Poemas de Fadir Delgado

Indagación

 

 

 

El niño se ha cansado de escarbar en la ventana

 

Se ha cansado de querer atrapar la lluvia

 

Corre hacia los dibujos de los animales pintados en su cuarto

 

 

 

Les clava las uñas

 

a dragones

 

a delfines

 

y a tigres

 

como si quisiera sacarlos de las paredes

 

 

 

El enfermo cree que no lo logrará

 

Pero le parece bien que un niño rasguñe las paredes de un cuarto para sacar animales

 

 

 

La madre teme que el niño quiera abrir paraguas dentro de la casa para jugar a la lluvia

 

Porque no es de buena suerte eso de querer atrapar el agua

 

Porque no es de buena suerte eso de abrir paraguas bajos los cielorrasos

 

 

 

La madre teme que el niño de tanto hundir las uñas en la casa

 

descubra que los animales no están dibujados en la pared

 

descubra que la pared es una jaula

 

y teme que el niño abra la jaula

 

y que los animales no regresen nunca.

 

 

 

 

 

El trazo de la tiza

 

 

 

Te hablo de los domingos:

 

 

 

A veces los domingos entran a la casa sin corazón

 

Otras veces lo traen en la mano y el corazón tiene el olor de la comida trasnochada que se guarda en la nevera

 

 

 

Quiero hablarte de las moscas que lo miran empujar las puertas

 

igual que los borrachos cuando traen en los ojos la náusea del bar

 

 

 

Te hablo de la mosca brillante

 

La que no atrapé nunca

 

A la que le dejaba comida bajo la cama para que cayera en la trampa

 

 

 

A los domingos no se les puede poner trampas

 

Nunca comen del veneno que se les deja en la puerta

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Creo que tienen los ojos de un héroe ebrio que jamás encontró la guerra

 

Por eso siempre buscan el duelo

 

por eso buscan morder la sangre de algún cuerpo que estira el cansancio en la cama

 

 

 

A Eme le harán una cicatriz en el pecho

 

Te lo confieso y lloró sobre mi estómago que ahora es una piedra que te cubre

 

 

 

No sé por qué al pensar en la cicatriz imagino el trazo de una tiza sobre un pizarrón

 

A Eme le rayarán el pecho

 

 

 

Es posible que también me pasen la misma tiza por el vientre

 

Por eso prefiero hablarte de los domingos

 

Me parece cruel pensar que el pecho de Eme es un pizarrón

 

A ella le preparan el cuarto de un hospital y yo te cuelgo una cortina de osos y reptiles en este cuarto que aún no te nombra y donde sin miedo podría esperar el fin del mundo

 

 

 

 

 

Esterilización

 

 

 

El niño busca la cicatriz por donde sacaron su cabeza

 

Cuando la encuentra

 

dibuja la cicatriz con un lapicero rojo en la pared

 

La madre

 

más tarde

 

sin saberlo

 

tendrá que limpiar su propia herida.

 

 

 

 

 

El puente

 

 

 

Soy un puente

 

 

 

Pero dime si crees que soy una jaula y me culpas de que no abra la puerta

 

 

 

Debo decirte que no existe ninguna llave que abra la oscuridad

 

 

 

Dime si debajo del puente se ve la incertidumbre en la cabeza de los ahorcados

 

Si tengo la rabia de los animales que tienen espumas en los ojos

 

Si tengo el dolor igual que un vagabundo arropado de pies a cabeza

 

 

 

Dime que no has visto el pánico como perro que hurga en las bolsas de basura

 

que el llanto no hace una mancha de petróleo en tu carne

 

que cuando nazcas enceguecido no mirarás atrás

 

pero buscarás la lluvia en el fondo de las piedras

 

que cuando des el golpe hacia afuera

 

no acabarás con el puente

 

lo dejarás sobre el río

 

aunque el río ya no exista

 

 

 

No le quitarás el trueno al mediodía

 

No le buscarás ninguna llave a la oscuridad

 

Dime

 

que no ofrecerás como salida otro laberinto

 

que de tu llanto no se abrirá el blanco del papel

 

para escribir el precipicio.

