María
El sol paso entre la obscuridad;
cataratas de imágenes surcan tu memoria,
asfixias tus rezos; lo místico de tus creencias,
se van erosionando los surcos de tu memoria.
Una ausencia sin ruido te va alumbrando
un tiempo amargo hay en sus miradas
en tu cuerpo van quedando esquirlas de alquitrán,
Has masticado todas las estaciones del año
un halito de tu memoria te sostiene.
Las luciérnagas que pariste te van abandonando,
no te mereces la ortiga de su indiferencia,
ellos desgarrados mojaran tu tumba con arrepentimientos.
Algún día María, algún día, sus sombras
serán violentadas por el abandono
de tu segunda generación.
Miel ajenjo
Todos los colores fríos soy para ti
soy piedra, arena en tu zapato,
eco que quieres abandonar en el silencio.
nefasto cardo en tus recuerdos
Te deslizaste entre mis muslos cuando te parí,
fuiste el fin perfecto de mi fertilidad,
las gardenias que adornarían mis días.
Te di mis oraciones, el canto de arcilla azul,
aún no sabía leer, escribir, menos hablar
La genética era mi tabla de Moisés,
también mi miedo de perderte niña miel.
Hoy me susurras tu indiferencia,
me arrojas perlas de granizo.
Dios que ternura no sembré en tu alma,
mi niña luna me cubre de ajenjo,
Nunca fue infiel mi amor por ti.
Las olas violentas me amagan,
un rayo ramifica mis entrañas,
el regazo donde te acune
Bulle en vuelo con tu ausencia,
no espero tu estancia en mi muerte,
las cenizas serán tormenta en mi novenario.
Oh manantial, bruma y relámpago,
doy el crepúsculo de mi sangre,
para que mi gota de miel, encuentre sus alas que perdí,
oh espasmo, oh derrumbe, oh braza estoy muriendo,
en la estrecha indiferencia… de mi propia sangre.
Grilletes
La brisa gélida me salpica,
me escarcha la piel,
un viento amargo me descubre.
Las nubes herméticas,
como estatuas, como fuentes silenciosas,
taciturnas murmuran las estalactitas.
Si pudiera cosechar recuerdos,
embarcar la piel que se dilata.
Me he quitado los grilletes
en el purpura de la tarde,
fracturo el espejo que me castra.
Se han mudado las palabras,
soy una memoria que se desgrana,
cuantas bocas eclipsan con la censura.
La moral es un cardo en labios de leprosos,
muerdo en pausas la estructura del silencio.
Tomo café sin azúcar para que me amargue
la noche y la ausencia de tu sombra.
***
Busco la verdad en mi desnudés,
soy la cauda del tiempo.
Entre la bruma cruje el ocoxal,
se me atora la mirada en el silencio.
Soy Lilith, Minerva o Magdalena,
no a sangrado el himen de la luna.
He mordido la resurrección,
el dolor es un lienzo obscuro,
la anatomía de un día más, duerme.
Corre un rio entre mis muslos,
inhalo, exhalo, los recuerdos eyaculan.
Soy luciérnaga dentro del capullo.
Obdulia Ortega Rodríguez, Villa Cuauhtémoc, Estado de México.
Poemarios: “Los Eclipses Candentes de la Luna”. “Ave sin Tiempo ni Sueños”, “Los Amores del Alba y El otro Lado de la Luna”, “Libertad Inversa”.
Narrativa “Arando Recuerdos”. Ha participado en diversas antologías nacionales e internacionales, también ha acudido a múltiples encuentros y festivales de poetas en diversos estados de la república mexicana. Asimismo, ha asistido a encuentros internacionales de poetas en España, Colombia, Bolivia y Cuba.
Reconocimientos recibidos: Presea “Ocelotl” 2014, H. Ayuntamiento de Otzolotepec, por la Divulgación de la Cultura y Arte.
Semblanza y fotografía proporcionadas por Obdulia Ortega Rodríguez
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