NIÑA EN LA FRONTERA
Hay una pena de cielo
De continente perdido
De tierra fragmentada
De ciudad destruida
De niño en la frontera
De llanto sin refugio
De tristeza endurecida
De guerra fratricida
De infancia a la intemperie
Hay una pena cósmica
Que arrebata la vida
Hay un nudo en la garganta
Una bala llena de rabia
Un perro que ladra
Hay una niña que mira de frente
Mientras yo bajo la mirada
Hay un dinosaurio en la arena
Hay una mueca que no es sonrisa
Hay desasosiego y palabra apocalipsis
Hay signos de tragedia
Y quizás
Y esto no me toca
Y nunca más
Y paisajes en los que no llueve
No hay agua que borre esta pesadilla
Hay una lista de nombres en otro idioma
Hay otro idioma
Y todos los idiomas que no entiendo
Pero entiendo todas las miradas
Esa que canta hacia adentro
Esa que ausculta los sonidos
Esa que busca en la niebla
Y cose los silencios soy yo
En la fractura del cielo
En la dureza de la piedra
En el filo de la imaginación
Murmuro en el origen
Revelo un instante
-Sustancia de la memoria-
Mientras palpita en el aire
La risa áspera del tiempo
No soy la que escribe
Soy la que pregunta
No soy la que sabe
Soy la que cree
No soy la que conoce
Sino la que descifra
No soy la que se arrodilla
Sino la que se levanta
En la gracia de su linaje
En la neblina espesa de los sueños
¿En qué parte de mí estoy? ¿adónde? Gloria Gervitz
Se dicta lo que he de vivir cada día
A oscuras dormida en otro tiempo
Sé que allí sucede lo inefable
Descifro aquello que se oculta
Savia tan libre como hermosa
Tan despojada de prejuicios
Tan absurda y descarada
Tan ambigua que todo sugiere
Si logro rescatarme del olvido
Seré dueña por fin de lo vivido
Mudaré los días a mi antojo
Habitaré en la luz clara
Hasta rescatar mi espíritu
De la bruma y el ruido de los días
NORTH CAROLINE
A mi tía Sara Lu
Mi tía desde su casita prefabricada
Blanca con antejardín y vallas escribe
A Steve excombatiente de Vietnam
Quiéreme mucho dulce amor mío
Barrios ordenados y limpios de felicidad opaca
En madera nívea y pulida de sueño americano
Los adolescentes caminan cabizbajos
Los vecinos se saludan con pulcritud
Ella canta con voz clara en el coro de la iglesia
Hallelujah hallelujah hallelujah
La cruz de oro brilla en el torso de Steve
En las noches sudor napalm y pesadillas
En un intento por mudar pena en amor
Se encuentran en el bosque lluvioso
Sermón del caballero errante y la doncella
Quiéreme mucho dulce amor mío
Con tres maletas y un corazón de terciopelo rojo
Ella bordea la ciudad en un mercedes automático
Enciende la radio y escucha a Leonard Cohen
Hallelujah hallelujah hallelujah
QUIEN AMA DEBE AMAR
Como quien habla a Dios Quien bebe debe hacerlo Como quien bebe un río
Así la que canta siente La sustancia de la niñez El asombro y la emoción Ante un poema revelado
Se hace espíritu en la boca Y su tiempo
Es el no tiempo Y su espacio
El no lugar
En su corazón Fluye el aire También el agua
Y la carne del poema
Adriana Hoyos (Bogotá, Colombia). Escritora, cineasta y gestora cultural. En su infancia se educó en el arte del violín de la mano de su padre, Luis Rafael Hoyos Campillo. Se instaló en Barcelona siendo aún una niña y actualmente reside en Madrid. Sus poemas han sido traducidos a una decena de idiomas. Ha publicado los libros La torre sumergida (2009), La mirada desobediente (2013), Del otro lado (2017), Autobiografía con sombras, (2022), No es a mí a quien lees (2022), Ono sto su mi donele reči, antología y traducción al serbio de Dušica Nikolć Dann (2023), Geometrias da voz, traducción al portugués de Alex Tarradellas y Rita Custódio (2023), La sed con que mirabas, Esa que canta hacia adentro, Lo que me trajeron las palabras (2024). En 2023 obtuvo la residencia artística Coracle Europe Residency en Tranås, Suecia y publicó Fluir con el agua. Ha dirigido diversos cortometrajes. Ha sido miembro de la junta directiva de la Asociación de Mujeres Cineastas (España) y codirectora el Festival Visual Cine Novísimo. Fundó junto a David Egea la empresa de publicidad La Huella del Gato (2005).
Semblanza y fotografía proporcionadas por Adriana Hoyos
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