 

 

 

 

 

Radiografía

 

 

 

El niño se ha encontrado

 

la radiografía del enfermo

 

 

 

Es como mirar el cielo boca arriba ––dice

 

 

 

Hay tantas formas

 

Veo un gato que araña una piedra

 

y aquí una serpiente que se traga un conejo

 

 

 

El niño no sabe aún

 

si la radiografía es el cielo

 

o si el enfermo tiene un cielo por dentro.

 

 

 

 

 

La noche que vigila a los perros

 

 

 

La abuela escucha el brillo de la leche cuando hierve

 

Ella tiende el agua en las cuerdas del patio

 

tiende la noche en las cuerdas del patio

 

 

 

La llevo de la mano hacia la tumba de su hijo

 

Ella me envía a buscar agua al pozo del cementerio

 

 

 

Agua

 

para las flores

 

Agua

 

para la niebla

 

Agua

 

para el hijo muerto

 

 

 

Aquí traigo el agua, abuela

 

Aquí tus zapatos

 

Aquí traigo tus ojos

 

Yo los encontré

 

 

 

Hay demasiado frío, abuela

 

Hay demasiado

 

infierno en los hospitales

 

Hay demasiadas

 

flores en los cementerios

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sé que buscas la luz en las manos de la gente

 

Sé que buscas la lluvia en las manos de la gente

 

 

 

Han abierto las puertas a los perros, abuela

 

pero nadie viene abrir la tumba de tu hijo

 

Nadie viene a abrir tus ojos

 

 

 

Hay huertos de nieve, abuela

 

La gente sumerge la cara en montañas de hielo

 

Hay gente que ve la oscuridad a través de los cristales

 

 

 

Vamos a encender faroles en la orilla de la casa

 

Veamos cómo se hace la mañana en el ojo del fuego

 

Yo quiero ver, abuela

 

 

 

Mira que ya traje las flores

 

Mira que ya recogí el agua

 

Ya imaginé que era un caballo entrando por la puerta del cementerio

 

Ya tengo la noche vigilando a los perros para que no salten la verja

 

No la saltarán

 

No vendrán a lamer tus pies bajo la mecedora, abuela

 

 

 

Se acercan las mujeres que rezan en voz alta por las calles

 

Se acercan las mujeres que rezan en voz alta por las calles

 

Traen cruces en los pechos

 

Oraciones del rosario en los pechos

 

Veo pañuelos blancos

 

Muchos pañuelos blancos como si nacieran de sus bocas

 

Podrían también ser tigres blancos, abuela

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Créeme

 

 

 

Quizás los tigres y las mujeres no existen

 

Quizás los tigres tienen una procesión en otro lugar

 

y lo sabes

 

 

 

Porque hay una procesión para los ciegos, dices

 

 

 

Pero no estás ciega, abuela

 

 

 

No te miento

 

Créeme

 

 

 

Solo tienes la luz enjaulada

 

Y nadie vino a abrir la puerta

 

Y nadie vino a abrir la puerta

 

Solo tienes la luz enjaulada

 

 

 

Y la luz se te rompió en los ojos.

 

 

 

 

 

Quirófano

 

 

 

Creo que soy un muro al que le trazan un agujero para que salga la luz

 

Quién lo creería

 

También soy una cruz en el quirófano

 

 

 

Lo sé:

 

 

 

Este lugar es brutal

 

No escucho la sangre que se pega a la herida de los cuchillos 

 

El cuerpo es un pez con los ojos congelados que aún tienen el salto del agua

 

Estaré en este hospital hasta que las aletas revienten el hielo

 

 

 

Lo sé:

 

 

 

Los hospitales son neveras llenas de desinfectantes que buscan la blancura que no existe

 

 

 

No le pongan gasas a mi temblor

 

Escuchen los glaciales que bajan por mis piernas

 

Mis piernas que ahora son dos hipocampos muertos en la orilla

 

 

 

 

 

Mi carne está agujerada

 

Me amarran como un animal rabioso

 

Y todo mi cuerpo convulsiona

 

Dicen que me calme

 

Y siento que un cielo de pólvora va a explotarme por dentro

 

 

 

 

 

Han atado mis brazos

 

Han partido mi vientre

 

 

 

Quién lo creería

 

En la luz de este quirófano

 

veo el bisturí con el que abrirán mi destino.

