que me parece descarada,

 

 

 

Destapa mis mórbidos deleites

 

 

 

y mis poses de bondad, entre

 

 

 

aburrido y disimuladamente

 

 

 

complacido, porque seguimos

 

 

 

el rol de poseedor y poseída

 

 

 

 

 

 

 

Así, nos disponemos a celebrar nuestra sociedad,

 

 

 

donde sólo yo, siendo más de una por no saber ser alguna, recito los siguientes votos:

 

 

 

 

 

 

 

Si quieres…

 

 

 

porque has querido,

 

 

 

soy la nueva casa

 

 

 

de tus viejas realidades demonio,

 

 

 

Aquí: la antesala huele a la tierra

 

 

 

removida por el dictado reflexivo

 

 

 

que Godár le hace al cello

 

 

 

Y la ventana de la post alcoba

 

 

 

que anuncia la llegada

 

 

 

del melancólico sol,

 

 

 

se ve como las Gymnopedies de Satié.

 

 

 

 

 

 

 

Sé, cuando te beso para entregarme al juicio

 

 

 

abro los ojos para despertar en falso…

 

 

 

porque con mi estoica apatía,

 

 

 

me quedo al lado de la sonrisa

 

 

 

de ternura socarrona

 

 

 

que me recuerda

 

 

 

que estoy aquí para ver

 

 

 

como todos los días

 

 

 

                      me voy…

 

 

 

derecho cortando la fe,

 

 

 

cada que vacío sobre mí

 

 

 

la levedad

 

 

 

de que otorgarme la duda

 

 

 

- sin duda-

 

 

 

ya no tiene beneficio.

 

 

 

 

MARÍA JOSÉ DE LA ROSA (1988, Ciudad de México). Gastrónoma y Gestora Cultural. Participó en el Torneo de Poesía Adversario en el Cuadrilátero de la editorial Verso Destierro (2014), obteniendo el primer lugar.

 

 Festivales:

 

·       Primer Festival de la palabra en Temascalcingo y en la jornada de lectura de poesía “Poetas por la Paz” dentro del marco del IX Festival Palabra en el   mundo y del Festival World Poetry Movement (Junio 2015)

 

·       Encuentro Moebius Poetas Nacidos en los 80(2015)

 

·       Festival internacional de Artes Quimera (octubre 2015) que se lleva a cabo cada año en Metepec (Estado de México)

 

·       Coloquio Pretextos del Solsticio (evento donde se conjuntan la poesía y la pintura)

 

·       Encuentro de poetas “De amores y otros sabores” (2018-2020)

 

·       Encuentro de Poesía Max Rojas (2017-2019)

 

Publicaciones:

 

 Madona de la Gaveta 17(plaquette), publicado por Verso Destierro.

 

Revistas: El Humo, In Iris, La Piraña, Galerías del Alma, Rigor Mortis, Aleteo Poético y GatoMadre.

 

 Antologías:  Ciudadela de Orfebres (2018) y Personæ (2021)

 

Colaboraciones:

 

Coordinación Torneo Adversario en el Cuadrilátero y miércoles itinerantes de poesía (2016-2018).

 

Jurado en el concurso de cuento corto “Dímelo en cuento” del Tecnológico Nacional de México(2023)

 

Lectura, voz en off y lectura de textos traducidos para el Festival Internacional de poesía en Toluca con Casa Editorial Literatelia.

 

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Joe de la Rosa

 

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