Poemas de Norah Zapata-Prill

Seis

 

 

 

El sol se pone

 

Algo de finitud se clava en mí y sangra.

 

 

 

El firmamento se abandona a las estrellas

 

 

 

¿Por qué no yo?

 

 

 

 

 

Once

 

 

 

Estamos hechos de limos donde nace el loto blanco.

 

 

 

 

 

Doce

 

 

 

Me trajeron flores

 

Se me ocurre jugar con los pétalos de una margarita

 

 

 

Me quieres

 

No me quieres

 

Poco

 

Mucho

 

¿Nada?

 

 

 

Me queda uno

 

Lo miro

 

Nos miramos

 

 

 

Me dice que si lo quiero vivo

 

Digo que sí

 

 

 

Ya no hay deshoje.

 

 

 

 

 

Dieciséis

 

 

 

Aún

 

Es tiempo

 

 

 

La herida puede esperar un poco

 

 

 

Te diré la palabra no dicha

 

Todavía

 

La que guardé para que la cultives

 

en tu vergel secreto.

 

 

 

 

 

Dieciocho

 

 

 

Primer paso en las afueras de la clínica

 

 

 

Apuntan los jacintos   las anémonas los narcisos

 

 

 

Los árboles retoñan

 

 

 

Es casi primavera

 

 

 

Las golondrinas volverán a sus nidos

 

 

 

Me imagino

 

 

 

Yo misma

 

 

 

Golondrina.

 

 

 

 

 

Veintitrés

 

 

 

 

 

Tengo la tristeza de una estrella en agonía

 

Esta noche

 

La oscuridad me hace esperar la gracia desprendida

 

de una lámpara.

 

 

 

 

 

Veinticinco

 

 

 

Hazme una foto

 

Una que no desmienta eternidad ni herida

 

Una que pode mis últimas espinas

 

 

 

Una fotografía

 

Prueba de que alguien me quiso

 

Sin

 

Confines.

 

 

 

 

 

Veintiocho

 

 

 

¿Es la memoria un ataúd que trajinamos

 

por la sola ilusión de no morir vacíos?

 

 

 

 

 

Treinta

 

 

 

Cual viejo olivo

 

Torcido

 

Quebrado

 

Sumiso y noble al hondo goce de saberse vivo

 

Resisto.

 

 

 

 

 

Treinta y tres

 

 

 

Que una nevada cubra mis suturas

 

 

 

Es invierno

 

 

 

No pido mucho.

 

 

 

 

 

Treinta y tres

 

 

 

Gracias

 

Enigma

 

Que sin mirarme pasas

 

 

 

 

 

Sin decirme quién soy

 

Ni si al final

 

Lo que encendí

 

Renacerá de sus cenizas.

 

 

 

 

 

Treinta y ocho

 

 

 

En esta noche insomne

 

Siento que no hay mejor sueño que soñar que estamos

 

despiertos

 

Todavía.

 

 

 

 

 

Cuarenta y dos

 

 

 

No son mi sitio

 

No son mis horas

 

Son adioses

 

Sin dios alguno

 

 

 

Inciertos rumbos

 

Son estos que perforan las alas negras de la noche

 

sin dejar huellas

 

 

 

Sueño que vuelo en esos mundos de los que no se vuelve.

 

 

 

 

 

Cuarenta y tres

 

 

 

No puedo dormir

 

La enfermera de guardia me dice: ¿Sabe por qué la noche existe?

 

 

 

A mi mente acuden mil respuestas

 

Pero

 

No puedo hablar

 

No sé hablar

 

 

 

La noche no duerme

 

 

 

La noche soñará con su destino de ser noche – pienso –

 

 

 

¿Yo?

 

Afónica

 

Con sed de llanto

 

Sin lágrimas.

 

 

 

 

 

Poemas del libro Eclissi (Eclipses)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Norah Zapata-Prill (Cochabamba, Bolivia, 1946) es poeta, docente de lengua y literatura española en Cochabamba y en Madrid. Es miembro de la Academia Boliviana de la Lengua española y de la Academia Este Oeste de Curtea de Arges (Rumania, 2019); también es fundadora y presidente de la Asociación Casa de la Poesía “El cactus”, que organiza desde 2018 un festival internacional de poesía en Ostuni, Italia. Ha recibido 2 veces el Gran Premio de Poesía “Franz Tamayo” (La Paz 1973 y 1977) y en Italia, el primer Premio Especial de los derechos humanos en ocasión del 70 aniversario de la muerte de Anna Frank (2015). Ha publicado varios libros de poesía.

 

 

 

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Norah Zapata-Prill

 

 

 

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