 

 

 

 

 

El mapa de las puertas

 

 

 

La risa de un niño imita la forma del filo

 

Me espanta

 

Le muestro el miedo en las sobras de comida que dejó el mediodía

 

 

 

No se asusta

 

 

 

Le digo que en la cocina hay cabezas de pescados colgadas de los platos

 

y el niño no se asusta

 

 

 

Sáquenme de aquí

 

 

 

Aún me pierdo en esta casa

 

Aún no memorizo el mapa de sus puertas

 

 

 

Ábranlas todas

 

 

 

Un hospital de recién nacidos está a punto de abrirse en la pared

 

 

 

Sépanlo

 

 

 

No es un invento:

 

 

 

 

 

El niño trae entre sus manos un relámpago para estallármelo en el pecho.

 

 

 

 

 

Amenaza de aborto

 

 

 

Esta sangre que baja por mis piernas

 

no pueden ser tus manos

 

Esta sangre que baja por mis piernas

 

no puede ser tu cabeza

 

Esta sangre que baja por mis piernas

 

no puede ser tu boca

 

 

 

Espera que abran la puerta del hospital

 

Agárrate fuerte

 

Espera que me salga algún dios de las palabras

 

que la luz del quirófano incendie los ojos

 

 

 

Dime que hay una cuerda

 

Dime que la ves

 

Dime que ya la encontraste

 

No es hora de salir

 

                       

 

                         Muchacho

 

 

 

 

 

Esta sangre no es tu cuerpo

 

Tienes que entenderlo

 

Es imposible

 

Las manos de tu madre no lograrán sostenerte

 

porque es imposible arrullar la sangre

 

 

 

Tienes que entenderlo

 

 

 

Si bajas te secarás como el musgo en las piedras

 

y mis manos no son piedras

 

 

 

Tienes que saberlo

 

 

 

Este no eres tú

 

No bajes

 

No golpees la puerta

 

Detente

 

Dejas algo importante

 

Olvidas

 

tu propio cuerpo.

 

 

 

 

 

 

 

Fadir Delgado Acosta: Magister en Creación literaria. Premio Nacional de poesía de Colombia, 2023, otorgado por el Ministerio de Cultura de este país. Premio Internacional de poesía Tiflos de España 2020. Premio de Poesía Universidad Nacional de Costa Rica, 2021. Fue finalista del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe de España, 2022, y del Juan Ramón Jiménez de Coral Gables, 2022 de EE.UU. Premio Distrital de poesía de Barranquilla, 2017. Premio Distrital de Cuento de Barranquilla, 2018. Premio en Poesía del Concurso Internacional de literatura de la Universidad de Buenaventura, Colombia, 2014. Mención del Premio Internacional de Poesía de Puerto Rico, y del Tomás Vargas Osorio de Colombia, 2020.  Algunos de sus libros publicados son: El último gesto del pez, No es el agua que hierve, Escritura del precipicio (Colombia) Lo que diga está lleno de polvo (Ecuador), Amenaza de aborto (Puerto Rico), Sangre seca en el espejo (Costa Rica), y la Temperatura exacta del miedo (España), entre otros. Ganadora de la Beca de Circulación Internacional para creadores, 2018, que otorga el Ministerio de Cultura de Colombia. Ganadora de la Residencia Artística en Montreal por parte del Ministerio de Cultura de Colombia y el Consejo de Artes y Letras de Quebec, en el área de literatura. 2013. Es tallerista en creación literaria y coordinadora de proyecto de la Fundación Casa de Hierro de Barranquilla-.

 

 

 

 

Semblanza y fotografía proporcionadas por Fadir Delgado


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